Xiaomi Redmi 7, análisis: una opción muy competitiva en el escalón de los 100 euros

Si estás en busca de un smartphone económico, la marca Redmi de Xiaomi tiene opciones muy interesantes. En su oferta hay varios niveles de características y precios y hoy nos detenemos en el Redmi 7, uno de sus terminales más sencillos, cuyo precio se sitúa un poco por encima de los 100 euros.

El Redmi 7 cuenta con un perfil técnico bastante comedido, como corresponde a un terminal de su gama. Lo vemos en la pantalla HD+, las especificaciones de sus cámaras o los 2 GB de RAM de la versión más básica. Sin embargo, al mismo tiempo destaca entre su gama con otros aspectos como un chip Snapdragon de la serie 600 o una amplia batería. Veamos lo que nos ofrece en un análisis a fondo.

Ficha técnica del Xiaomi Redmi 7

Diseño: notch por delante, plástico por detrás

La carrera por reducir los marcos que rodean la pantalla no es solo cosa de la gama alta y el Redmi 7 es una prueba de ello. No esperes un frontal espectacular, los marcos son más anchos que en terminales más avanzados, pero el esfuerzo de compactación es evidente.

Para conseguir reducir el tamaño al máximo, Xiaomi apuesta por un notch tipo gota en la parte superior que, sin ser lo más discreto que hemos visto, está bien resuelto y no es intrusivo. Eso sí, el marco inferior o barbilla es bastante más ancho que el superior o los laterales. Con todo, es lo suficientemente fino como para que no quepa el lector de huellas, que se sitúa centrado en la parte posterior.

Hablando de la trasera, está realizada en plástico con un acabado negro brillante (también está disponible en azul). Las huellas no se quedan tan marcadas como en el cristal, aunque sí que se suele acumular suciedad en la superficie. Xiaomi incluye una funda de silicona en la caja que más que para proteger (el plástico no es tan frágil), viene bien para mejorar el agarre ya que es algo resbaladizo.

Volviendo al aprovechamiento del frontal, gracias a esto el tamaño total del terminal es relativamente compacto teniendo en cuenta que monta un panel de 6,26 pulgadas. El peso está bastante equilibrado y no resulta pesado, aunque tampoco destaca por ligero.

Si lo comparamos con terminales de gama y configuración similar, vemos que está más o menos en la línea en lo que a dimensiones se refiere. Es uno de los que mejor aprovecha el frontal y cuenta con batería bastante amplia, aunque es un poco pesado en comparación al resto.

Pantalla: brillo alto, aunque algo perezoso

El Redmi 7 es un móvil de gama de entrada y así lo demuestra con su pantalla. De tamaño va sobrada, 6,26 pulgadas, pero la resolución evidencia que estamos ante un panel básico. Hablamos de resolución HD+ (1.520 x 720 píxeles) que se traduce en una densidad de 269 puntos por pulgada. Es suficiente para que el contenido se vea con claridad, pero se nota que la nitidez es algo justa, sobre todo en formas de colores planos como iconos y demás. En cualquier caso, insisto en que da de sobra para una buena experiencia visual, sobre todo si tenemos en cuenta la gama en la que se mueve.

Con respecto al brillo, Xiaomi indica que el panel (un LCD, por cierto) alcanza los 450 nits. Durante la prueba, la pantalla ha respondido muy bien en condiciones de luz muy intensa, permitiendo distinguir el contenido incluso a pleno sol. El problema del brillo no es su nivel máximo, sino que el sistema de ajuste automático es muy lento y, a veces, errático. En bastantes ocasiones he tenido que depslegar el panel de ajustes rápidos para ajustarlo manualmente, sobre todo al pasar de ambientes oscuros a claros.

La reproducción del color es correcta aunque la pantalla viene calibrada algo fría de fábrica. En Ajustes podemos corregir los tonos si así lo deseamos, aunque personalmente no he tocado nada ya que la desviación es mínima. En este menú también podemos elegir el modo de contraste entre automático o algo y activar el modo de lectura para reducir la luz azul.

