No sólo de gamas altas viven los fabricantes. De hecho, sus gamas inferiores son las que suelen cosechar un mayor número de ventas, pues son amigas de casi todos los bolsillos y también de las operadoras móviles, que las añaden a sus catálogos junto a sus tarifas. Es el caso de este Honor 7A que hoy hemos analizado, una de las últimas líneas de entrada del fabricante de origen chino.
Presentado en China el 2 de abril, el teléfono ya está en circulación en España y ha pasado por nuestra mesa de análisis. Hemos diseccionado poco a poco sus características, y hemos realizado pruebas para ver qué tal se porta el nuevo pequeñín económico de Honor. Si os apetece, podéis acompañarnos a lo largo del análisis que hemos realizado al terminal.
Honor 7A, las especificaciones técnicas
Con el Honor 7A estamos en todo ante una gama de entrada. Es por ello que no deberíamos exigirle más que a otros en este aspecto, y también es por ello que las especificaciones que mostramos a continuación son discretas. En algunos aspectos mejorable, pero equilibrado en cuanto a características, así es el Honor 7A que hemos analizado aquí, en Xataka Android.
HONOR 7A | |
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DISEÑO | 152.4×73×7.8 mm 150 g Lector de huellas traseroPlástico + cristal 2.5D |
PANTALLA | 5,7 pulgadas 18:9 HD+ 1.440 x 720 píxeles |
PROCESADOR | Snapdragon 430 Octa-core (4 x 1.2 GHz Cortex A53 + 4 x 1.5 GHz Cortex A53) GPU Adreno 505 |
RAM | 2GB/3 GB |
CAPACIDAD | 16GB/32 GB + MicroSD 256 GB |
SOFTWARE | Android 8.0 Oreo + EMUI 8.0 |
CÁMARA TRASERA | 13 MP, f/2.2, flash LED |
CÁMARA FRONTAL | 8 MP, f/2.0, flash LED |
CONECTIVIDAD | 4G LTE, Dual SIM, WiFi, Bluetooth 4.2, GPS + Glonass, minijack, radio FM, MicroUSB |
BATERÍA | 3.000 mAh |
PRECIO |
Un diseño que podría ser el de cualquier otro
Con el paso del tiempo, los teléfonos móviles han ido paulatinamente pareciéndose unos a otros. Botoneras, conectores, cámaras y lectores de huellas confluyendo en unos pocos sitios, haciendo que haya teléfonos casi indistinguibles salvo cuando acudimos a la marca de su fabricante. Y eso es precisamente lo que le ocurre a este Honor 7A, un teléfono con una buena construcción, un teléfono sólido que, por ideas, podría ser cualquier otro.
En el frontal hay poco espacio con el que dar algo de juego. La pantalla ocupa buena parte del frente del teléfono, casi un 77% de la superficie del mismo. En la parte superior, la cámara frontal, el sensor lumínico y el altavoz para las llamadas. En la parte inferior, la marca del teléfono impresa sobre un marco bastante estrecho en comparación con generaciones anteriores del fabricante.
Honor 7A | Honor 7C | Xiaomi Redmi 5 Plus | Huawei Y6 2018 | |
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Pantalla | 5,7 pulgadas | 5,99 pulgadas | 5,99 pulgadas | 5,7 pulgadas |
Porcentaje frontal | 75,4% | 76,3% | 77,4% | 75,4% |
Dimensiones | 152.4 x 73 x 7.8 mm | 158.3 x 76.7 x 7.8 mm | 158,5 x 75,4 x 8,05 mm | 152,4 x 73 x 7,8 mm |
Peso | 150 gramos | 164 gramos | 180 gramos | 150 gramos |
Si viajamos a la espalda del teléfono, encontramos un diseño casi calcado al de otros teléfonos de origen chino. Cámara situada en la parte superior izquierda, junto a su flash en un único módulo que sobresale de la carcasa. El lector de huellas, un poco más abajo y centrado, y el resto del teléfono sin más detalles que la marca, que aparece de nuevo aquí para cerrar la parte inferior del teléfono justo antes del marcado CE.
Los botones del teléfono se sitúan en el marco derecho, con los dos de volumen sobre el botón de encendido, y el marco izquierdo queda para la bandeja para las SIM, dos, y para la tarjeta microSD. El jack de auriculares, arriba a la izquierda. El puerto microUSB para carga y transferencia de datos, abajo y centrado. Y junto a él, el altavoz además de una zona perforada para equilibrar el diseño.
