A medida que pasan los días la confusión se va adueñando de la comunidad de usuarios de Android, o al menos del que suscribe. Hablábamos hace poco del asunto de la disponibilidad de Sense en el Magic. Y hablamos de una mera interfaz, lo cual puede ser interesante pero no tanto como si hablamos del sistema operativo en sí.
La noticia de ahora es que no habrá actualizaciones para el G1 (o Dream) más allá de la Cupcake o Android 1.5.
Esta vez la razón parece ser lo limitado del hardware del G1 en cuanto a memoria disponible lo cual sólo permitirá parches o actualizaciones de seguridad.
Siempre quedará la opción de ir a buscar desarrollos paralelos para actualizarlo pero eso sería ya otro debate. ¿Compramos los teléfonos para tener un respaldo de actualización garantizado en calidad y tiempo? ¿O hemos de convertirnos todos en avezados actualizadores con el riesgo de crear un bello ladrillo si algo falla?
Y el asunto se agrava más en este caso ya que al no ser un teléfono “cerrado” como el iPhone (aquí al menos sabes contra quien quejarte) tenemos varios actores en escena. Operadoras, HTC, Google….¿Quién es el responsable de que nuestro teléfono no se actualice? A veces no es fácil saberlo.
Hablabámos el otro día de los móviles en exclusividad, deberíamos añadir al debate el ciclo de vida de los mismos lo cual agrava a veces la situación.
Es el caso de los compradores de un Dream en Movistar, que salió a la venta la pasada Primavera y sin haber disfrutado de las mieles de Cupcake ya saben que no pasarán de ahí. Y todo con un largo compromiso de permanencia de por medio.
¿O realmente no nos interesa actualizar el sistema operativo de nuestro teléfono? ¿Valoramos esto a la hora de adquirirlo?
Vía | and.roid.es Gizmóvil