Los test de rendimiento o 'benchmarks' son esos programas que ponen a prueba nuestros dispositivos y que, como contamos en cada uno de nuestros análisis, están bien para poder comparar móviles o ver si la disipación de calor funciona mejor o peor, pero en el día a día tienen algo menos de importancia.
Uno de los test de rendimiento que usamos en nuestros análisis, y que básicamente es un estándar en el segmento de las reviews de smartphones, es Geekbench. Bien, hemos puesto a prueba dos de los móviles más potentes -el Samsung Galaxy S23 y el iPhone 14 Pro- tanto con Geekbench 5.5 como con el recién estrenado Geekbench 6 y los resultados son... curiosos.
Cómo funciona Geekbench y por qué es el test más popular
Seguro que si estás familiarizado con las filtraciones de teléfonos móviles, sabrás que una de las primeras cosas que se filtra cuando se acerca una presentación o lanzamiento es un pantallazo de Geekbench.
Puede que no supieras qué era Geekbench, pero seguro que has visto esa captura de pantalla con dos cantidades distintas que muestran la potencia del procesador del nuevo móvil.
Bien, antiguamente AnTuTu era la más popular, pero tras su desaparición de la Play Store, Geekbench tomó el testigo y la verdad es que es un test bastante bueno para ver el rendimiento máximo de la CPU tanto en mononúcleo como en multinúcleo.
El test, en un ratito que no es muy largo, realiza varias pruebas como la descompresión de varios archivos, renderizar archivos PDF, realizar algunas tareas gráficas pesadas como el desenfoque de fondo, el borrado de objetos, aprendizaje automático y otra serie de tareas guionizadas, siempre las mismas para que los resultados sean lo más fieles posible para poder comparar entre diferentes CPU.
De hecho, la web incluye un buscador de terminales para que podamos comparar modelos es una de las mejores características de este test y, precisamente, hace un año Geekbench expulsó a los Samsung Galaxy (los tope de gama empezando por el S10, S20, S21 y el flamante, por aquel entonces, Galaxy S22) de los resultados por "maquillar" las cifras.
Los Galaxy sufrían de estrangulamiento térmico, o 'throttling', en las tareas más pesadas del día a día, pero parece que Samsung incluyó un sistema que, en los test sintéticos, permitía saltarse ese estrangulamiento para seguir rindiendo al máximo y conseguir las mejores puntuaciones en los test.
Como mi compañero Ricardo ha demostrado con el análisis del Galaxy S23 Ultra, con el Snapdragon 8 Gen 2 y el nuevo sistema de disipación hay algo de estrangulamiento cuando pasas test sostenidos, pero tanto el SoC como la cámara de vapor son mucho más eficientes a nivel de temperatura, así que los resultados parecen ser bastante honestos.
Al turrón: iPhone 14 Pro vs Galaxy S23 en Geekbench 6 y Geekbench 5.5
Dicho esto, hemos comparado peras con manzanas, o un Samsung y un iPhone, como lo quieras decir. Hemos cogido el Galaxy S23 que estamos analizando y que monta el Snapdragon 8 Gen 2 y lo hemos comparado con el iPhone 14 Pro con su A16.
El resultado ha sido bastante interesante en ambos dispositivos:
|
Samsung Galaxy S23 |
iPhone 14 Pro |
---|---|---|
Procesador |
Snapdragon 8 Gen 2 |
Apple A16 Bionic |
Geekbench 5.5 (single/Multi) |
1.544 / 4.781 |
1.879 / 5.468 |
Geekbench 6 (single/multi) |
1.958 / 5.156 |
2.519 / 6.430 |
Como puedes ver, las puntuaciones son totalmente distintas incluso dentro de cada terminal. Dependiendo de la versión tenemos más o menos puntos y, por eso, a partir de ahora en nuestros análisis indicaremos la versión de Geekbench utilizada para seguir siendo lo más transparentes posible.
El salto del S23 entre las dos versiones del procesador es bastante consistente, unos 400 puntos más en tareas single-core y otros casi 400 puntos más en multi-core en la nueva versión del test, pero si miramos el iPhone, el salto es absurdo con 640 puntos más en single-core y casi 1.000 puntos más en multi-core en Geekbench 6.
Si nos vamos a la página oficial de Geekbench vemos que la nueva versión ha sido diseñada desde cero parea poder comparar diferentes plataformas, sistemas operativos y hasta arquitecturas del procesador. Ahora hay más pruebas y los resultados muestran el desempeño en conjuntos de tareas del día a día como revisar el correo, tomar una foto, reproducir música o todo a la vez.
El Snapdragon 8 Gen 2 es una auténtica bestia, pero quizá ese "todo a la vez" es la clave en esta historia y, por eso, el A16 muestra ese impresionante salto entre versiones. Si se ha diseñado desde cero pensando tanto en el hardware como en el software, Primate Labs (desarrolladores del test) pueden haber sacado partido a la optimización de hardware y software de Apple.
Cuanto mejor sea la comunicación entre ambas partes, más velocidad y eso, sumado a que el A16 no se queda atrás en CPU, GPU y, sobre todo, NPU, puede explicar esa tremenda diferencia tanto con uno de los móviles Android más potentes de la actualidad como con el mismo SoC, pero corriendo una versión anterior, y menos optimizada, del test.
Al final, como me gusta decir, los test son, simplemente, test y en el día a día es donde se notan las diferencias entre dispositivos y sistemas, pero lo interesante de esto será cuando nos plantemos en junio y ya hayamos analizado un buen puñado de móviles con Snapdragon 8 Gen 2, ya que si el test está tan optimizado como afirman sus creadores, seguramente veamos claramente las diferencias entre móviles con el mismo SoC, pero con capas más o menos pesadas de Android.
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