Tras su paso por el Mobile World Congress de Barcelona, Wiko lanzó el pasado mes de mayo su nueva apuesta por la gama media, el Wiko View3 y el Wiko View3 Pro. Son dos terminales muy parecidos por fuera pero ligeramente diferentes por dentro, siendo el más potente de los dos, el modelo Pro, el que hemos tenido ocasión de probar y analizar.
El Wiko View3 Pro se diferencia de su hermano pequeño, principalmente, en la pantalla, que es FullHD+, la cantidad de memoria RAM (4 o 6 GB en lugar de 3 GB) y el procesador, que es un MediaTek Helio P60 de ocho núcleos a un máximo de 2 GHz. A su espalda, una triple cámara con gran angular y sensor ToF y, por dentro, una batería de 4.000 mAh. El modelo que nosotros hemos analizado es el Wiko View3 Pro de 6/128 GB, y he aquí los resultados.
Ficha técnica del Wiko View3 Pro
WIKO VIEW3 PRO | |
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DIMENSIONES Y PESO | 159,5 x 75 x 8,1 mm |
PANTALLA | IPS/LCD de 6,3 pulgadas |
PROCESADOR | MediaTek Helio P60 |
MEMORIA RAM | 4/6 GB |
ALMACENAMIENTO INTERNO | 64/128 GB ampliables con tarjetas microSD |
CÁMARA TRASERA | Triple cámara de 12+5+13 megapíxeles |
CÁMARA DELANTERA | 16 megapíxeles |
BATERÍA | 4.000 mAh |
SISTEMA OPERATIVO | Android 9 Pie |
OTROS | Desbloqueo facial, lector de huellas trasero, USB tipo C, jack de auriculares, NFC, GPS, Bluetooth |
PRECIO |
WIKO View3 Pro + Carcasa - Smartphone de 6,3” FHD+ (Triple Cámara, 4000mAh para 2 días de autonomía, 6GB de RAM, 128GB de ROM, Octa-Core 2.0 GHz, Android 9, Dual SIM) Nightfall
Diseño: trasera de cristal para un Wiko que sienta bien a la mano
Como manda la tradición, empecemos hablando del diseño. El Wiko View3 Pro está construido en cristal y acabado en dos colores, ambos degradados: uno azul que se torna verde y otro negro que se torna morado según le dé la luz. Este último es que el hemos tenido ocasión de analizar nosotros y nos ha llamado la atención el efecto espejo y que el degradado se aplica también a los cantos laterales del terminal (pero es pintura, no un acabado como tal).
Sin embargo, esta construcción en cristal no termina de dar esa sensación premium que transmiten los dispositivos construidos en este material. Se siente mejor que el policarbonato, pero al tacto, de una forma u otra, se nota menos noble que otros terminales hechos de cristal. Además, como todo móvil hecho de cristal, las huellas se quedan bastante marcadas.
Más allá de eso y aunque dependerá de los gustos personales de cada uno, el Wiko View3 Pro nos ha parecido un móvil bonito y con algunos detalles que gustan, como que el botón de desbloqueo tenga un pequeño grabado que nos indica que estamos tocando dicho botón y no los de volumen; y otros que no gustan tanto, como que el micrófono del canto inferior no esté centrado con el resto de elementos o que la cámara, al sobresalir, haga que el móvil se tambalee.
Repasando la trasera, que ya hemos dicho que tiene efecto degradado y espejo, nos encontramos con el módulo con la triple cámara, el flash LED, el lector de huellas centrado con el eje vertical del dispositivo y en una posición cómoda y el nombre de la marca. Es una estética que nos resulta familiar, sobre todo si echamos un vistazo a los últimos dispositivos de Huawei.
El canto superior aloja el jack de 3,5 mm (un punto interesante ya que nos permite usar los auriculares cableados convencionales), el derecho el botón de inicio y el de volumen (algo más arriba de la posición cómoda para el dedo pulgar), el izquierdo la bandeja para la Dual SIM híbrida y el inferior, finalmente, el altavoz, el USB tipo C y el micrófono (descentrado).
