El mercado de la segunda mano está cada vez más extendido en todo el mundo, y particularmente en España el gato al agua se lo llevan los chicos de Wallapop. De ahí que no haya pocas alternativas para cubrir las necesidades del gran público de adquirir y vender bienes ya usados, pero desde Gratix plantean una alternativa bastante distinta.
Gratix es, como su propio nombre indica, una aplicación destinada al intercambio y no a la venta. Pero no al intercambio a cambio de dinero, evitemos las suspicacias. En Gratix se promueve el "dame y te doy" en una filosofía diferente que hace de esta app el anti-Wallapop más claro que encontramos a día de hoy.
Reutilización y economía circular
Con nombre de obra teatral, Gratix nace en forma de proyecto personal de su creador, José María García (ex-directivo de Google que abandonó la compañía tras 10 años en ella) y como intento de cambiar los hábitos de consumo de muchos usuarios que hacen exactamente lo contrario de lo que marcaría el consumo responsable. Una forma de promover la reutilización de objetos en buen estado, y por ende del cuidado de los propios, y de expandir conceptos como la sostenibilidad o la solidaridad.
Cuenta la propia empresa que Gratix nace para dar "una segunda vida a quello que ya no utilizamos y obtener aquello que necesitamos sin pagar", de forma que se evita la generación de resíduos y también que malgastemos recursos. Gratix pone su foco también en el impacto positivo que estos comportamientos tendrían sobre el medio ambiente.
"Muchas personas se preocupan por el cambio climático y la injusticia social, pero no son capaces de trasponer estas preocupaciones a la práctica de su día a día y se dejan llevar por la fiebre consumista. Pero, ¿por qué comprar algo nuevo si podemos conseguirlo gratis, y además estamos evitando malgastar recursos? Con Gratix puedes regalar lo que no usas y pedir lo que necesitas, en un equilibrio de reciprocidad que, como una cadena de favores, permite que cada persona disponga de aquello que realmente le hace falta sin pagar por ello, evitando su impacto medioambiental y construyendo entre todos una sociedad más responsable"
Con Gratix se acude al nicho de mercado compuesto por usuarios que prefieren comprar y consumir menos, y que fomenta el intercambio de aquello que ya no necesitan. Resulta lógico que la compañía acuda al claim de que es una app ideal para matrimonios con hijos que van desechando todo tipo de objetos conforme van creciendo, aunque el target es mucho mayor.
Lógicamente, estas plataformas destinadas a dar y pedir, sin transacciones económicas, corren el riesgo de hacer confluir a usuarios que piden mucho y dan poco. Para evitarlo, en Gratix crean la funcionalidad del 'karma' para su app. Este 'karma' genera puntos con cada transacción y constituye la carta de presentación de los propios usuarios. Los puntos no sólo se obtienen al dar, también al incorporar usuarios a la comunidad de Gratix: "Cada vez que haces bien, mejoras tus opciones para que te ocurran cosas buenas", cuentan desde Gratix. Así que si pides mucho y das poco, pronto puedes dejar de recibir lo que pides.
La app de Gratix para iOS y Android
Instalar la app de Gratix, tanto para iOS como para Android, es un proceso gratuito, rápido e intuitivo. En pocos minutos lo tenemos todo configurado y listo para empezar a pedir y regalar y, claro está, lo primero que Gratix nos sugiere es que demos de alta nuestro primer regalo. Un objeto que tengamos en casa y no queramos, un objeto que debemos acompañar de una buena descripción y, si la tiene, de una historia asociada al mismo.
Como en todas las apps de intercambio, los consejos de Gratix nos orientan para que capturemos fotografías con fondos claros en los que el objeto esté perfectamente identificado, de forma que no lleve a engaños durante el proceso por el que acabará en manos de otro usuario que lo quiere o lo necesite. Y claro está, obtendremos puntos de karma por hacerlo. Igual que por registrarnos, ojo, pues el simple registro de la app implicará que tendremos un punto de 'karma' para nosotros.
La interfaz es bastante sencilla una vez accedemos a la pestaña Descubre en la parte inferior, pues encontraremos iconos para filtrar por tipos de producto (desde videojuegos a accesorios deportivos, muebles u objetos para bebés). Bajo estos iconos, el listado de objetos para regalar más cerca de nosotros, aunque tal vez lo más interesante esté en la segunda pestaña.
Junto a los regalos disponibles encontramos la pestaña Deseos que no es otra cosa que un listado de objetos que otros usuarios necesitan. El registro en Sevilla nos muestra automáticamente un usuario buscando juguetes para niños, otro que busca ropa y un carrito para bebés, hasta cascos para moto y palas de pádel. Pero Sevilla es un mercado aún joven para Gratix, que acaba de desembarcar, y es en Madrid donde la web tiene ahora más usuarios y más objetos en circulación.
Por supuesto, tenemos un chat con el que charlar con otros usuarios y discutir los términos de los envíos en caso de que sea necesario, o las horas y puntos de encuentro para intercambiar objetos. Todo muy sencillo para fomentar el intercambio responsable entre usuarios. Ojo, que tenemos incluso un ranking de amigos para saber qué hacen nuestros contactos en la aplicación y en qué puesto se encuentran. Interesante.
La primera impresión que nos ofrece Gratix es positiva. Una interfaz limpia, secciones bien localizadas y un funcionamiento sencillo. Subir objetos, buscar objetos, charlar con otros usuarios, pedir deseos. No hay mucho más pero es suficiente para empezar, sobre todo si no vamos a necesitar nunca una sección destinada a los pagos. Porque en Gratix todo es gratix, y el concepto nos gusta mucho. La pregunta es, ¿puede Gratix evitar que los usuarios negocien pagos desde el chat que se efectúen desde fuera de la plataforma? No. Pero tampoco parece su responsabilidad.
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