Sonido: potente, pero estridente

El Xiaomi Redmi 7 cuenta con un único altavoz situado en el borde inferior del chasis. En favor de la simetría, el terminal cuenta con dos rejillas pero solo una de ellas esconde un altavoz, algo que notamos en cuanto lo tapamos con el dedo. Tiene un volumen bastante alto, más que de sobra para que lo podamos usar como altavoz improvisado, pero si subimos al máximo, la calidad deja bastante que desear y el sonido distorsiona bastante.

Si queremos disfrutar de una mejor experiencia, toca usar auriculares. Como buen gama de entrada, el Redmi 7 cuenta con puerto minijack, por lo que podremos conectar unos auriculares con este tipo de conector sin necesidad de adaptadores. Eso sí, no es algo grave, pero la colocación en la parte superior es algo incómoda al manejar el terminal o si nos lo guardamos en el bolsillo.

Rendimiento: un cerebro potente pero con poca capacidad

A pesar de ser uno de los terminales más básicos de la oferta de Xiaomi, el Redmi 7 se anota un tanto al contar con un procesador Qualcomm, y además de la serie 600. Concretamente es un Snapdragon 632, un chip de 14 nm con ocho núcleos Kryo funcionando a 1,8 GHz.

Mientras que el chip se presenta como una opción bastante capaz, la configuración de memoria es bastante justa. El modelo analizado es el más básico, es decir, el que cuenta con 2 GB de RAM y 16 GB de capacidad. Con esa RAM tan ajustada, en la práctica tenemos lag y tiempos de carga excesivos que penalizan la experiencia de uso de forma más que notable.

El terminal es capaz de mover juegos casuales sin ningún problema e incluso otros más complejos como Asphalt 8 Airborne, pero no se lleva nada bien con la gestión de varios procesos al mismo tiempo. Como decía, los tiempos de carga de las apps se dilatan e incluso a veces se queda 'pensando' con órdenes sencillas dentro de las propias apps, algo que me ha pasado sobre todo en Instagram. A continuación os dejamos los resultados de las pruebas benchmark.

Queda claro que la memoria RAM es insuficiente, pero no es el único problema. Hay otro tanto o más grave: el almacenamiento. Contamos con 16 GB, de los cuales 7,5 GB están ocupados por el sistema. Si a eso le sumamos el bloatware las apps preinstaladas y las que instalé yo tras configurarlo, en solo tres días de uso me quedaban poco más de 2,15 GB. Tanto es así, que para poder instalar el Asphalt 9 tuve que desinstalar algunas apps y limpiar archivos basura o no me permitía instalarlo. Cuando parecía que todo iba bien, saltó el aviso de espacio insuficiente y el juego no se descargó. Al final pude probar el Asphalt 8 Airborne, pero tuve que desinstalarlo nada más terminar. Aclarar que hay un modelo de 32 GB disponible. Sobra decir que recomiendo fervientemente elegirlo frente a la opción básica.

Antes de cerrar este apartado toda hablar del desbloqueo biométrico. Xiaomi incluye el lector de huellas capacitivo en la trasera y desbloqueo facial. Ambos sistemas funcionan muy bien, pero el lector de huellas se adelanta en precisión y rapidez. Con todo, el desbloqueo facial viene muy bien en muchas situaciones y suele acertar a menos que llevemos gafas de sol o estemos en un ambiente muy oscuro.

Autonomía: 4.000 mAh que dan para mucho

A juzgar por su hoja técnica y teniendo en cuenta la capacidad de la batería, el Redmi 7 ya apuntaba maneras y las sospechas se confirmaron en el uso diario. Si no le damos un uso muy intensivo, una carga se puede estirar hasta los dos días sin demasiado esfuerzo. Dándole caña en ningún caso he conseguido agotarla en una jornada, llegando al día y medio sin problema

Sobre estas líneas un ejemplo de un uso más intensivo en el que conseguimos más de 24 horas de uso hasta necesitar una visita al enchufe. En tiempo de pantalla encendida hablamos de 9 horas, que se dice pronto. Si el Redmi 7 palidece en algunos apartados por su sencillez, en el de la autonomía sin duda brilla.