Tiene unas dimensiones de 159,5 milímetros de alto, 75 milímetros de ancho, 8,1 milímetros de grosor y un peso de 184 gramos, por lo que no es un dispositivo excesivamente grueso. En mano se siente robusto, siendo lo suficientemente ligero para usarlo correctamente con una sola mano pero lo bastante pesado para transmitir sensación de resistencia.
WIKO VIEW3 PRO | XIAOMI REDMI 7 | MOTOROLA MOTO G7 | HUAWEI P30 LITE | SAMSUNG GALAXY M20 | |
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DIMENSIONES | 159,5 x 75 mm | 158,65 × 76,43 mm | 157 x 75,3 mm | 152,9 x 72,7 mm | 156,4 x 74,5 mm |
GROSOR | 8,1 mm | 8,47 mm | 8 mm | 7,4 mm | 8,8 mm |
PESO | 184 gr | 180 gr | 172 gr | 159 gr | 186 gr |
PULGADAS | 6,3" | 6,26" | 6,2" | 6,15" | 6,3" |
RATIO PANTALLA / FRONTAL | 81,4% | 81,5% | 81,4% | 84,2% | 83,6% |
En cuanto al frontal, la pantalla es la principal protagonista y ocupa, según GSMArena, que es la referencia que usamos para evitar sesgos y usar un baremo común, un 81,4%. Hablaremos ahora de la pantalla, pero llama la atención la barbilla de la parte inferior y el notch de gota de la parte superior, ambos elementos de medio centímetro de ancho.
Pantalla: un poco más de brillo no vendría mal
Seguimos con la pantalla. Estamos ante un panel IPS/LCD de 6,3 pulgadas y, aunque la cifra parezca demasiado alta, lo cierto es que el Wiko View3 Pro no se siente como tal. Es cierto que es lo suficientemente grande para que no sea del todo cómodo usarlo con una sola mano, pero vía software se pueden hacer algunos gestos para facilitar la labor, como deslizar hacia abajo en la pantalla de inicio para desplegar la cortina de notificaciones.
En cuanto a resolución, como gama media que es, tenemos un panel FullHD+ (2.340 x 1.080 píxeles) y relación de aspecto 19,5:9, lo que se traduce en una densidad de píxeles de 409 ppp, más que suficiente para que la experiencia sea buena. Por más que te acerques al panel no vas a ser capaz de ver los píxeles. No hemos tenido problema ni al leer, ni al chatear ni al consultar redes sociales. El FullHD+ sigue funcionando y como se suele decir, si algo funciona, no lo toques.
La pantalla, por defecto, viene un poquito más cálida de la cuenta. No demasiado, pero lo suficiente para que los blancos no terminen de ser del todo blancos. Por fortuna, arreglarlo es tan sencillo como ir a Ajustes > Pantalla > Color de pantalla y mover el cursor un punto a la izquierda. Así se consiguen unos colores más fieles y unos blancos realmente blancos.
Cabe destacar que en los ajustes de pantalla también podemos activar la luz nocturna para que, cuando caiga la noche, la pantalla se ponga más naranja, el brillo sea menos incisivo y no moleste tanto en situaciones de baja iluminación. Y ahora que hablamos de usar el móvil de noche, el brillo mínimo es lo suficientemente bajo para usar el móvil cuando la luz escasea, pero al brillo máximo no le habría venido mal un par de puntos más para que usarlo en exteriores fuese más cómodo.
No hemos tenido problemas con los ángulos de visión o con reflejos indeseados. Lo único que se puede destacar como negativo es que, a pesar de tener notch, el borde superior se mete ligeramente en la pantalla (el panel no llega hasta el borde del móvil) y que el notch es bastante grande. De hecho, es curioso, porque desde los ajustes puedes quitar el notch o ponerlo con forma de gota de agua, lo que añade un borde negro a los lados que tapa un poco más de pantalla.
