Llevo una semana probando iOS 18 con sentimientos encontrados: creo que es la mejor y a la vez la peor actualización para el iPhone

Apple mostró al mundo la nueva versión de sus sistemas operativos, siendo iOS 18 una revisión de lo que teníamos hasta ahora en el iPhone. A pesar de ello, los cambios no han sido precisamente pocos: Apple Intelligence es lo más sonado, pero no lo único importante en llegar.

En el momento que la firma californiana liberó la beta para desarrolladores de iOS 18, no dudé: me apunté de inmediato y pulsé con fuerza el botón de actualizar. Ahora que he pasado toda la semana usándola, puedo decir que Apple ha sabido dar en la tecla en algunos apartados mientras que otros suponen un paso atrás. Demos un paseo por el sistema que pretende inaugurar los iPhone 16 y que vendrá el próximo otoño para el resto de mortales.

Viva la libertad. De personalización

No hace falta que diga que la personalización es la gran novedad de iOS 18 justo después de Apple Intelligence. Ahora, las opciones se multiplican en distintos apartados para que esta versión de iOS sea la más cercana a Android de toda la historia.

En primer lugar, me ha encantado que por fin Apple nos de la posibilidad de colocar los iconos cómo y dónde queramos. Era una tremenda absurdez que no se pudiesen dejar espacios entre estos, totalmente incomprensible. Y puede parecer poca cosa, pero para un usuario que ha utilizado durante muchos años Android, se agradece sobremanera.

Vamos con la segunda polémica: los iconos tematizados me parecen una genialidad por más que no sea novedad en los sistemas para móviles. Sí, Google ha hecho lo mismo con Android (y antes), pero el selector de colores me parece más intuitivo. Sí, efectivamente hemos visto aberraciones con ciertos fondos y colores de acento, por suerte, hay otras muy bonitas.

Al fin y al cabo se trata de dar al usuario la libertad para personalizar su móvil. A partir de ahora no veremos dos iPhone iguales. Esto a su vez abre otro tema a debatir: la pérdida de identidad. No sé en qué lado posicionarme, unos días estoy en uno y otros en el contrario, aunque quizá cuando termine de afinarse esta opción de personalización me quedo en el lado a favor.

Pienso que la implementación es muy buena, aunque se nota que estamos todavía en una beta: algunos iconos no se adaptan bien, lo que genera cierta incosistencia alarmante, algo inédito en los iPhone de Apple. Si había un sistema que conservaba esa sensación de continuidad en la interfaz y comportamiento de apps, ese era iOS.

De la posibilidad de cambiar el tamaño de los iconos a «Grande» ni hablo: de pronto iOS parece volverse una capa de personalización de Android china sin mucho gusto. En mi opinión, conservar la etiqueta de texto en los iconos es casi imprescindible. Paso ahora a comentar otro apartado que, en mi opinión, hace más complejo al sistema operativo de Apple: la personalización en el Centro de control.

Siempre he amado este rincón de los iPhone, sobre todo el efecto blur de su fondo, que difumina la pantalla de inicio. También he de reconocer que necesitaba un cambio para permitir alterar el orden por defecto, así como para agregar otros. En este sentido, puedo darme con un canto en los dientes. Poder cambiar los controles es un cambio bastante significativo; en mi caso echaba de menos poner a mano la opción de «Reducir punto blanco».

¿Qué no me ha gustado del renovado Centro de Control? Las nuevas páginas verticales que pueden llenarse de más botones. Por una sencilla razón, y es que la costumbre de cerrar este apartado con el gesto de abajo a arriba provoca ahora unos pasos extra. Los he quitado dejando únicamente la primera página, me sobra.

También merecen una mención los accesos rápidos de la pantalla de bloqueo, otro rincón donde se agradece la inyección de opciones. ¿Para qué queríamos el icono de cámara si deslizando la podemos abrir? Este sinsentido ya tiene arreglo. Ahora puedo poner cualquier app que necesita abrir en un parpadeo.

Las aplicaciones dan un salto con iOS 18

Las apps nativas de iOS mejoran con la subida de versión, en algunas se nota más y en otra menos. Por ejemplo, el cambio en la pantalla principal de «Fotos» nos sirve en bandeja las funciones inteligentes de la app, que en ocasiones pasaban algo más desapercibidas.

No supone un salto abismal, pero son pequeños aderezos que mejoran las sensaciones, y seamos sinceros: lo mejor es poder personalizar esta interfaz descatalogando los álbumes que no nos interesan. ¿Que no quiero las fotos o recuerdos destacados? No hay problema, le digo adiós con solo tocar el icono de eliminar.

Lo mismo con las «Colecciones», no necesito ver mis últimas capturas de pantalla ni vídeos constanemente rellenando la interfaz. Mi máxima es una galería limpia y organizada y ahora sí la puedo personalizar. Toca hablar de la nueva aplicación de la manzana mordida: «Contraseñas».