El Honor 7A, cuyo diseño cuenta con un frontal de cristal y un cuerpo de aluminio unibody. Nada de retirar la batería en este nuevo dispositivo del fabricante, como en tantos otros del mercado. Robusto, con un buen peso gracias a sus 150 gramos y una buena ergonomía. Y es que con sus 73 milímetros de alto, el teléfono se sujeta bien con una mano pese a sus 5,7 pulgadas de pantalla. Sin duda, un buen trabajo en casi todos los sentidos. El gran fallo, que alejándonos de él se hace indistinguible de buena parte de su competencia. Una pena que todo se emborrone con un diseño demasiado clónico.
LCD extralargo, con resolución de gama de entrada
Estamos ante un teléfono de entrada, un dispositivo económico que en estos momentos cuesta poco más de 100 euros y que pronto cruzará, hacia abajo, esa frontera. Y como tal, no esperamos especificaciones de primera línea. Así que resulta lógico encontrarnos con una pantalla que, pese a tener un aspecto 18:9 cumpliendo así con la exigencia de las últimas tendencias de mercado, no ofrece características demasiado destacables en ningún sentido.
5,7 pulgadas con resolución HD+, o 1.440 x 720 píxeles, que llegan con un protector de pantalla de vidrio ya colocado y una nitidez correcta, sin excesos. El teléfono no permite que se aprecie pixelado pese a que jugamos en una liga que ofrece menos de 300 píxeles por pulgada de densidad. El panel, LCD, tiene además un brillo adecuado aunque no cuenta con la intensidad de otros de su gama y se queda algo cojo. Correcto en interiores, poco usable cuando salimos a la calle, inservible frente a la luz directa del sol.
En cuanto a los ángulos de visión, algo mediocres. El teléfono se aprecia correctamente de frente y con cierta inclinación, pero en cuanto el dispositivo se aleja de nosotros o giramos la pantalla, el brillo y el contraste caen y muestran que la pantalla acompaña en calidad al resto del teléfono. Tal y como decíamos, es un dispositivo de poco más de 100 euros. Un detalle a favor es que su ajuste automático de brillo funciona bastante bien, adaptándose con rapidez al entorno en el que estemos.
El color, correcto, ligeramente saturado para ofrecer tonos agradables aunque podemos configurar el tintado de la pantalla a nuestro gusto. Basta con acudir a los ajustes de pantalla para, en el apartado Modo de color, decidir si queremos la configuración predeterminada, la configuración fría o la cálida. O decidir, sobre una rueda cromática, qué tintado aplicamos a todo el panel. Un punto a su favor que el software nos permite personalizar la experiencia hasta este extremo.
La pantalla del Honor 7A tiene un buen tacto, pese a que el protector de pantalla antes comentado haga que el borde de la misma sea imperfecto, y nos haga añorar no llevarlo pre-montado. También tenemos un modo de luz nocturna que podemos activar cuando deseemos y que lo tiñe todo de tonos anaranjados, y un modo de ajuste de resolución automático para cuando tengamos poca batería. Como nota negativa, nada de doble toque para encender la pantalla, algo que destacamos en los análisis.
El Honor 7A cuenta con una pantalla correcta, sin mucho más que destacar. Buen brillo aunque algo bajo, buena representación de colores y buena respuesta táctil. Con ayuda del software en algunos puntos interesantes y con algunas carencias. Nada que no hayamos visto en otras gamas de entrada. No destacará este teléfono por la calidad de su pantalla, pero al menos no representa un impedimento que empañe la experiencia de uso. Gris.
2GB de RAM no son para 2018
Llegamos al apartado del rendimiento del teléfono, y aquí es donde toca medir qué tal se comporta el procesador en juegos y aplicaciones pero, sobre todo, en el día a día. Anotamos aquí que se trata de un Snapdragon 430, un chip de ocho núcleos Cortex A53 a 1,5GHz con una GPU Adreno 505 y que llega, en esta versión analizada, con 2GB de RAM y 16GB de almacenamiento interno. Una configuración algo recortada que, como veremos, se muestra manifiestamente insuficiente.
En el manejo de la interfaz, el Honor 7A se comporta con corrección. Despliega los menús con velocidad, permite navegar cómodamente por los escritorios y acceder a las distintas partes del teléfono. La multitarea es la que más sufre, no sólo porque tarda varios segundos en recuperar aplicaciones en segundo plano sino porque muchas de ellas están ya cerradas cuando reclamamos que vuelvan a la acción. Si le sumamos que las aplicaciones no abren a muy buena velocidad, notamos que la experiencia de uso se resiente.