Altavoz: bien en sonido y con jack de auriculares
No podemos dejar de hablar del altavoz y del apartado del sonido, en el que el Wiko View3 Pro nos ha sorprendido para bien. Lo único malo es la posición, de la que hablaremos ahora. No hemos tenido ningún problema al escuchar música o ver vídeos. El sonido es nítido, los graves no se escuchan enlatados y los agudos son correctos. Tanto el altavoz principal como el altavoz para llamadas se escuchan alto y bien.
Sin embargo, todo sea dicho, la posición no es la más cómoda. El altavoz se ha colocado en la zona derecha del canto inferior, por lo que, si tienes las manos grandes o coges el teléfono demasiado arriba al sujetarlo en horizontal, con casi total seguridad lo taparás. Eso provoca que el sonido se escuche enlatado y la calidad global se reduzca. Cabe destacar que Wiko ha decidido mantener el jack de auriculares y que incluye unos en la caja. Minipunto para Wiko.
Rendimiento: sorprende, y para bien
Pasamos a hablar del rendimiento, un apartado en el que Wiko View3 Pro ha conseguido dejarnos con un buen sabor de boca. Repasando los elementos de su motor, Wiko no ha querido quedarse corto de memoria RAM, por lo que más como apuesta de futuro que como algo que se vaya a aprovechar en el día, ha optado por introducir ni más ni menos que 6 GB de RAM, una cifra nada desdeñable cuyo comportamiento en la multitarea ha sido más que correcto.
Le acompaña un procesador MediaTek Helio P60, uno de los últimos lanzamientos del fabricante chino. Este tiene una configuración de ocho núcleos con dos clústeres: uno de máximo rendimiento y uno de ahorro de energía. El de rendimiento se compone de cuatro núcleos Cortex A73 a 2 GHz, mientras que el de eficiencia consta de otros cuatro núcleos, esta vez Cortex A53, a 2 GHz. La GPU es la Mali-G72 MP3, suficiente para jugar siempre y cuando aceptes que no vas a poder disfrutar de los juegos en máxima calidad.
Para el almacenamiento, 128 GB de memoria interna de los cuales podemos acceder a 109,26 GB, una cifra suficiente para guardar música, películas y vídeos de todo tipo sin quedarte sin espacio. Por si fuera poco, siempre podemos introducir una tarjeta micro SD de hasta 256 GB. Unos buenos números que no hemos sido capaces de llenar ni de lejos. Hechas las presentaciones, hablemos de la experiencia.
En aplicaciones del día a día, como WhatsApp, Twitter, Instagram o Gmail, no hemos tenido ningún tipo de limitación. Los tiempos de apertura son correctos, la navegación es fluida y alternar entre una app y otra no implica tener que volver a cargar la app de cero. Después de todo, hay 6 GB de RAM haciendo su trabajo, y se nota. Lo que sí hay que destacar es que las animaciones son un poco toscas, sobre todo cuando pasas de una app sencilla como WhatsApp a una con una carga visual más importante como Instagram.
En lo que a juegos se refiere, la cosa cambia cuando hablamos de tiempos de apertura. Es bastante lento cargando los juegos en frío, sobre todo los más pesados. Por poner un par de ejemplos, 'Asphalt 9: Legends' tarda unos 16 segundos en iniciarse, 'Pokémon GO' unos 12 segundos y 'PUBG Mobile' unos 18 hasta llegar a la pantalla de carga. Sin embargo, al César lo que es del César, el rendimiento una vez la aplicación está abierta es correcto y estable.
No es un gama alta, por lo que no podemos esperar poder jugar a PUBG a 60 fotogramas por segundo en calidad alta, pero el rendimiento de las partidas es bueno cuando usamos calidades intermedias. Siguiendo los ejemplos anteriores, en 'PUBG Mobile' hemos podido jugar sin cortes ni lag de ningún tipo, salvo algún tirón sin importancia en escenas de mayor carga gráfica. En 'Asphalt 9: Legends' lo mismo, buen rendimiento, estable y sin caídas de frames aparentes.