Como todo, siempre hay espacio para mejoras. Se echa en falta un sistema de carga rápida que acelere el proceso de carga (tarda alrededor de dos horas y media) y todavía cuenta con microUSB. Sí, es lo habitual en móviles económicos pero ya va tocando dar el salto.

Software: lo último de Android vestido de MIUI

El Xiaomi Redmi 7 puede que sea uno de los modelos más básicos de la oferta del fabricante, pero no tiene nada que envidiar a otros más completos en lo que a software se refiere. Cuenta con Android 9 Pie bajo la capa de Xiaomi, MIUI 10. De hecho, nada más sacarlo de la caja se me actualizó a la versión 10.3.4.

MIUI 10 cuenta con un diseño renovado que notamos sobre todo en el panel de ajustes rápidos y recuerda bastante al nativo de Android 9 Pie. Pero aunque haya áreas en las que el parecido con Android 'pro' sea evidente, sigue siendo una capa con una fuerte personalización. Por ejemplo en Ajustes tenemos una organización propia y también una larga lista de apps nativas que vienen preinstaladas.

Antes de pasar a hablar de las apps, hablemos del modo oscuro, una de las novedades destacadas de MIUI 10. Los modos oscuros se han puesto de moda últimamente y Xiaomi nos ofrece su propia apuesta con la última versión de su capa. Cuando lo activamos, los menús cambian a un fondo negro, incluyendo la barra de búsqueda de la pantalla de inicio; un detalle que personalmente encuentro muy poco estético pero bueno, ahí está.

En el caso del Redmi 7, activar el modo oscuro es más una cuestión de estética que funcional ya que su panel es LCD. En móviles con paneles AMOLED sí podría tener un impacto positivo en la autonomía pero no es el caso.

Y ahora sí, hablemos de las aplicaciones, que no son pocas. Xiaomi incluye su paquete de herramientas donde hay apps como el reloj, a calculadora, la radio FM o el lector de códigos QR entre otras y no, ninguna de ellas se puede desinstalar. Tampoco podemos desinstalar otras como Calendario, Gesor de Archivos, Apps o Notas. Las que sí podemos quitar son las que están en la carpeta 'Más aplicaciones' y algunas como Mi Community, Mi Remote o Ram Jet. Además tenemos el paquete de apps de Google en una carpeta en la pantalla de inicio, requisito de Android.

No son muchas más apps que las que podemos encontrar en otras capas, pero cuando el móvil tiene 16 GB de capacidad, son demasiadas. Tras desinstalar aquellas que lo permiten, conseguí liberar algo de espacio, pero también instalé otras que uso en mi día a día, por lo que siguen ocupando bastante.

Dentro de la app Seguridad, Xiaomi incluye las clásicas herramientas de optimización del sistema, incluyendo un limpiador de archivos. Normalmente no suelo recurrir a este tipo de opciones, pero en el Redmi 7 de 16 GB he echado mano de ellas más de una vez para conseguir arañar unos MB extra. Con todo, el sistema está bien optimizado y funciona de forma fluida pese a haber una clara necesidad de más memoria (tanto RAM como ROM).

Cámaras: doble cámara al servicio del desenfoque

Llegamos a uno de los apartados que cada vez se valoran más: el fotográfico. Tratándose de un móvil sencillo como este, la configuración de cámaras no nos ofrece opciones de zoom avanzadas como vemos en la gama alta, aunque sí tenemos cámara doble. El sensor principal tiene 12 megapíxeles, lente de apertura f/2.2 y está acompañado por uno secundario de 2 megapíxeles. ¿Su objetivo? Ayudar con el modo retrato. En la parte delantera tenemos una cámara de 8 megapíxeles con lente f/2.2.

