De un tiempo a esta parte, hemos sido testigos de la batalla de los fabricantes por dotar a sus teléfonos móviles con las mejores cámaras. Y es que sin duda, el equipo fotográfico es una de las características que más tienen en cuenta los usuarios a la hora de comprar un teléfono móvil.
La tendencia está ahora en las cámaras duales y también en darle mayor importancia a la cámara frontal debido al éxito de los selfies. Pero a pesar de que los móviles le han ganado mucho terreno ya a las cámaras (sobre todo a las compactas no avanzadas) aún hay algunas asignaturas pendientes que tienen que cumplir para llegar a sustituirlas con todas las de la ley.
El zoom, un quiero y no puedo
Si hay algo que aún nos hace no soltar del todo la cámara de fotos es, sin lugar a dudas, el zoom. Este punto es una de las asignaturas pendientes clave de los fabricantes, y es que dotar a un teléfono de un objetivo capaz de variar (con calidad en los resultados) la distancia focal haría que muchos no volvieran a necesitar una cámara.
El problema de esta tecnología es que a pesar de que algunas compañías están trabajando en ella (muy bien encaminados, por cierto), aún se encuentra muy verde, y seguimos sacrificando otro punto importantísimo en un teléfono, el diseño. Ya lo vimos en el ASUS Zenfone Zoom o incluso mucho antes en el Samsung Galaxy S4 zoom, acercarse hasta un detalle sin pérdida de calidad implica "engordar" y "afear" inevitablemente el teléfono.
En este sentido, los que mejor lo están haciendo son los chinos Oppo, que como pudimos comprobar en la pasada edición del Mobile World Congress, han conseguido desarrollar una tecnología de zoom 5x que con la inclusión de una segunda lente de manera transversal consigue no solo que no engrose, sino que la cámara sea incluso un 10% más delgada que en modelos de alta gama como el iPhone 7 Plus.
Estabilizador óptico, por favor
De nada nos sirve el zoom si no tenemos un estabilizador que lo respalde, y aquí llegamos a otro de los puntos flacos de las cámaras en los teléfonos que precisan de mejora. Encontramos pocos teléfonos con estabilizador óptico OIS (generalmente solo en vídeo o en los topes de gama) pero claro, de nuevo necesitamos espacio para esto.
Algunos lo han intentado con sistemas de estabilización electrónica, como es el caso de los Pixel, pero como pudimos comprobar, no solo no da mejores resultados que la estabilización óptica, sino que cuando nos movemos la estabilización se vuelve en nuestra contra y no es capaz de distinguir las vibraciones.
Vamos por el buen camino
Estos dos puntos serían claves y detonantes para que los usuarios de a pie, no fotógrafos profesionales o aficionados, abandonasen para siempre el uso de las cámaras en su día a día. Pese a todo, tenemos que decir que la fotografía móvil no solo ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, sino que como pudimos comprobar en nuestra última comparativa fotográfica, los equipos fotográficos de los dispositivos (y no solo en gama alta) nos dan unos resultados muy interesantes. ¿Se acerca entonces el fin de las cámaras? De las compactas seguro que sí.
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