En juegos livianos, tipo 'Brawl Stars' o 'Clash Royale', la experiencia ha sido más que correcta. El procesador y la GPU se comportan y permiten jugar a la mayoría de títulos populares sin mayor inconveniente. Pero más allá de eso, lo que llama la atención es la multitarea. Puedes volver a 'PUBG Mobile' después de varios minutos jugando a 'Asphalt 9: Legends' y la app sigue abierta y lista para funcionar. Se nos ha quedado muy buen sabor de boca, sin duda. Para los que se fijen en los benchmarks, aquí tenéis las puntuaciones:
WIKO VIEW3 PRO | XIAOMI REDMI 7 | MOTOROLA MOTO G7 | HUAWEI P30 LITE | SAMSUNG GALAXY M20 | |
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ANTUTU | 138.513 | 104.862 | 102.307 | 131.268 | 108.242 |
GEEKBENCH 4 (SINGLE / MULTI) | 1.490 / 5.716 | 1.233 / 4.236 | 1.284 / 4.551 | 1.550 / 5.499 | 1.310 / 4.031 |
Y ya que hablamos del rendimiento, hablemos de cómo se comporta el desbloqueo facial y el lector de huellas. Empezando por este último, el sensor es rápido y fiable. No suele fallar al detectar la huella y reacciona con solo rozarlo, por lo que la experiencia es más que buena. Su posición es cómoda, ya que el dedo índice cae justo encima, ya seas zurdo o diestro.
En cuanto al desbloqueo facial, Wiko ha preferido sacarlo de los ajustes de bloqueo para meterlo en el apartado "Funcionalidades Wiko", una opción que, francamente, hace más difícil encontrar la opción. Más allá de eso, al no tener un sensor dedicado al detectar la cara, el View3 Pro se vale de la cámara interna y de la IA para analizar la cara. Por ello, los resultados son dispares.
Por un lado, solo funciona cuando miras al teléfono de frente, por lo que, como ocurre en todos los terminales de este tipo, solo se puede usar cuando coges el teléfono justo delante de ti, lo que no es una posición cómoda ni natural.
Por otro lado, el desbloqueo es "rápido" cuando hay buena luz (el proceso tarda unos dos segundos), mientras que de noche hinca la rodilla, tarda más tiempo o, directamente, no detecta la cara (esto de que no detecta la cara lo veremos en el apartado fotográfico de nuevo). No está de más tenerlo, pero no es lo suficientemente rápido para sustituir al lector de huellas.
Concluimos el apartado hablando de conectividad, un punto en el que el Wiko presume de que no le falte de nada. Tenemos WiFi de doble banda, Bluetooth BLE, GPS (Glonass, Beidou, Galileo), NFC para pagar con el móvil, jack de auriculares, USB tipo C y radio FM, por lo que el dispositivo llega más que preparado.
Sistema operativo: Android 9 Pie y un par de modificaciones
Llegamos al sistema operativo, donde Wiko vuelve a hacer bien las cosas. El Wiko View3 Pro llega con Android 9 Pie y apariencia casi stock, y decimos casi porque la empresa ha implementado algún que otro añadido que merece la pena abordar. Las modificaciones estéticas no son muchas, hasta el punto de que solo llama la atención el color de los iconos de la cortina de notificaciones. Los cambios están en los ajustes.
Pero hablemos de bloatware. No tenemos bloatware como tal más allá de las aplicaciones propias de Google y WiLine (una app para gestionar las fundas de Wiko). Sin embargo, si vamos a "Funcionalidades Wiko" en los ajustes e intentamos activar el modo fácil o la asistencia inteligente, el móvil nos redirige a Google Play para descargar dos aplicaciones chinas de las cuales una, Smart Assist, contiene anuncios. Como punto positivo, al menos no tenemos aplicaciones duplicadas.