Una vez la aplicación en cuestión está abierta, el teléfono aún tarda un par de segundos más en encontrar la estabilidad y permitirnos el acceso completo y veloz a todas sus funciones. Lo mismo ocurre en juegos, y no hace falta acudir a títulos pesados para notar que el procesador lo intenta pero no llega. Con los Candy Crush, por ejemplo, ya tenemos largos tiempos de carga y cierres en segundo plano, unidos a otros cierres inesperados durante las partidas. No uno ni dos, señal de que el software está algo verde y que el teléfono necesita una actualización para afinar los pequeños fallos que encontramos.
En cuanto a la potencia bruta, a los benchmarks, sentimos informaros que el Honor 7A no nos ha permitido instalarlos, ni desde Google Play ni desde archivos .apk, por lo que no podemos ofreceros las clásicas puntuaciones para comparar su rendimiento con el de su competencia. En el caso de que podamos hacer estas pruebas en el futuro, actualizaremos el artículo para indicar los resultados de las mismas. Mientras tanto, no hemos podido probar AnTuTu, Geekbench, 3DMark ni PCMark, como acostumbramos.
Pese a que el teléfono discurre por las líneas básicas en cuanto a equipamiento y rendimiento, el lector de huellas sigue estando a buen nivel. Ni un solo error de identificación durante todo el tiempo que han durado las pruebas, y respondiendo de forma veloz tanto a la identificación como a la configuración del mismo. La experiencia se enturbia, sin embargo, cuando desbloqueamos el teléfono con la huella estando éste con la pantalla apagada. Aquí, como con la apertura de aplicaciones y juegos, notamos un excesivo retardo hasta que el escritorio está frente a nosotros. Entre dos y cuatro segundos, dependiendo de si tenemos una app abierta en primer plano o no.
Como defecto, el lector de huellas no está acompañado de chip NFC, así que podemos olvidarnos del pago con el móvil. En cuanto al desbloqueo facial, correcto. No demasiado veloz pero sin fallos, aunque presenta el mismo problema de retrasos al desbloquear el teléfono que el lector de huellas. El GPS ha respondido siempre con bastante precisión, y salvo una ocasión en la que nos situó en una carretera secundaria al cruzar una intersección, Google Maps no ha tenido problemas en localizarnos correctamente en todo momento.
En general, el Honor 7A se ha comportado como esperábamos tratándose de un teléfono de gama económica, aunque en algunos momentos el rendimiento se ha resentido más de lo debido. El Snapdragon 430 ha ido más fino en otros análisis que hemos realizado, y de ahí que pongamos el foco en que la RAM se muestra demasiado corta, y en que la ROM puede no estar del todo optimizada. De ahí, por tanto, que ni tan siquiera hayamos podido realizar las pruebas sintéticas de rendimiento. Otro punto gris para el teléfono junto a la pantalla.
Oreo, más EMUI más bloatware
No todas las capas son iguales, y las capas no son para todos. Es quizá el mejor resumen que puede hacerse de este mundo tan interesante, el del software que corre encima de otro software. El de la máscara que muchos fabricantes colocan sobre el sistema operativo, Android 8.0 Oreo en el caso del Honor 7A, y que ofrece más personalización o funciones adicionales, o ambas, dependiendo de en qué fabricante nos encontremos.
En el caso de Honor estamos ante EMUI, que llega en su octava versión. Como en ocasiones anteriores, nos encontramos con una personalización bastante reconocible que huye del cajón de aplicaciones, y no nos deja opción a activarlo. Las aplicaciones en el escritorio, al estilo de iOS o de MIUI, aunque con más intrusas de las que nos gustaría habernos encontrado. Porque si hay una gran pega que poner a la ROM de este Honor 7A es la excesiva presencia de bloatware. Juegos y apps que no hemos pedido, que podemos desinstalar pero que ahí están en cuanto iniciamos el móvil. Y con pesos que no ayudan a camuflar que el móvil tiene únicamente 16GB de memoria interna.
No faltan las aplicaciones propias de Honor, como la galería de fotografías, el gestor de temas o el reproductor de música, aunque también tenemos la suite completa de Google, incluyendo Fotos, por si queremos mantener el mismo uso que en otros terminales. Aparece también por aquí AppGallery, la tienda de aplicaciones del fabricante, además de la clásica app Gestor para optimizar el sistema limpiándolo de archivos inservibles. Aunque incluye un buscador de virus que no debería hacer falta, pero ahí está.
