Xiaomi es uno de esos fabricantes con un potente efecto polarizador sobre el mercado. El constructor chino no deja indiferente, ni a sus legiones de fans ni a la larga cola de detractores que persigue cada uno de sus lanzamientos. Podríamos decir que tiene madera de gigante, aunque sus salidas al exterior por ahora sean con cuentagotas, o lo eran hasta este Xiaomi Mi A1, una versión del Mi 5X pero con Android puro en su interior.
Su capa tiene buena parte de culpa de este efecto, una sábana para cubrir Android que se parece mucho a iOS, tal vez demasiado, algo que no le ha granjeado pocas críticas. Y precisamente esto es lo que desaparece con este Xiaomi Mi A1 que tenemos entre manos. Un teléfono nacido del matrimonio entre Google y Xiaomi y que porta Android One en sus entrañas.
Si os parece, acompañadnos durante su análisis. Hemos abordado el teléfono con la ilusión de que pueda convertirse en el nuevo “Moto G”, a la hora de recomendarlo y, por qué no, también ventas, pero también con precaución. Las cosas no suelen ser tan bonitas como parecen, pero todo ello iremos desgranándolo poco a poco a lo largo de las siguientes líneas, ¿empezamos?
Xiaomi Mi A1, las especificaciones técnicas
Cuando hablamos de este Xiaomi Mi A1 lo hacemos teniendo presente que se trata de un dispositivo de gama media, con características interesantes pero alejado de potencias superiores, y también más costosas. Un teléfono con el Snapdragon 625 a bordo y con una doble cámara prometedora, pero con defectos como la ausencia de chip NFC. Antes de adentrarnos en el análisis, veámoslas en la siguiente tabla.
Pantalla |
5,5 pulgadas FullHD |
---|---|
Procesador |
Snapdragon 625 de ocho núcleos a 2,2GHz |
RAM |
4GB |
Almacenamiento |
64GB más microSD |
Cámara trasera |
12 megapíxeles gran angular |
Cámara frontal |
5 megapíxeles |
Batería |
3.080 mAh sin carga rápida |
Dimensiones |
155,4 x 75,8 x 7,3 milímetros |
Otros |
LTE, WiFi, Bluetooth, GPS, lector de huellas |
Precio |
El mismo Xiaomi de siempre, por qué cambiar lo que funciona
Los materiales “nobles” ya casi no entienden de categorías o clases. Los teléfonos metálicos y los recubiertos de cristal aparecen ya en casi todas las franjas de precio, y ya no nos extrañan los cuerpos de metal al alcance de todos los bolsillos. En este caso, recubriendo un cuerpo con 155,4 milímetros de alto y 75,8 milímetros de ancho. No se trata de un teléfono compacto, ni mucho menos, pero sí resulta cómodo y equilibrado con sus 165 gramos de peso.
El Mi A1 no se ha sumado aún a la tendencia cada vez más pronunciada que aleja los marcos de los teléfonos. Estamos ante un Xiaomi clásico, con las características de sus familiares de generaciones anteriores, y cuyos únicos cambios reseñables son los relativos a la carga y a la transferencia de datos. El puerto USB C, reversible, aparece en este terminal y nos avisa de que es hora de ir cambiando los cables que tenemos en casa. La desaparición del microUSB está más cerca de lo que pensamos.
El diseño es un clásico de la marca, como decíamos, y nos topamos con un frontal completamente blanco, distinguiéndose del oro rosado de sus laterales y trasera, uno de los colores disponibles para este Mi A1 junto con el dorado y el negro. Un diseño unibody que deja el lateral izquierdo para la bandeja de la SIM y la microSD, el lateral derecho para los botones de encendido y volumen y el resto de puertos se van a la parte inferior. El USB C enmarcado por el altavoz y el jack de auriculares. ¿Y la partes superior? Para un micrófono de reducción de ruido.
El frontal blanco del teléfono rodea la pantalla y no hay marcas de ningún tipo. Sólo tenemos el altavoz para las llamadas, la cámara con el sensor lumínico sobre el panel, y los botones hápticos en la parte inferior. Porque al ser este Mi A1 una variante del Mi 5X, tendremos botones hápticos en lugar de botones por software, como los que Google lleva defendiendo durante años.