Antes de entrar a valorar los resultados, detengámonos un momento en la aplicación de cámara. Xiaomi apuesta por un diseño ya conocido en anteriores versiones, con el carrusel de modos situado sobre el botón disparador y algunas funciones extra en la parte superior para que sean más fácilmente accesibles. Destaca sobre todo el modo IA que detecta el tipo de escena que estamos fotografiando. En este caso aparece un icono de una hoja porque ha detectado una planta, pero va cambiando según lo que aparezca en el encuadre. También tenemos algunos modos adicionales en el desplegable y el menú Ajustes, donde hay bastantes opciones de configuración.

Esto es una obviedad, pero no está de más decirlo: si queremos los mejores resultados, hay que apostar por escenas bien iluminadas como la que vemos sobre estas líneas. Eso sí, que haya mucha luz no lo es todo y aquí vemos como las partes de mayor contraste quedan algo quemadas o demasiado subexpuestas. Con todo, el resultado general es bueno y el detalle, sin ser lo más definido que hemos visto, es más que aceptable.

En este caso teníamos mucha menos luz, pero al ser difusa y sin grandes picos de intensidad obtenemos un resultado bastante bueno, incluso el detalle se conserva mejor y la reproducción del color es acertada.

El rango dinámico que conseguimos con el Redmi 7 es bastante ajustado. En la foto de la izquierda se puede apreciar como el cuelo sale quemado mientras que la parte de los árboles queda demasiado oscura. Activar el HDR es la solución. Consigue rescatar las zonas oscuras y minimizar las altas luces, aunque a cambio nos devuelve una foto bastante artificial, pero sin duda mejor que la original.

En mi experiencia, he mantenido el HDR en automático para que se active cuando sea necesario, aunque alguna vez no lo ha hecho en escenas en las que claramente era necesario. Si tienes claro que la escena lo necesita, mi consejo es que actives el HDR manualmente.

La calidad cae de forma drástica en fotos nocturnas. La cámara consigue un buen control de las luces en escenas de noche, pero el ruido se aprecia a simple vista sin tener que ampliar apenas. Si tienes buen pulso puedes conseguir fotos decentes, pero no esperes milagros.

Como no podía ser de otra forma, el Redmi 7 tiene modo retrato y además en las dos cámaras, tanto la trasera como la delantera. Como era de esperar, los retratos con la cámara trasera tienen mejor calidad y ofrecen un desenfoque bastante más natural incluso en zonas complejas como el pelo. La cámara delantera tiene peor calidad en general y el desenfoque es más 'pegote', pero aun así el resultado es bastante bueno. Comentar también que tiene el modo belleza que podemos ajustar en cinco niveles, en la foto de la derecha estaba ajustado en el nivel 3.

Ver galería completa » Fotos tomadas con el Xiaomi Redmi 7 (28 fotos)

Xiaomi Redmi 7, la opinión y nota de Xataka Móvil

Estamos acostumbrados a que los terminales de Xiaomi sean las opciones más competitivas en gamas económicas y con el Redmi 7 se cumple. Es difícil encontrar un terminal dentro de este rango de precio que tenga un perfil técnico de su nivel.

Resulta cómodo en mano y, aunque huye de materiales llamados 'premium' como el metal o el cristal, su diseño tiene muy buenos acabados e incluso se suma a la tendencia de reducir marcos en la medida de lo posible. Salvo por el detalle del brillo, la pantalla nos da una buena experiencia visual y la autonomía nos libera de las constantes visitas al enchufe. Las cámaras no sobresalen especialmente, pero con un poco de maña es posible conseguir fotos decentes si la luz acompaña.

El punto que más penaliza al terminal es el rendimiento, no tanto por el chip sino por la configuración de memoria. Estoy segura de que, de haber contado con la versión de 3 GB de RAM y 32 GB de capacidad, la experiencia habría sido muchísimo mejor. Aunque se trate de un gama de entrada, 16 GB de almacenamiento y solo 2 GB de RAM han probado ser insuficientes en el día a día, por lo que recomiendo claramente ir a por el modelo más completo ya que la diferencia de precio no es tanta.

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.