Hace ya unos diez años, las compañías de telefonía móvil llevaron a cabo una acción revolucionaria: regalar teléfonos móviles, en una época en que estos cacharritos eran poco menos que un lujo de ejecutivos. ¿Dónde estaba el truco? El cliente, a cambio, se daba de alta en un contrato... igual que hoy en día.
Desde entonces el número de líneas móviles no han parado de crecer, e incluso superar al de la población española (ya hay 112 números por cada 100 habitantes). Sin embargo, lo que sigue moviendo a la gente para cambiar de compañía es un teléfono nuevo. Y sin pagar por él, por supuesto. O al menos, no en el momento de llevárselo de la tienda.
Las tarifas, módulos, cobertura y calidad del servicio son, para gran parte del público, una cuestión menor. "¿Qué móvil me regalas si me cambio?" es la pregunta más repetida en las tiendas de distintos operadores. Y es que son muchos años de la estrategia de regalar teléfonos que acabamos pagando mes a mes en la factura de teléfono, con una de las tarifas más caras de Europa: las operadoras no son ONGs, y lo que nos subvencionan por un lado tienen que recuperarlo por otro. Y a mayor consumo mensual y mayores plazos de permanencia en la compañía (actualmente, hasta 2 años), móviles más baratos.
Esto nos lleva a tener un mercado saturado, pero no maduro. Muchos visitantes se asombran al ver nuestros catálogos de tiendas llenos de móviles con inmensos ceros al lado, cuando en sus países tienen que pagar por ellos, mientras que en España hemos interiorizado la idea de que los móviles son gratis, como el perejil, y sorprende ver los precios de los terminales libres, es decir, sin subvención: entre 80 y 400 euros los más comunes.
Algunos operadores nuevos, como Yoigo o los virtuales, han tratado de cambiar las cosas y no regalar móviles. Por una parte, porque tienen menos poder de negociación frente a los fabricantes; y por otra, porque prefieren centrarse en tarifas. Sin embargo, en cierta medida han ido variando esta posición: Yoigo pronto comenzó a subvencionar móviles en gran cantidad (han llegado a ser gratuitos con algunas promociones, como la de San Valentín, algo que dijeron que nunca sucedería). Simyo, por ejemplo, no subvenciona móviles y los ofrece libres, pero recurrió a compensar al cliente con grandes cantidades de saldo.
¿Significa esto que somos un país de costumbres, y que la única manera de atraer al grueso del público es con terminales a precios atractivos? Cada vez son más los que, habiendo pasado malas experiencias por culpa del contrato de permanencia, optan por comprarse el móvil libre (o con pack prepago) y así no atarse a ninguna compañía. Dicen que la libertad de poder cambiar a la que mejor les vaya en cada momento compensa el desembolso inicial.
Por otra parte, hay quien defiende que, si de todas formas está a gusto con una compañía, no le importa atarse y de paso llevarse un móvil. Y al término del contrato de permanencia (generalmente año y medio o dos años después), lo renuevan gratis asumiendo otro compromiso.
Orange, por ejemplo, se ha dado por enterada, y por ello ha lanzado un producto que introduce el compromiso de permanencia en prepago, siempre a cambio del consabido teléfono gratis (o casi gratis). Sin embargo, por mucho que se empeñan en presumir de que son móviles de gama alta, en realidad la gama es algo decepcionante.
¿Cómo lo ves? ¿Huyes de los compromisos o no te importa atarte por un buen teléfono?
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