EMUI 8.0 ofrece otras características adicionales, como el modo de lectura que inunda la pantalla de tonos anaranjados, o la posibilidad de optar por la resolución inteligente y que el sistema decida reducirla si nos queda poca batería. Tendremos, por supuesto, acceso a la nube de Huawei y Honor desde la propia configuración, y también desde una aplicación propia, y apps como HiCare o PhoneClone para tratar de facilitarnos el mantenimiento del teléfono o la transición desde otro fabricante si acabamos de hacernos con un nuevo Honor.
En general, EMUI 8.0 no estorba en el Honor 7A, y añade algunas funciones interesantes que complementan y amplían la experiencia de Android. Por desgracia, no parece que el sistema esté demasiado optimizado y, como comentábamos en el apartado de rendimiento, aún causa cierres de aplicaciones inesperados, además de alguna caída de fotogramas que también podría estar causada por el propio procesador. Sensaciones contrapuestas pero un balance positivo para la capa de este Honor 7A.
La batería, 3.000 mAh demasiado desnudos
Da la sensación de que los 3.000 mAh se han convertido en todo un estándar, y es que no son pocos los fabricantes que apuestan por este tamaño para las pilas internas de sus terminales. Ocurre igual en el caso de este Honor 7A. 3000 mAh desnudos, sin carga rápida ni carga inalámbrica, aunque con el clásico modo de ahorro de energía asistido por software desde el propio Android. Pero veamos qué tal se ha comportado durante nuestras pruebas.
Si algo puede decirse de este Honor 7A es que es constante, pero también que demuestra que su optimización en materia energética está lejos de ser "óptima", valga la redundancia. Estando bajo WiFi o en la calle, bajo el paraguas de cobertura de un operador móvil y manejando datos en movilidad. Cuatro horas, no hemos conseguido más, ni tampoco mucho menos. Sin duda una cifra bastante estable pero con la que hemos tenido algunos problemas para volver a casa con energía.
Eso sí, si sois de los que usan el móvil de forma moderada, estas cuatro horas de uso efectivo de la pantalla os servirán para llegar a casa a la tarde, o a la noche, y poner el teléfono a cargar. Si usáis el teléfono de forma más intensiva, o si mezcláis juegos a lo largo de la jornada, más vale que estéis cerca de un enchufe o que llevéis una batería portátil con vosotros.
Una cámara delante, una detrás, rendimiento mejorable
Es ése el equipamiento fotográfico que acompaña al Honor 7A, pues lo que ahora toca es el análisis de sus cámaras. Para la espalda tenemos un único sensor de 13 megapíxeles, uno que llega acompañado por una lente con apertura f/2.2 y que cuenta con un flash LED como apoyo para situaciones con baja luminosidad. El teléfono, además, graba vídeo con resolución FullHD a 30 fotogramas por segundo.
Los trece megapíxeles traseros del Honor 7A se defienden bien con buena luminosidad, y con algo de paciencia podemos obtener buenos resultados, algo que ya viene siendo habitual en casi todos los rangos de cámaras móviles del mercado. Pero aquí vuelven a pesar sus poco más de 100 euros de precio pues en cuanto la luz escasea, mejor desistamos de tomar la fotografía. Mucho ruido con poca luz, enfoque errático y empaste de algunos colores que entorpecen la fotografía definitiva.
Sobre todo destaca la rápida aparición de las temidas "acuarelas" que difuminan algunos colores y parecen confundir bordes, más debidos a defectos en el procesado que a la capacidad del propio sensor o a la calidad de la lente. En cuanto al rango dinámico, tendencias a sobreexponer en cuanto la situación es luminosa, y con algunos problemas a la hora de reflejar situaciones de luces y sombras.
En cuanto llega la noche, la pobre experiencia de la cámara trasera empeora algún más y las situaciones se vuelven demasiado oscuras, con un enfoque dificultoso y demasiado ruido, incluso aunque aún quede luz residual en el propio cielo o estemos asistidos por alguna luz artificial cercana. Porque el flash tampoco echa una mano demasiado útil, ya que se centra en objetos demasiado cercanos.