Esta quizá haya sido de las mejores ideas de Apple en los últimos tiempos: es una aplicación bien diseñada (a nadie le extraña) y sobre todo muy útil. Llevábamos tiempo necesitando un lugar central para todas las claves, también para las passkeys. No puedo dejar de mencionar que por fin iOS cuenta con la posibilidad de compartir la conexión WiFi de casa mediante código QR. Ahora el iPhone se entenderá mejor con los Android que nos visiten.

Casi se me olvida el «Modo de juego», una pequeña adición que debería optimizar el sistema a la hora de jugar. Al parecer cierra procesos en segundo plano para dedicar íntegramente la potencia de nuestro iPhone al título que vamos a ejecutar. En mis pruebas no ha supuesto un cambio tangible en ninguno de los juegos que llevo instalados.

A la espera de la IA... o no

La novedad más importante es Apple Intelligence... pero todavía no está disponible, ni siquiera en EEUU. En otoño llegará, aunque seguramente tarde algo más en desembarcar en tierras europeas. Ni por descontado que personalmente no podré utilizarla: se quedan fuera de juegos los modelos base, el iPhone 15 y iPhone 15 Plus no tendrán las funciones de IA.

En defensa de Apple diré que si bien es lo más rompedor desde hace años, tampoco es algo que vayamos a echar de menos a corto plazo (en un futuro lejano seguramente sí, cuando se vuelquen aun más con Siri). El iPhone seguirá funcionando igual de bien con Apple Intelligence que sin ella, y está claro que las próximas generaciones de los móviles de Apple serán todos compatibles. Terminará haciéndonos pasar por caja, qué le vamos a hacer.

De igual manera, la curiosa y veloz «Tap to Cash» brilla por su ausencia. Parece la forma evolucionada de Bizum pero imposible por el momento verla en acción en primera persona. Seguiremos esperando.

Por esto pienso que es la mejor

En referencia al título de esta publicación, esos sentimientos encontrados me han hecho pensar que si bien es una de las mejores actualizaciones por la apertura a la personalización, me parece también arriesgada y podría convertirse en la peor. Empiezo contando mis motivos:

• Por fin, libertad para iOS: todo lo que he repasado de personalización es sinónimo de libertad. El hermetismo de Apple está muy bien para unas cosas, no tanto para otras. Al fin la firma de la manzana se abre a que el usuario pueda cambiar ciertos elementos y pueda dotar de identidad propia a su teléfono móvil. "Mi iPhone" dejará de ser tan iPhone y será más "mi móvil", no sé si me explico.

• Los cambios de calidad de vida: Apple siempre ha apostado por los pequeños detalles, sin embargo, continuaba algo amarrada a sus costumbres. Esto se rompe por completo en esta primera beta: hemos visto cómo podemos cambiar muchos apartados que antes eran inmutables. Además, no son solo cambios estéticos sino funcionales. Ahí está la galería de fotos o la nueva app de contraseñas.
• El ecosistema mejora con IA: aunque no la haya probado, lo mostrado por la firma californiana durante la presentación del WWDC 2024 apunta muy alto. No solo por la nueva Siri, más inteligente, sino porque todas las características de IA incidirán en los productos del ecosistema. En este campo no hay ninguna otra como Apple.

Y por qué creo que es también la peor

Podría parecer paradójico, no obstante, pienso que en sus virtudes residen también, en cierta manera, unos riesgos que han decidido correr. La mayor complejidad del sistema altera lo intuitivo que resultaba cada apartado, y esto puede generar cierta confusión en el usuario.

Será cuestión de acostumbrarse -o de prescindir de las nuevas características que puedan ser eliminadas- pero lo que ha sido una constante en iOS ahora se tuerce hacia otros lugares. ¿Podría hablar de "pérdida de identidad"? Sólo el tiempo lo dirá. Dependerá, en cierto modo, de si esta tendencia de apertura sigue en las próximas versiones o por el contrario lo hacen de una manera más controlada.

Apple ya ha mostrado sus cartas, más ambiciosas que nunca, y ha corrido el riesgo de la comparación (quién no pensó en Android al ver esos iconos). Sin duda, si hay una firma en la que podemos confiar, esa es la de Cupertino. Sea como sea, la segregación de características por modelo no le sentará muy bien a algunos seguidores de la marca.

No solo lo digo por el tema de Apple Intelligence, sino porque mismamente el nuevo control de linterna, que ahora permite concentrar la luz del flash, se queda fuera de los iPhone 15 que no sean 'Pro'. Parece ser que por motivos de hardware, vale, aunque es una resta más en modelos con menos de un año de antigüedad.

En definitiva, este primer paseo por iOS 18 ha tenido sus puntos de luz y sus sombras. Seguiremos esperando las sucesivas betas, sobre todo la primera beta abierta, donde veremos todo estos elementos en un mejor estado, depurados de cara a ver la luz el próximo otoño. Pase lo que pase, los cambios han llegado para quedarse.

En Xataka Móvil | En qué fijarte al comprar un iPhone reacondicionado

En Xataka Móvil | ¿Cuánta batería tiene un iPhone? Estas son las capacidades de todos los modelos