La espalda del terminal con la cámara dual en la esquina, junto al flash, con el lector de huellas en el centro y con los logotipos de las marcas en la parte inferior. Xiaomi, por supuesto, y Android One de forma bien distinguible. La principal característica de este Xiaomi Mi A1 cuyo cuerpo metálico resulta agradable al tacto y resiste con bastante solvencia tanto a la suciedad como a las huellas.
Como veremos en la tabla a continuación, el Xiaomi Mi A1 no es un terminal pequeño aunque sí delgado. Su cuerpo de 155,4 milímetros supera en algunas unidades a su competencia directa en el terreno de las cinco pulgadas, pero con sus 7,3 milímetros de grosor sí se convierte en uno de los más finos. Un dispositivo con buena construcción y ergonómico.
Un cuerpo de 165 gramos pero que aún así aparenta ser más ligero y tiene buen agarre, aunque se habría agradecido algo de textura para evitar deslizamientos, sobre todo teniendo en cuenta las dimensiones del terminal. Un Xiaomi que, como decíamos al principio, se parece a todos los demás y cuenta con un diseño que tal vez esté ya pidiendo una renovación. Pese a todo, un teléfono sólido, bien construido, cómodo y limpio. Se le pueden pedir pocas cosas más al diseño de este Xiaomi Mi A1.
Larga vida al LCD
En plena transición hacia el OLED por parte de los gigantes de la industria, el LCD sigue teniendo mucha vida por delante. La prueba la tenemos en un Xiaomi en pleno crecimiento que apuesta por los paneles IPS, como el que monta este Xiaomi Mi A1. 5,5 pulgadas con resolución FullHD, 400 píxeles por pulgada. Una cifra bien conocida en las gamas medias y algunas altas, y un rendimiento que ahora veremos de forma detallada.
Podemos empezar por el brillo, una característica importante porque es la que nos permite utilizar la pantalla en exteriores. La visualización en interior se presupone en todos los modelos, independientemente de su categoría. Aquí estamos ante un panel que ofrece 450 nits y que puede alcanzar chutes de hasta 100 nits extra y que permite ver el teléfono en la calle, lo que resulta suficiente. El brillo automático funciona relativamente bien, aunque no es demasiado veloz y alguna que otra vez ha hecho "lo que ha querido".
Una pantalla que muestra un buen contraste, que refleja colores ligeramente saturados pero que sientan bien en conjunto, aunque una pantalla que no permite personalizar la experiencia. Acostumbrados ya a que las distintas capas permitan decidir la viveza, la saturación de colores individuales, Android One ofrece una visión simplista. Ésta es la pantalla que hay y, aunque sea buena, no podrás personalizarla.
El panel de este Xiaomi Mi A1 está protegido por Gorilla Glass, que lo protege contra golpes y rayaduras y también ofrece su buen tacto característico. La respuesta táctil es veloz, los ángulos de visión son buenos y, lo que es más importante, resiste bastante bien a las huellas. Habrá que limpiarla, como pasa con todas, pero con menor frecuencia. Un hurra al tratamiento oleófugo, sobre todo de parte de aquellos que estamos algo obsesionados con retirar constantemente los brillos provocados por el uso.
Muy poco puntos negativos pueden achacarse a esta pantalla. Como antes comentábamos, que no podemos personalizar la experiencia, ni con barras deslizantes al detalle ni con perfiles. Otro defecto, la ausencia del doble toque para encender y apagar. De acuerdo, no es imprescindible, pero es una característica que se echa de menos en cuanto se prueba, y que buscamos en cada teléfono analizado. Por lo demás, una pantalla de mucho nivel.
Algo tiene este Snapdragon 625
Algo tiene porque ya hay un sustituto en circulación pero se sigue montando. Un procesador de ocho núcleos a 2GHz al que no dejan de salirle novios, y que en el caso de este Xiaomi Mi A1 se hace acompañar por 4GB de RAM y por un almacenamiento de 64GB más la microSD. Porque es Android puro, pero no hablamos de un Nexus. Puedes colocarle una microSD y también formatearla para que engorde la memoria interna en lugar de operar de forma paralela. Una gran noticia.
