Aún sabiendo que Fibble: Flick 'n' Roll no tendría ninguna relación con el modus operandi de los últimos años de Crytek, no respecto a la calidad de sus desarrollos pero sí frente a las temáticas y portentos gráficos mostrados hasta la fecha en consolas, hay que reconocer que estábamos expectantes por ver lo que podían ofrecer los creadores de las sagas Crysis y Far Cry con su llegada a dispositivos iOS.
Teniendo en cuenta el cambio de registro hay que reconocerles el mérito de haber creado una propuesta divertida e interesante, pero es imposible dejar de pensar que el potencial de los alemanes puede ir mucho más allá de lo que finalmente ha resultado ser Fibble: Flick 'n' Roll.
Para los que no conozcáis Fibble: Flick 'n' Roll os explico un poco en qué consiste el título. Estamos ante un juego de puzles basados en físicas, en el que debemos trasladar a un extraterrestre con forma de bola desde el punto A al punto B, siempre intentando conseguir la máxima puntuación posible a base de recoger monedas y estrellas.
Fibble, que así es como se llama su protagonista, estrella su nave en nuestro planeta, concretamente en una casa llena de trastos por todos sitios, que a su vez generan los 30 niveles que componen el juego, cada uno con una temática y soluciones distintas.
Como si de un Angry Birds se tratase deslizaremos el dedo sobre Fibble para marcar la dirección y velocidad que tendrá su recorrido, ayudándonos de plataformas, objetos y muelles para alcanzar nuestra meta. La cosa se pone difícil cuando no te limitas a lanzarlo y ya está, sino que tienes que tener en cuenta los diferentes caminos y alturas de las que dispone cada nivel.
Para conseguir las mejores puntuaciones habrá que hacerlo todo de un solo tiro, es decir, aprovechando la inercia de Fibble para llegar hasta el final del recorrido sin tener que empujarlo de nuevo. ¿Pero cómo controlar los cambios de dirección si sólo debemos, que no podemos, moverlo una vez?
Ahí entran los simpáticos amigos extraterrestres de Fibble, cada uno con una característica propia que podremos utilizar: salto, cambio de dirección, aumento de velocidad y balanceo en el aire. Al principio no presenta un reto demasiado complicado, las pistas son bastante básicas y la colocación de los amigos de Fibble, que corre a nuestra cuenta teniendo que situarlos sobre unas X marcadas en el escenario, es simple y previsible.
Lo bueno empieza bien avanzado el juego, cuando los caminos posibles son varios y debemos analizar la situación antes de colocar a un par de amigos de cada clase sobre las distintas X que se ofrecen. Es ahí cuando el juego alcanza su máxima inspiración, obligándonos a repetir situaciones para comprobar si las colocaciones que creíamos correctas realmente lo son.
A ello hay que sumarle llaves ocultas que desbloquearán nuevos niveles, así como la necesidad de intentar conseguir la máxima puntuación posible sin dejarnos monedas y estrellas por el camino. El problema es el que comentábamos, que el verdadero reto, cuando el juego se pone cuesta arriba y hay que currarse cada movimiento como si fuera el último para no tener que empezar de nuevo, llega demasiado tarde, cuando todo se limita a superar los últimos niveles y sentarte a esperar que la prometida actualización que añada algo de vida llegue cuanto antes.
Fibble
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