Las apps de navegación para móviles llevan tanto tiempo entre nosotros, y están tan normalizadas en nuestro día a día, que puede parecernos que evolucionan poco. Y quizá sea así en cuanto a cambios radicales o disruptivos, pero eso no significa que no reciban mejoras que tendemos (el que escribe el primero) a minusvalorar. Por suerte, las apreciamos a posteriori cuando nos damos cuenta de su utilidad.
Una de ellas es una que se anunció en el primer tercio del año para Google Maps y que ya está operativa en Android (y parcialmente en iOS). Hablamos de la llegada de los semáforos y señales de stop al mapa. A ese mapa que con el tiempo ha ido dejando de ser un lienzo en color crema para ir llenándose de iconos para situarnos. Algunos, como los que os decimos, tremendamente útiles.
Que gire a la derecha pero DÓNDE
Nuestras ciudades están diseñadas como están diseñadas, con zonas más nuevas y zonas más antiguas que obedecen a diferentes criterios basados en cada época. Ahora, las nuevas construcciones tienden a espaciarse más, a hacerse bloques más largos que implican que las calles están más separadas entre sí. Hacer un giro para invertir el sentido lleva más tiempo, pero tenemos la sensación de un mayor orden.
Cuando hablamos de zonas más antiguas, las calles suelen estar bastante pegadas entre sí. Algunas no se alejan de otras ni unas pocas decenas de metros, y ahí es donde entra en juego el hecho de que el GPS tiene cierto retardo a la hora de darnos las indicaciones, sobre todo cuando hablamos de indicaciones de voz. ¿Cuántas veces os ha indicado Google Maps que abandonéis la rotonda por una salida concreta cuando ya lo estáis haciendo? O peor, cuando acabáis de hacerlo.
La razón es que el GPS no siempre posiciona nuestro coche a la velocidad de la luz, hay cierto desfase. El suficiente para, por ejemplo, que nos pida girar a la derecha en una calle que no sabemos exactamente cuál es. Por eso es importante que sobre el mapa haya indicaciones visuales, y por eso es clave que ahora Google Maps no sólo indique semáforos sino también las señales de stop.
Aquí de lo que se trata es de orientarse, y por eso nunca sobran las indicaciones visuales. Ya que no disponemos de fotografías durante la navegación (a no ser que vayamos andando y activemos Street View), qué menos que Google haga lo posible por distinguir unas calles de otras. Así que contar con semáforos y señales de stop sobre el terreno nos facilita saber no sólo dónde estamos, sino qué toca a continuación.
Así que si Google nos pide que giremos a la derecha en una zona en la que las calles están muy agolpadas, es muy útil saber que hablamos de la siguiente calle tras el semáforo. O que se trata de la calle en la que hay una señal de stop. Se trata de una opción que parecía menor cuando se anunció pero que nos ahorra un montón de desvíos mal tomados, y un montón de mensajes de "recalculando ruta" porque hemos tomado la salida que no tocaba.
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