Hay que tener los pies sobre la tierra. Este Xiaomi Mi A1 es una gama media y como tal se comporta. Un teléfono que en todo momento va fluido, que no muestra retardos ni para abrir aplicaciones ni para cambiar entre ellas cuando echamos mano de la multitarea, y que responde cuando le exigimos. Aunque cuando hacemos esto último, flaquea ligeramente. Flaquea porque su GPU Adreno 506 está para lo que está, pero no para ejecutar con soltura juegos pesados. La tos aparece con Asphalt, aparece con HearthStone y aparece en general con títulos en 3D que piden un chip superior. Nada pronunciado, eso sí, pues el rendimiento de este Snapdragon 625 tiene poco que envidiar a sus hermanos mayores.
Nada que objetar en el resto de planos, ni en el del manejo de la interfaz ni tampoco en la ejecución del resto de aplicaciones. Ni fotografía, ni ofimática, ni redes sociales ni mensajería se ejecutan con lentitud, y la navegación bajo datos también se produce a muy buena velocidad. Un teléfono concebido para rendir con soltura salvo que necesitemos especificaciones de gama alta. Porque, lamentablemente, no estamos ante una gama alta. Eso sí, se atreve con todo, aunque tarde. Tenemos entre manos un trotón, no un pura sangre.
En las pruebas de rendimiento brutas, las que ponen a prueba procesador, memorias y hasta navegación web, el Xiaomi Mi A1 se muestra en la línea de sus compañeros de categoría y competidores directos. En algunos aspectos se aprecia cómo la descarga de la capa que recubre Android le beneficia, aunque se mantiene más o menos en la línea.
Xiaomi Mi A1 |
Huawei P10 Lite |
bq Aquaris X |
Moto G5 Plus |
|
---|---|---|---|---|
Procesador |
Snapdragon 625 |
Kirin 658 |
Snapdragon 626 |
Snapdragon 625 |
RAM |
4GB |
3GB |
4GB |
3GB |
AnTuTu |
60.014 |
59.806 |
60.123 |
64.388 |
GeekBench (single/multi) |
844/4.089 |
903/3.337 |
923/4.445 |
827/3.993 |
3DMark (IceStorm) |
13.601 |
11.412 |
- |
13.866 |
PCMark (Work 2.0) |
4.729 |
4.527 |
4.865 |
4.828 |
El GPS merece una mención en este análisis pues durante el tiempo de pruebas hemos echado mano en varias ocasiones de aplicaciones de geolocalización como Google Maps, encontrando que el dispositivo se sitúa rápidamente en el mapa y nos ofrece una navegación con pocos fallos, pese a que nos sitúe de vez en cuando en vías secundarias paralelas a las que recorremos. Algo que, por cierto, hemos detectado también en teléfonos de más categoría. Notable alto en materia inalámbrica para este Mi A1. Ya casi acabamos.
Otro aspecto que solemos destacar cuando analizamos el rendimiento de los dispositivos es el del lector de huellas, cuando está presente. Y aquí lo está. Un lector de huellas veloz, que no ha dado un solo fallo de reconocimiento durante las pruebas y que sufre donde sufren todos: con los dedos húmedos. La posición trasera gustará más o gustará menos, pero lo cierto es que los lectores de Xiaomi son veloces y eficientes, y con apoyar el dedo desbloquearemos el teléfono de forma directa y rápida. Pero no podremos pagar con él, nada de chip NFC. El gran error de un teléfono que, de haber contado con este chip, habría sido difícilmente superable por su competencia directa.
Android, si es puro, mejor
Suele ser un comentario común cuando se habla de Android, y es que demasiadas capas son causantes de polaridad entre sus usuarios. O te encantan o las odias, y MIUI es una de ellas. La capa del fabricante chino se critica a menudo por la aparente complejidad de su configuración y por su agresivo parecido con el sistema operativo de Apple, iOS. En este caso no habrá problemas pues el Mi A1 pertenece al equipo Android One. Hablamos de un teléfono con Android Nougat puro, sin capas ni trabas, y ante esto sólo cabe aplaudir.
La experiencia más cercana a los Nexus que puede obtenerse hoy en día es la de Android One, los “competidores” de los Pixel en la sombra y que ofrecen un sistema operativo puro y sin aditivos. Ni aplicaciones extra, más allá de que la cámara está personalizada por Xiaomi y también aparece la aplicación Mi Remote. O que contemos con la posibilidad de añadir cuentas de Mi de forma nativa a través de la configuración del teléfono.