En cuanto a interfaz, no tenemos muchas opciones de personalización en el launcher, que ha sido desarrollado por Wiko. Tenemos un botón para activar el cajón de aplicaciones, para cambiar la forma de los iconos o para mostrar un icono de notificación en las apps con actualizaciones, pero poco más.
Pasando a los ajustes, tenemos una función interesante que podría haberse explotado algo mejor: el modo oscuro. Es un modo oscuro que se queda a medias, ya que solo oscurece el fondo del cajón de aplicaciones y en la cortina de notificaciones, pero no en el resto de la interfaz y aplicaciones. No es mala idea, pero si la pantalla de los ajustes es blanca, por más modo oscuro que actives, seguirá siendo blanca.
La madre del cordero está en el apartado "Funcionalidades Wiko". Allí es donde la empresa ha metido todas las opciones adicionales, si bien no todas son interesantes. Una de ellas es la luz indicadora de notificaciones (a.k.a. LED de notificaciones), que permite activar o desactivar el LED en determinadas circunstancias. Por desgracia, no pueden cambiarse los colores.
También podemos activar o desactivar la barra de navegación para usar gestos o los clásicos botones de Android, ocultar el notch o convertirlo en notch en forma de gota (una opción que ya dijimos que nos parecía un poco innecesaria), activar una opción para hacer capturas de pantalla deslizando hacia abajo con tres dedos y añadir "acciones inteligentes", como hacer doble pulsación para apagar o encender la pantalla.
Dicho esto, hablemos de su rendimiento. No hemos tenido problema al navegar por la interfaz. Optar por Android Puro siempre suele ser un acierto, y el caso del Wiko View3 Pro no ha sido una excepción. En líneas generales, la experiencia ha sido muy positiva y si bien el sistema operativo puede quedarse corto de ajustes si la comparamos con otras capas como MIUI o EMUI, seguramente haya usuarios que valoren la sencillez por encima de las funciones.
Autonomía: duración mejorable y carga rápida no tan rápida
Hablemos ahora de la batería y la autonomía, uno de los apartados más críticos de cualquier dispositivo. El Wiko View3 Pro tiene 4.000 mAh de batería y carga rápida, pero ni la batería parece tener semejante capacidad ni la carga rápida es rápida. De media hemos conseguido entre cinco horas y media y seis horas de pantalla activa, algo menos si le apretamos, una cifra quizá demasiado baja para un dispositivo de su rango de precio que no se compensa con una carga rápida tan rápida.
Las aplicaciones multimedia son bastante tragonas. Por ejemplo, 50 minutos de cámara consumen un 25% de batería, 30 minutos de Twitter un 7% y 20 minutos de Pokémon GO un 5%. En reposo el consumo también es elevado, por lo que si te vas a la cama con un 60% de batería, seguramente te despiertes con un 49% o menos. En pocas palabras, la autonomía no es un apartado en el que destaque.
Tampoco destaca su carga rápida, que de rápida tiene más bien poco. Enchufándolo al 0% tardamos 30 minutos en conseguir un 30% de batería, una hora en llegar al 47%, una hora y media en llegar al 67%, dos horas y cuarto en conseguir el 81% y casi tres horas en completar la carga. Demasiado lento para un dispositivo de su precio.
Cámara: sacarse un buen selfie es complicado
Y llegamos al último apartado, que es el de la fotografía. Los selfies van de la mano de una única lente oculta en el notch de 16 megapíxeles, mientras que la cámara trasera se compone de los siguientes tres sensores:
- Sensor principal de 12 megapíxeles f/2.0 de 1/2,9", píxeles de 1,25 micras y una amplitud de 27 mm.
- Sensor gran angular de 13 megapíxeles con 16 mm de amplitud.
- Sensor de profundidad ToF de 5 megapíxeles.
