Ahora mismo cuando nos decidimos a dar el paso y cambiar de operador móvil el cambio siempre implica el cambio de tarjeta SIM porque esta va asociada al operador con el que tenemos contratado el servicio. Pero dicho cambio obligatorio puede estar cerca de pasar a mejor vida si nos fijamos en una iniciativa que ha salido adelante en Holanda.
El gobierno del país con el apoyo de diversos actores del sector de las telecomucaciones y relacionados ha tomado la decisión de permitir la comercialización de tarjeta SIM en blanco. Estas podrían acompañar a los nuevos smartphones u otros dispositivos para asignarles un operador posteriormente mediante una actualización vía OTA.
La tarjeta SIM en blanco, sin un operador preasignado, es una vieja aspiración de entre otros Apple y Gemalto, uno de los mayores fabricantes de tarjetas SIM del mundo. Con su incorporación el fabricante ofrecería una tarjeta adaptada para su dispositivo eligiendo luego el usuario con que operador contrata el servicio o incluso permitiendo al proveedor de la SIM actuar como revendedor de servicios de telefonía.
Pero además del fabricante del dispositivo que incluya la SIM sin operador preasignado el usuario también es beneficiario de esta. Con ella el usuario podría cambiar de operador sin tener que cambiar la tarjeta, ya que bastaría con que facilite los datos de ella al operador al que se quiera cambiar para realizar la portabilidad. De esta manera por un lado se facilitarían las portabilidades pero además también podría resultar interesante para viajes al extranjero, pudiendo contratar servicios con un operador local del país al que viajemos.
Gran utilidad para el M2M
Fuera aparte de los usos de habituales de las tarjetas SIM los grandes beneficiados de la adopción de la SIM en blanco sería el sector del Machine To Machine. La comunicación entre maquinas mediante el uso de la telefonía móvil aún está por explotar pero facilitar que la SIM de una maquina cambie de operador sin tan siquiera sacarla de la misma facilitaría mucho el dinamismo de este sector.
Así por ejemplo se acabarían los problemas de los dueños de coches GM en EEUU que incorporan conectividad 4G. Ahora mismo estos vehículos tienen que ir asociados obligatoriamente a AT&T pero con la inclusión de una tarjeta SIM en blanco dicha imposición actual finalizaría.
Por tanto, la adopción del uso de tarjetas SIM en blanco en Holanda y su posterior expansión a otros países del mundo facilitaría y dinamizaría en gran medida el sector de telecomunicaciones, pero no solo siendo los actores de la industria los grandes beneficiados sino también los usuarios.
Vía | Engadget
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13 comentarios
moray33
Yo me he liado un poco con el tema de "el fabricante que incluya SIM en blanco...". ¿No podría comprar una y ponérsela a mi teléfono? ¿Tiene que ser un teléfono que la traiga (no le vería mucho sentido) o cómo va eso?
exitido
Cuando me cambie a vodafone no me llegaba la tarjeta y la portabilidad estaba a punto de hacerse efectiva.
Llame a vodafone y me contesto una panchi diciendo que no hacia falta tarjeta que con la misma que tenía valia.
Lógicamente llego el día y me quede ain cobertura de un móvil que uso para el trabajp y tuve que ir a una tienda fisica de Vodafone y pagar 5€ para que me dieran una SIM.
Esta panchi era una visionaria.
togepix
Lo ideal es una tarjeta SIM blanca. Como las de hoy en día, y que sólo tenga que dar los datos de mi tarjeta SIM al operador que quiera para identificarla y al día siguiente estar en esa compañía como si nada.
Poder tener una NanoSim como hoy en día intercambiable de dispositivos y santas pascuas. Eso sí que es avance en todos los sentidos, y no tener que andar esperando la SIM, o juntar 5 en casa porque cambié 5 veces de compañia... Es ahorro ecológico, es ahorro en gastos economicos, es ventajoso en todo momento...
qwerty272
Ya encontraran las operadoras la manera de que nos salga más cara.
shandor
Pues yo lo veo un gran problema. Esto podría provocar que las SIM tampoco fueran extraibles, como pasa ya con baterías. Quizás no parezca un problema, pero y si se te estropea un smartphone y tienes que cambiar. Yo siempre tengo uno de repuesto por si se me estropea. Incluso alguno aun tendrá un indestructible nokia en el cajon funcionando por si pasa. Ahora imaginaros con vuestro flamante nuevo iPhone, Galaxy, Lumia... De repente deja de funcionar, pero la tarjeta esta integrada y no podéis sacarla. Es mas aun en el hipotético caso de sacarla cada marca usa la suya. Pues a joderos sin teléfono hasta que os porten el numero a una nueva tarjeta o arreglen el jodido o simplemente volváis a la civilización para cargar la batería.
josedegafas
Lo que me ayudaría esto en mi trabajo...
Por favor, ¡normativa europea ya!.
wbishop
Corrígeme si me equivoco con el ejemplo que has puesto de GM, pero según lo veo el problema de que los coches de GM tienen que ir asociados obligatoriamente a AT&T será por un acuerdo entre estas dos empresas, pero de no ser así,de no tener esta limitación, tanto esta marca como cualquier otra, imagino que con una multisim como dios manda, independientemente si la sim en cuestión sea en blanco, funcionaría correctamente.
pablo.guero
Esta idea es un claro error y va totalmente en contra del sentido original de la SIM. Me explico, la idea de usar una tarjeta SIM extraible es independizar el dispositivo móvil de los datos de conexión del usuario. De esta forma el usuario puede cambiar fácilmente de operador o de dispositivo con sólo cambiar de tarjeta SIM, operación que puede hacer él mismo sin necesidad de implicar a terceros. Además, no debemos olvidar que en la SIM se pueden guardar más cosas aparte de los datos de conexión del operador, como por ejemplo la agenda de teléfonos, los SMS o incluso nuestras claves personales para hacer operaciones bancarias (esto se va a empezar a ver mucho con el tema de los pagos NFC). Si cambiamos de teléfono todos los datos que tengamos guardados en la SIM estarán disponibles inmediatamente con sólo introducir la SIM. No hacen falta backups, sincronizaciones, ni ordenadores para hacer esta operación.
Al final estas iniciativas no persiguen nada más que los intereses comerciales de las empresas implicadas (especialmente los fabricantes de dispositivos) y no se preocupan para nada de la privacidad e independencia del usuario final.