Dado que en otros teléfonos podemos encontrar apps duplicadas al aparecer las de Google en contraposición a las del propio fabricante, aquí no ocurre. El navegador es Chrome, la galería es Google Photos, la gestión de correos electrónicos la realiza Gmail y de los mensajes se encarga Messenger. Hangouts por si no queremos instalar WhatsApp (suerte con eso) y Drive para almacenar contenidos en la nube. Todo a mano, todo firmado por Google.
Y por si había alguna duda sobre si la tienda de apps de Xiaomi llegaría o no preinstalada, la respuesta es no. Sólo Play Store, con todos sus Play añadidos para películas, juegos y música, para gestionar la instalación y desinstalación de aplicaciones, y también su actualización. Como comentábamos, Android completamente puro con pequeños toques de Xiaomi en forma de apps. Pero sólo dos, y sin modificar los menús. El sueño de los que quieren un Xiaomi pero no soportan MIUI está aquí.
Batería para rato
Las baterías nos preocupan, aunque más que ellas nos preocupa la autonomía. A nadie le agrada que se le apague el teléfono en plena calle, lejos de un enchufe, más que nada porque el teléfono es hoy el centro digital de las vidas de muchos y perderlo es desconectarse de todo lo lejano. En el caso del Mi A1, nuestra actividad digital depende de una batería de 3.080 mAh y claro, la hemos puesto a prueba en diferentes situaciones y tests de estrés.
Como pasando el día bajo 4G, jugando a juegos, usando mucho la cámara, redes sociales, mensajería e incluso con podcasts en reproducción contínua a través de auriculares con cable, que no inalámbricos. El resultado, cinco horas de pantalla y llegar a la noche algo justos de batería. Con usos combinados la cosa mejora, y bastante. A poco que estemos algunas horas bajo WiFi, la batería se prolonga mucho más, y en cuanto hacemos un uso “normal”, menos agresivo pero sin privarnos de nada, pasamos de las seis horas de pantalla sin problemas. O cinco horas repartidas entre dos días, a elegir.
Lo que está claro es que salvo que seamos muy agresivos con este teléfono, sus 3.080 mAh nos darán un día de uso. Tampoco será necesario que nos lleve más allá de siete horas de pantalla, algo que también ha hecho con un uso de aplicaciones moderadas, sino que nos bastará con poder pasar la jornada lejos de un cargador. Porque, lamentablemente, no hay ni rastro de la carga rápida que debe ser compatible con su procesador y nadie nos quitará de estar dos horas conectado a un enchufe para devolverle el 100% de su capacidad. Pese a todo, una batería sorprendente que encontramos en teléfonos cuyas pilas internas se acercan a los 4.000 mAh. Buena gestión de energía, Mi A1, así sí.
Dos ojos para divertirse desenfocando
Todos los teléfonos móviles cuentan hoy en día con cámaras tanto frontales como traseras, pero no todos los usuarios les dan el mismo uso. Los hay que la utilizan a modo de documentalismo, para retratar momentos puntuales, para conseguir imágenes que enviar a través de apps de mensajería, para guardar documentos e informaciones escritas. Y también hay usuarios a los que les gusta la fotografía, salir a pasar un buen rato y capturar, jugar con los encuadres, ser más artísticos. Y con este Mi A1 se cubren ambos tipos de usuarios.
Un teléfono que cuenta con una cámara doble situada en la espalda. Una cámara de 12 megapíxeles que hereda la configuración del líder de catálogo, el XIaomi Mi 6, y también de su hermano gemelo chino, el Mi 5X. Dos cámaras con idéntica resolución pero con dos distancias focales distintas, una destinada a conseguir un objetivo “normal” y otra enfocada al aumento, un teleobjetivo. 26 y 50 milímetros con aperturas f/2.2 y f/2.6, con enfoque por detección de fase y con flash Dual LED. El resultado, modo Retrato, llamado Estéreo, y también zoom óptico de dos aumentos.
Y como ocurre con el Mi 6 y también con el Mi 5X, fotografiar con este Xiaomi Mi A1 es muy divertido y no tarda en crecer en ti la necesidad de desenfocarlo todo. Porque si hago hace este Mi A1 de Xiaomi y Google es ofrecer unos resultados impropios de su categoría, superiores. Ayuda mucho su software, poder cambiar entre el modo normal y el modo Retrato, aquí llamado Estéreo, con un solo toque, o hacer lo propio para cambiar entre objetivos. Entre la fotografía normal y la aumentada. Y todo se hace tremendamente simple.