Aunque el procesador se supone que es compatible con Inteligencia Artificial, no se hace mención a dicha IA en ningún apartado de la cámara ni se especifica en su hoja de aplicaciones que la IA se encargue de detectar escenas. Sí se menciona que se encarga del modo retrato, y ya veremos que es un apartado en el que tiene bastante margen de mejora. Pero antes de ver los resultados, hablemos de la app de cámara.
App de cámara
La aplicación es bastante simple, aunque no por ello demasiado intuitiva. Los modos principales (panorámica, vídeo, foto, retrato y belleza) se han colocado en la parte inferior, justo encima del disparador, el acceso a la galería y el botón para cambiar de cámara. La parte superior se deja para los ajustes como el flash o el HDR.
Es precisamente cuando buscamos los ajustes cuando nos encontramos con algo raro, ya que para hacer algo tan sencillo como cambiar la resolución de la foto hay que pulsar el botón de los tres puntitos (arriba a la derecha), pulsar de nuevo en ajustes y buscar el acceso concreto. Habría sido más sencillo poner los modos en una ventana aparte (como Motorola o Huawei, por ejemplo) y sacar los ajustes a una pantalla adicional, de forma que fuesen más fáciles de encontrar.
En cuanto al rendimiento, un sabor más bien agridulce. Cambiar de un modo a otro puede resultar algo lento (mayormente porque las animaciones son algo toscas) y el disparador no es tan rápido como habría gustado, lo que provoca que, sobre todo de noche, algunas fotos puedan salir movidas. Pero, ¿se comporta? ¿Los resultados son buenos? Veámoslo.
De día, el Wiko View3 Pro consigue salvar la escena gracias, en parte, al HDR. Es capaz de recuperar los detalles del cielo y del fondo, evitando así las luces quemadas, pero las sombras más fuertes se quedan demasiados oscuras. Además, a pesar de que la luz es correcta, se puede apreciar bastante ruido al ampliar y se puede ver que los detalles más cercanos no están del todo bien definidos. Como punto positivo, los colores son correctos y están bien saturados.
Con el gran angular se nota que no hay una buena corrección de distorsión. Los bordes laterales suelen salir doblados, un efecto que gustará algunos y no tanto a otros. Más allá de eso, se consiguen unos colores muy parejos a los obtenidos con el angular normal, pero el nivel de detalle cae bastante, el ruido se hace más evidente y el efecto acuarela no duda en hacer acto de presencia.
El zoom, por su parte, puede valer para hacer alguna foto puntual de un elemento que esté lejos, pero el nivel de detalle se resiente bastante. No tenemos un sensor de 48 megapíxeles con el que acercar no sea un problema, sino que tenemos 12 megapíxeles, y eso se nota cuando ampliamos. Los bordes no están bien definidos del todo, la imagen está algo más difuminada y puede apreciarse el ruido hasta en las zonas iluminadas.
La cámara del Wiko View3 Pro tiene modo retrato, un modo retrato de cuyo desenfoque se encarga el sensor ToF. Si bien el nivel de detalle del sujeto es correcto, el recorte no termina del ser del todo preciso (fíjate en el cuello) y el fondo suele salir quemado. Además, el efecto bokeh no se aplica de forma gradual, sino que todo el fondo sale igual de desenfocado, por lo que el resultado es poco natural.
Si el Wiko View3 Pro conseguía unos resultados interesantes con la cámara trasera, con la cámara delantera es todo lo contrario. Conseguir un buen selfie es complicado, con independencia de la luz que haya. Hay dos posibilidades: o usar el HDR y que el resultado sea muy poco natural (foto izquierda) o desactivarlo y salir mejor iluminado pero con el fondo totalmente quemado (foto central), cuando no quemado por completo (foto derecha). El sensor es muy inestable y, en algunas ocasiones, la experiencia llega a ser frustrante. Conseguir un buen selfie ha sido una tarea difícil.