Para los selfies, Honor ha optado por 8 megapíxeles para su Honor 7A. Un sensor que llega acompañado de su propio flash LED y que tiene una lente con apertura f/2.0, más luminosa que la colocada en la espalda del teléfono. El sensor frontal también es capaz de grabar vídeo con resolución FullHD y 30 fotogramas por segundo de velocidad.
El rendimiento de esta cámara frontal es, sorprendentemente, mejor que el de la cámara principal. Tal vez por su mayor capacidad para captar la luz ambiental e imprimirla en las fotografías, las capturas son veloces y se defiende mejor en baja luminosidad que el sensor de 13 megapíxeles de la espalda. Por desgracia, el procesado es compartido y aquí también tendremos acuarelas tempranas, así como algo de ruido antes de tiempo.
Tampoco encontraremos mucha ayuda por parte del software de cámara incluido en EMUI 8.0, que ofrece los modos clásicos de fotografía automática a elegir, como el modo para panorámicas, o filtros con efectos para la fotografía, o la posibilidad de activar el HDR, que tiene muy poco efecto sobre el resultado final de las fotografías.
No tenemos un modo manual con el que poder tratar de aprovechar el sensor de forma más profesional, y tenemos que confiarlo todo a unos modos automáticos que no nos dejan muy buen sabor de boca. La cámara de este Honor 7A es casi documental, pues nos dejará inmortalizar pero cederá poco espacio a la creatividad. Una pena, pues en estas gamas ya hay cámaras competentes que, sin ofrecer una calidad extraordinaria, dejarán atrás a los sensores de este Honor 7A que, al menos en el aspecto fotográfico, no se muestra capaz de brillar.
El sonido, la gran sorpresa, y para bien
Si el teléfono ha tenido un comportamiento algo gris durante el resto de las pruebas, en sonido Honor se ha esmerado bastante. Y no sólo en el apartado del altavoz externo sino también en cuanto a la calidad de la salida de auriculares. Un buen nivel donde tal vez menos lo esperábamos, en el acompañamiento de la experiencia multimedia.
El sonido producido por el Honor 7A es potente y nítido y ha superado distintas pruebas bastante exigentes en cuanto a graves y agudos. Como curiosidad, y a causa de su diseño, el sonido mejora de forma notable cuando sujetamos el móvil entre las manos, sobre todo en posición horizontal. Nuestra mano hace más por los graves que el propio teléfono, y eso es algo bueno en juegos pero no tanto así en películas o vídeos en los que alejamos el teléfono de nosotros, o lo colocamos sobre una mesa u otra superficie.
La salida de auriculares, otro aspecto importante, también deja el listón alto. Con el añadido extra de que el teléfono incorpora, gracias a EMUI, los ajustes Huawei Listen. Configuraciones específicas para la salida de auriculares y así mejorar la experiencia, Con Listen podremos activar el sonido envolvente e incluso acceder a un ecualizador para personalizar la salida de audio. Si tenemos unos auriculares de calidad, disfrutaremos con el audio generado por este Honor 7A.
Honor 7A, la opinión de Xataka Android
Durante todo el análisis hemos tenido presente que el Honor 7A es un dispositivo de gama de entrada, y que debe valorarse por su comportamiento siendo conscientes de su potencial, y de la competencia que le rodea. Y lo cierto es que la experiencia ha sido inferior a la que esperábamos, sobre todo después de haber probado ya bastantes modelos del fabricante.
Buena construcción para un terminal sólido y cómodo en mano, con una pantalla 18:9 que rinde un poco por debajo de lo esperado pero que no decepciona. El procesador es el que queda algo cojo, tal vez por optimización como hemos comentado anteriormente, y la cámara se hace meramente documental, pues no permite demasiado juego a la hora de elevar el nivel de nuestras fotografías.
Luces y sombras en casi todo momento, con la grata sorpresa de la calidad de sonido pero con una batería mal aprovechada, cuya autonomía confiamos se mejore por software con alguna actualización futura. Puede que el factor más determinante a la hora de que este Honor 7A logre buenas ventas sea el precio. En cuanto descienda de los 100 euros será un teléfono a tener en cuenta aunque cuidado, en esta categoría ya hay pesos pesados con bastante fama.
7.00
A favor
- El teléfono se muestra robusto
- El sonido es de muy buena calidad
- Su precio de salida está próximo al que sería "óptimo"
En contra
- La cámara sirve para documentar, y no para mucho más
- No tenemos NFC
- Pese a ser una gama básica, el teléfono rinde por debajo de lo esperado
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Honor. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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