Hacer fotografías con el objetivo normal es obtener imágenes luminosas, pese a su apertura f/2.2, y con unos colores bastante naturales, ligeramente saturados, lo justo para aportar más viveza a la escena sin sobrecargarlos, sin estridencias. Los bordes son nítidos, la resolución suficiente si queremos hacer recortes y el rango dinámico se porta bastante bien aunque en ocasiones flaquea ligeramente. Porque, recordemos, estamos ante un teléfono de poco más de 200 euros, incluso menos si queremos arriesgarnos a no contar con garantía local.
Con el objetivo de aumento las fotografías se oscurecen, pero no tanto como para resultar una molestia y sólo se aprecia verdaderamente la diferencia en entornos ya de por sí oscurecidos. Allí será necesario echar mano de la primera lente y no de la segunda, pues la apertura f/2.6 penaliza demasiado. Gracias a este objetivo tendremos aumento sin pixelación, sin distorsiones. Un objetivo que enfoca más cerca que el otro y nada más, y que es útil en determinadas ocasiones aunque resulta fácil olvidar que está ahí. Su principal trabajo aparece en los retratos, en los desenfoques, pues ahí es donde toma el mando para dejar que la lente de 26 milímetros lea el fondo y apoye a su compañera.
En el modo Retrato o Estéreo es donde nos divertiremos, como comentábamos antes. El telefoto toma el control y nos obliga a enfocar a una distancia de unos 2 metros para obtener los mejores resultados. El primer plano queda enfocado y el fondo hace lo opuesto, simulando el efecto natural de cámaras con una gran apertura y con resultados bastante buenos, heredados directamente del software que se montó en el Xiaomi Mi 6. El fabricante chino le ha pillado el truco a las lecturas en varios planos y de ello se benefician todas las categorías de su catálogo.
De vez en cuando comete errores, como no ser capaz de leer mangos de paraguas, ejes de bicicletas o zonas en primer plano que, por su delgadez, difumina durante las lecturas de profundidad. No es un sistema perfecto pero sí divertido y, sobre todo, adictivo. Pero lo mejor de todo es que se trata de un sistema corregible por software y que, al ser compartido por todos los teléfonos de dos cámaras de la marca, no debería tardar en evolucionar. Lo mejor de la fotografía computacional es precisamente esto, la posibilidad de mejorar sin estar atada a su hardware.
¿Y qué tal funciona en cuanto a selfies? La cámara frontal, la más utilizada últimamente para publicar contenido en redes sociales, o para enviarnos de forma virtual a través de las apps de mensajería. 5 megapíxeles que nos ofrecen posibilidad de recortar y que dan buenos resultados, aunque con algunas iluminaciones puede llegar a "lavar" algún color. Pero en general, buen rendimiento para retratos en un teléfono que, a nivel fotográfico, flojea poco.
Vamos cerrando el apartado de la cámara con la parte relativa al software, una de las pocas modificaciones introducidas por Xiaomi en este A1 que cuenta con Android Nougat puro, y que espera recibir Oreo antes de final de año. Una cámara que ofrece el modo Estéreo con un toque sobre la pantalla, que hace lo propio con el zoom óptico, cambiando así entre el objetivo normal y el teleobjetivo con un simple toque. Tan fácil y tan rápido. Desde la interfaz principal, a la que es posible acceder con una doble pulsación sobre el botón de encendido a falta de botón dedicado, tenemos también el interruptor para activar el HDR, el flash o los efectos en vivo sobre las fotografías.
Si vamos un poco más allá tenemos las opciones, y ahí accedemos a los distintos modos fotográficos. El modo belleza para matizar los rasgos, el formato cuadrado, las fotografías con temporizador, la fotografía panorámica o el modo manual. Porque sí, también tenemos acceso a un modo manual con el que ajustar balances de blancos, enfoques, tiempos de exposición o sensibilidad. Eso sí, a costa de sacrificar el modo Estéreo, el modo Retrato, aunque con posibilidad de elegir el objetivo normal o el teleobjetivo para nuestras fotografías.