Y con el retrato, lo mismo. La cámara tiene un serio problema con las gafas, hasta el punto de que para probarla me las tuve que quitar porque con ellas puestas la cámara no detectaba mi cara. En alguna ocasión conseguí sacarme un retrato con las gafas puestas, pero más allá de eso, la foto, con gafas o sin ellas, tiene mucho margen de mejora.
Por un lado, el recorte es más bien regular. Los bordes no están bien definidos e incluso en zonas sencillas que contrastan con el fondo, como la camiseta, la cámara no es capaz de conseguir un recorte preciso. En zonas como el pelo, las orejas o la barba también se nota que sufre. Por otro lado, salvo que el fondo sea completamente oscuro (como la foto izquierda), generalmente tiende a salir quemado (foto derecha), lo que sumado a un recorte impreciso y un nivel de detalle más bien escaso da como resultado una experiencia bastante mejorable.
De noche, la cámara consigue salvar la imagen y ofrecer un resultado decente. No es la mejor cámara nocturna en su rango de precios, pero al menos se puede usar sin mayor problema. La cámara hace un buen trabajo gestionando las luces amarillas, conserva medianamente bien el detalle y los colores son fieles a la realidad. Sin embargo, basta con ampliar para ver que la imagen está muy lavada, que los bordes no están del todo nítidos y que el efecto acuarela está bien presente.
Con el gran angular ocurre más o menos lo mismo que de día. El sensor consigue igualar los colores obtenidos con el sensor normal, pero la distorsión de la lente no está bien corregida y el ruido no tarda en hacer acto de presencia. Los bordes de los elementos más lejanos no están bien definidos y la foto ha sido ligeramente lavada, aunque eso lo notamos solo al ampliar. Más allá de eso, la escena global es aceptable.
El zoom de cuatro aumentos digital ya es harina de otro costal. Si de día la presencia de luz nos permitía conseguir un resultado aceptable, de noche hinca la rodilla por completo y arroja un resultado más regular. Los detalles no están bien conservados, los bordes no están definidos y la foto está excesivamente lavada. Aun así, la colorimetría es correcta y se puede usar para sacar alguna que otra foto puntual.
De noche podemos acceder al modo noche, valga la redundancia. Este modo tarda un poquito más en tomar la foto pero mejora ligeramente el detalle y la nitidez. Sin embargo, el resultado es muy parecido a la foto disparada en automático y, salvo que amplíes y prestes atención a los detalles, las diferencias no se aprecian.
En el retrato también hinca la rodilla. Como ocurría con los selfies, la cámara tiene serios problemas para detectar la cara con las gafas puestas y, en más de una ocasión, al disparar, directamente no desenfocaba el fondo. La calidad general de la foto es más bien escasa, el detalle es muy reducido y el recorte tiene bastante margen de mejora. Además, el disparo es bastante lento, por lo que muchos (insisto, muchos) retratos tienden a salir movidos.
Llegamos a los selfies nocturnos, una de las peores experiencias que hemos tenido con el dispositivo. La cámara es extremadamente inestable, hasta el punto de que en una misma situación es capaz de conseguir una foto decente (izquierda) y una foto completamente sobreexpuesta (derecha). Como ocurría con los selfies diurnos, la cámara llega a ser frustrante y, en pocas palabras, no la hemos disfrutado, a pesar de que cuando acierta y consigue una escena bien iluminada el resultado es bastante aceptable.
Y con el retrato más de lo mismo. Dejando de lado que conseguir un retrato con las gafas puestas es toda una odisea, la cámara es bastante lenta y conseguir un selfie nítido es difícil. Los dos ejemplos de arriba son de los mejores que hemos podido conseguir y los hemos seleccionado para mostrar el recorte, pero en términos generales, el fondo suele salir sobreexpuesto.
