El iPhone 2.0 no se hace solo mucho más atractivo para las empresas, sino también para los usuarios de a pie, ya que gracias a la posibilidad de desarrollar aplicaciones de terceros, se convierte en una plataforma para juegos.
Y no hablamos de una posibilidad teórica, sino de algo totalmente real. Durante la presentación, desarrolladores de Electronic Arts mostraron una versión de Spore ejecutándose en el iPhone, la cual había sido desarrollada en un par de semanas.
También pudimos ver el juego Super Monkey Ball, y no en una versión reducida sino en 3D y aprovechando los acelerómetros incluidos en el teléfono para controlar al personaje, todo ello con una fluidez más que interesante.
Se junta, entonces, una plataforma que incorpora pantalla multitáctil, con un procesador que ofrece una velocidad adecuada para ejecutar juegos potentes y una buena capacidad multimedia, tanto en el área de sonido como en la de gráficos, ya que soporta aceleración 3D mediante OpenGL. A esto hay que sumarle la posibilidad de utilizar otras partes del teléfono como acelerómetros, cámara, posicionamiento,...
Nos encontramos ante un equipo que es capaz de enfrentarse a consolas como la PSP o la Nintendo DS, y al cual diversos desarrolladores ya se han mostrado dispuestos a lanzar sus aplicaciones, las cuales, además, se podrán conseguir de forma muy sencilla gracias a la App Store.
La pantalla multitáctil, y el uso que hagan de ella los desarrolladores, puede ser uno de los elementos que decanten la balanza hacia una lado o hacia otro. Igual que en la Nintendo DS, los desarrolladores han de buscar nuevas formas de control para los juegos, con el agravante de que aquí ni siquiera disponen de la clásica cruceta.
¿Qué le echaremos en falta? Pues de momento, y a no ser que Apple anuncie algo así, algo similar a la plataforma de N-Gage, con opciones multijugador, listados de puntuación,... es decir, comunidad alrededor de los juegos, que tal como andan las cosas deberían desarrollar cada uno de los fabricantes de estos.
Una apuesta interesante a la que ya veremos cuantas empresas se apuntan, aunque con la cantidad de iPhones que se han vendido y los que quedan, no parece una mala idea subirse al carro.
Imágenes de Gizmodo.