En resumen, el Xiaomi Mi A1 resulta bastante completo en materia fotográfica. Efectos, distintos modos incluido el manual, zoom óptico con doble aumento y digital si así lo deseamos, aunque no lo recomendemos, y un modo Estéreo para desenfoques que engancha. Lo dijimos antes y lo repetimos: engancha. Fotografiar con el Mi A1 es divertido y es eficiente, con fotografías de calidad en buena parte de los escenarios. Gran trabajo de Xiaomi poniendo este equipo a un precio tan recortado. La competencia lo tendrá complicado en este aspecto.
Escribamos sobre el sonido, un aspecto importante de todo teléfono
El altavoz, el responsable de que podamos oír música o vídeos sin los auriculares. Ah, y también los auriculares, y las llamadas. Todo entra en el mismo ámbito, el de analizar qué tal se porta este Xiaomi Mi A1 en el apartado sonoro. Para las pruebas lo hemos sometido a todo tipo de tests, desde audio por streaming hasta vídeos de youtube, vídeos descargados, audio en estéreo, en 5.1... no le ha faltado trabajo al Mi A1 y ya tenemos aquí los resultados.
Hablemos del altavoz para decir que tiene una potencia más que aceptable, sin llegar a los sistemas estéreo que podemos encontrar en el mercado de smartphones. Las ondas salen del teléfono con la suficiente potencia como para oírlas a distancia, y sólo encontramos distorsión en el volumen máximo y no con todas las fuentes de audio. Aquí influye mucho la calidad de la fuente, y da peores resultados Youtube que Spotify en calidad alta, por ejemplo. Lo que sí habría sido de agradecer es algo más de graves, aunque poco más se puede lograr sin una caja de resonancia en condiciones.
Menos quejas hay aún hacia el puerto de auriculares, que ha tenido que sufrir horas y horas de música en streaming y podcasts, y que se ha portado muy bien prácticamente en todos los escenarios de prueba, salvando ciertas ocasiones en las que el volumen ha flaqueado ligeramente. Nada que objetar en cuanto a los graves en este caso aunque echamos de menos la personalización del sonido que incluyen algunos fabricantes como el propio Xiaomi, pero que no están presentes en este Android One. ¿Y las llamadas? Curiosamente el altavoz dedicado a contarnos qué nos dicen desde el otro lado de la línea es el que más ha distorsionado y el que menos volumen tiene.
Xiaomi Mi A1, la opinión de Xataka Móvil
Aquí concluye el análisis de este Xiaomi Mi A1, un dispositivo que puede suponer un antes y un después para Xiaomi pues le coloca en manos de la distribución de Google y con la posibilidad de llegar a muchas más partes con su hardware, aunque su capa MIUI tenga que quedarse en casa en esta ocasión. Un teléfono con un tamaño adecuado aunque enemigo de los aficionados a los teléfonos compactos y de los haters de los marcos, y con una pantalla y una potencia suficientes para la gran mayoría de escenarios no extremos.
Un teléfono cuyo principal atractivo, además de contar con Android puro en su interior, es una doble cámara trasera con la que podremos jugar a desenfocar, con la que tendremos zoom óptico y con la que lograremos fotografías de alta calidad para la franja de precio en la que nos movemos. Porque no lo olvidemos, estamos ante una gama media con todas las de la ley, aunque el software de cámara de Xiaomi nos invite a pensar que nos movemos en categorías superiores.
En definitiva, un móvil que nos ha sorprendido para bien y que, pese a sus defectos, pues los tiene, sabe recalcar de maravilla todas y cada una de sus virtudes, y pasa a ser uno de los más recomendables de su gama. Aún recordamos cuando casi toda la industria se puso de acuerdo para responder "Moto G" a cualquier petición de consejo sobre compras de calidad pero con importes contenidos. ¿Estamos ante un nuevo Moto G pero firmado por Xiaomi? Es posible. Tal vez este sea el Moto G que nos merecemos después de algún tiempo en el que la gama media carecía de representantes destacados. Tal vez.
8.3
A favor
- Los resultados de esta cámara invitan a pensar que el móvil es superior
- Android puro con este hardware tiene una fluidez deliciosa
- El lector de huellas rinde a un nivel alto
- Tal vez no haya nada mejor en relación calidad/precio
En contra
- El modo Estéreo no es perfecto, es trabajo de Xiaomi mejorarlo
- El diseño de los Xiaomi ya va necesitando un "lavado"
- No tiene NFC. Adiós a los pagos móviles.
- El brillo automático es algo caprichoso
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