En cuanto al recorte (y cuando por fin consigue detectar la cara), el resultado dependerá en gran medida del contraste que haya entre el sujeto y el fondo. En la foto de la izquierda, la camiseta oscura destaca sobre el fondo claro, por lo que el recorte es más preciso y, aunque tiene sus fallos, se puede salvar. En la foto derecha, donde el contraste es algo más reducido, puede verse que la cámara no detecta bien el pelo y los bordes de la cara. Sea como sea, y con independencia de la situación, el detalle es escaso y el efecto acuarela es evidente.
Ver galería completa » Fotos tomadas con el Wiko View3 Pro (161 fotos)
Terminamos hablando del vídeo, un apartado en el Wiko View3 Pro tampoco destaca en exceso. Es capaz de grabar hasta en FullHD a 30 fotogramas por segundo y la calidad es más bien discreta. Los detalles no están bien definidos, los fondos salen quemados, tarda mucho en adaptarse a la luz y no tiene estabilización de ningún tipo. Los ejemplos de abajo han sido grabados andando a paso normal sujetando el teléfono con las dos manos.
Wiko View3 Pro, la opinión y nota de Xataka Móvil
El Wiko View3 Pro es un teléfono bonito, con un diseño cuidado y atractivo que, a pesar de estar construido en cristal, no termina de transmitir esa sensación de dispositivo premium. Es cómodo a la mano y su peso es suficiente para que la sensación sea de robustez. Salvando la barbilla y el notch, no se le pueden poner "peros" en el apartado del diseño.
La pantalla, quitando que viene algo cálida de fábrica, se comporta bien, aunque un poquito más de brillo no le vendría nada mal. La resolución FullHD+ sigue funcionando y es suficiente para cualquier tipo de situación, ya sea leer, jugar o chatear. El altavoz tiene pegada, se escucha bien y, por si fuera poco, tiene jack de auriculares.
Aun así, uno de los puntos más positivos del Wiko View3 Pro es el rendimiento. A pesar de tener un procesador MediaTek, el terminal se comporta bien y ofrece fluidez en el día a día. Es cierto que los tiempos de apertura son bastante altos, pero los 6 GB de RAM y el procesador Helio P60 trabajan bien en equipo y eso se traduce en una experiencia sorprendentemente satisfactoria.
Y hasta aquí los puntos positivos, porque la batería y la cámara, sobre todo la delantera, no son sus puntos fuertes. Aunque tiene 4.000 mAh y carga rápida, la autonomía se queda algo corta y cargar la batería al completo toma entre dos horas y media y tres horas, por lo que el conjunto global podría ser mejorable. Viendo cómo está el mercado y la competencia, por 299 euros se podría haber dado algo más.
La cámara trasera consigue unos resultados decentes de día y hasta de noche, aunque tiene algunas carencias como el exceso de ruido o un rango dinámico mejorable. El problema está en la cámara delantera, que es inestable, ofrece unos resultados muy dispares y tiene serios problemas con la detección de la cara. Estamos de acuerdo en que es un gama media, pero eso no justifica que hacerse un selfie, sea normal o retrato, llegue a resultar frustrante.
El Wiko View3 Pro compite en un rango de precios complicado. Por 299 euros puedes hacerte con un Xiaomi Mi A2, un Redmi Note 7, un Motorola Moto G7, un Honor 20 Lite o un Samsung Galaxy M20. Es cierto que el Wiko saca pecho en cuanto a rendimiento y diseño, pero la experiencia fotográfica y la batería podrían haberlo hecho mucho mejor. Del usuario dependerá elegir en función de sus preferencias.
7,8
A favor
- Un diseño llamativo con detalles interesantes.
- Sistema operativo similar a Android Puro.
- El rendimiento sorprende para bien.
En contra
- La cámara delantera es bastante mejorable.
- Un poco más de brillo no le vendría nada mal.
- La carga rápida no es tan rápida.
WIKO View3 Pro + Carcasa - Smartphone de 6,3” FHD+ (Triple Cámara, 4000mAh para 2 días de autonomía, 6GB de RAM, 128GB de ROM, Octa-Core 2.0 GHz, Android 9, Dual SIM) Nightfall
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