Los detectores de metales para móviles son un tipo de aplicación que puede encontrarse tanto en la tienda Google Play como en la App Store. El software funciona a pesar de que parezca lo contrario, aunque el móvil que instala estas aplicaciones debe incluir un sensor específico: el que habilita la brújula o magnetómetro.
Solemos recalcar uno de los dichos más comunes en telefonía móvil, un mantra que suele repetirse con frecuencia: "Hay una app para todo". Basta con que imagines el uso más remoto que se le puede dar a un smartphone y que lo busques en las tiendas de apps: seguramente te lleves una sorpresa. Incluso existen detectores de metales, apps que prometen convertir el teléfono en una herramienta cazatesoros. Por extraño que parezca, lo cierto es que funcionan. Más o menos, claro.
La brújula del móvil es la clave
Como sabes, la brújula (clásica) es un accesorio que detecta la posición del polo norte magnético gracias a una aguja imantada. Este aparato, que lleva utilizándose desde hace siglos, se trasladó a los circuitos electrónicos aprovechando un magnetómetro: este sensor detecta las variaciones magnéticas para trazar la situación del dispositivo en los tres ejes del espacio (también hay magnetómetros de dos ejes).
Como elemento capaz de detectar las variaciones magnéticas, la brújula del teléfono también puede distinguir metales férricos gracias, precisamente, a sus propiedades magnéticas. Además, otros metales también tienen esta capacidad, como el níquel y el cobalto; igual que sus aleaciones.
Entonces, ¿cómo puede un móvil convertirse en un detector de metales? Veamos:
- El teléfono ha de incluir un magnetómetro o brújula digital.
- Se necesita una aplicación que refleje las fluctuaciones magnéticas. Es lo que hacen las apps de detección de metales.
- Al pasar el móvil por un metal magnético el sensor (magnetómetro) recibe las fluctuaciones magnéticas y la app de detección las refleja en pantalla. De esta manera podemos saber que hay un metal cerca.
- Debes encontrar la posición del magnetómetro en la cara trasera del teléfono: cada fabricante lo sitúa en una zona distinta (hay móviles que no lo tienen, en especial los más baratos). Usa una superficie de acero (la nevera, por ejemplo) para descubrir la zona del sensor: mueve el teléfono hasta que el detector de metales refleje actividad.
- El móvil detectará metales sólo si poseen propiedades magnéticas, tienen un tamaño considerable y están muy cerca del teléfono. Esto descarta utilizar el móvil como un detector de metales al uso: no puedes llevártelo a una playa y localizar un tesoro enterrado, por ejemplo.
Como hemos visto, las aplicaciones para detectar metales funcionan si el móvil dispone de una brújula digital, pero están muy lejos de ofrecer el servicio que muchos imaginan. Ni encuentran tesoros enterrados ni localizarán el oro escondido en una pared: su alcance es ínfimo. No obstante, sirven como curiosidad ya que permiten saber si un objeto está compuesto en su mayoría de hierro, por ejemplo: basta con pegarlo al móvil y ver qué detecta la pantalla.
Qué detectores de metales funcionan
No todos los móviles incluyen la brújula o el magnetómetro dentro de sus componentes de hardware, por lo que éste es el primer dato a buscar para la descarga de una aplicación para detectar metales: sólo si tiene brújula el móvil funcionará como detector. ¿Y cómo saber si el teléfono posee o no la citada brújula? Si tienes Android basta con usar apps como Castro: acude a la zona de sensores y entra en 'Magnetómetro'. En el caso de que tengas brújula aparecerá como disponible; y hasta verás las fluctuaciones magnéticas: el propio Castro sirve como detector de metales. En el caso de que tengas un iPhone este ya lleva la brújula incorporada: Apple la introdujo en los móviles con el iPhone 3GS.
A continuación te dejamos con un par de detectores de metales para iPhone. Funcionan, pero en la medida que hemos explicado.
Y ahora destacamos un par de detectores de metales para Android:
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