No hace mucho reconocía haberme vuelto a enganchar a un clásico como es el Candy Crush. Sin embargo, hay un juego que me tiene ganado por completo el corazón (y el tiempo). Se trata de Airline Commander, videojuego disponible tanto en móviles, como en tablets, ya sean de Apple o Android.
Ya avanzo que no es el mejor juego en lo que a gráficos se refiere. Pero ni falta que le hace, dado que tiene ciertos elementos que lo hacen más atractivo que otros que he probado. Principalmente su mecánica, la cual hace que acumule ya casi cuatro años enganchado.
Ser gratuito es un valor importante
La descarga de Airline Commander es completamente gratuita. Da igual que sea desde Android que desde iOS, estando en ambos casos disponible en las tinedas oficiales de ambos sistemas.
Eso sí, he de decir que dentro del juego existen micropagos, pero no son necesarios. Estos están destinados a la compra de lo que se conocen como créditos y que permiten, entre otras cosas, adelantar el tiempo de espera hasta un nuevo vuelo o para examinarse de un nuevo nivel.
Honestamente, en todos mis años jugando jamás he tenido que recurrir a estos micropagos. Precisamente creo que la magia de este juego es que no se obtenga todo de forma rápida y pese a no pagar, me da para unas cuantas partidad a diario.
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Su mecánica de ascensos es la clave de todo
Conviene comenzar explicando en qué consiste exactamente Airline Commander y en resumidas cuentas nos pone en la piel de un inexperto piloto de vuelos comerciales. Para ello debemos empezar por lo más básico, que son las mecánicas de despegue y aterrizaje, manejando los mandos básicos.
Debemos ir aprobando exámenes de nivel que son los que nos permitirán no solo pilotar mayores y mejores aviones, sino también acceder a nuevos mandos de control. De igual modo, el juego nos pone habitualmente en situaciones de emergencia como que de repente nos quedemos sin un motor, que los flaps del avión no funcionen o que se nos rompa el indicador GPS.
Cabe decir que el juego cuenta con mandos de control realistas que nos hacen sumergirnos más en el juego. Eso sí, como ya decíamos, no todos están disponibles primeras, dado que habrá que seguir avanzando en el juego para ir desbloqueando el resto. De hecho es lógico, porque tiene poco sentido que ya de primeras nos pongan todos los controles sin saber qué utilidad tienen y sin que sean necesarios durante los primeros niveles.
Quitando los exámenes de nivel, la mecánica principal del juego es la de volar máquinas comerciales de un lugar a otro, por las cuales obtendremos diferentes recompensas. Estas nos permitirán progresar tanto en nuestra carrera como pilotos como en mejorar nuestra flota de máquinas.
Dentro de estos vuelos, encontramos diferentes modalidades: despegue simple, despegue completo, aterrizaje simple, aterrizaje completo y vuelo completo. En las tareas "simples" tan solo nos permiten el trabajo que atañe a la pista de despegue/aterrizaje, mientras que en las "completas" tenemos todo el proceso hasta llegar/salir al aparcamiento de la terminal.
Y ojo que no es tan fácil como parece. Aquello de "aterriza como puedas" no aplica aquí. Y si no, que lo diga la azafata que nos habla mediante pop-ups diciendo cómo ha sido el aterrizaje. Si nos dice que hemos estado a punto de morir, exagera, pero aún así no nos darán la máxima puntuación. Que todo salga perfecto es lo mejor para obtener el máximo de puntos.
Algo a saber es que no siempre hay tareas disponibles; generalmente hay 3 que se van renovando cada 30 minutos. Y es aquí donde entra la magia del juego a la que me he referido en anteriores líneas: no poder conseguir todo al momento engancha.
Retos y eventos especiales para amenizar las esperas
Aunque lo detallado anteriormente es lo que hace avanzar en el juego, lo cierto es que hay otras mecánicas diferentes en el juego. La primera de ellas son los retos diarios, que nos permiten enfrentarnos a jugadores de todo el mundo para encabezar el ranking en diferentes misiones especiales. Desde una contrarreloj para aterrizar lo más rápido posible, hasta aterrizajes lo más cerca posible de un punto. Y por supuesto, con recompensas si acabamos entre los primeros.
Los eventos especiales son la última novedad del juego y con la que se estuvo trabajando años, ya que en el menú principal nos intrigaba siempre un mensaje de "Próximamente". Este es un modo online en el que podremos también enfrentarnos a otros jugadores, pero pudiendo elegir nosotros las tareas y el progreso para que nos permitan escalar en una clasificación global.
De igual modo, se añaden misiones diarias, semanales y mensuales que se han de cumplir para obtener recompensas. Van desde firmar un número determinado contratos con aerolíneas en los mensuales, hasta retos más sencillos y rápidos de cumplir como realizar un rodaje diario o pasar un número de minutos pequeño dentro de la cabina.
Si bien estos también están limitados por tiempo y/o créditos, son un buen pasatiempos para esos largos ratos en los que no tenemos ninguna misión principal. De hecho, en lo personal debo reconocer haberme 'picado' mucho con estas modalidades. Mi récord, no obstante, es haber quedado cuarto de la clasificación mundial (algo es algo).
Como siempre, no todo es perfecto
Considero no exagerar al decir que Airline Commander me tiene enamorado como videojuego para móvil. Sin embargo, me pesaría mucho no destacar los puntos negativos del juego. Que los tiene. Vaya si los tiene.
El primero de ellos es el más evidente: los gráficos de las superficies no son su fuerte. De hecho verás que se pueden sobrevolar ciudades, mares y bosques que no son otra cosa que imágenes procedentes de Google Maps (u otra similar) que se ven muy píxelados. En mi opinión, creo que el resto de alicientes del juego lo compensan, pero este es de lejos su punto más débil. Tampoco las estructuras del aeropuerto son del todo realistas.
Otro punto en contra del juego es que no tiene muchos bugs, pero cuando aparecen son muy tediosos. Un caso habitual lo he experimentado en vuelos largos, los cuales ya son tareas más largas de lo habitual, pero a veces se eternizan cuando por algún extraño bug se convierten en vuelos que duran horas. No llegan a las horas de vuelo que tendrían en la vida real, pero no se quedan muy lejos. Y no, no exagero.
Otro bug habitual lo he notado especialmente en Android (en iOS fue solo un par de veces) . La calibración del móvil es clave y se presupone que mientras carga la pantalla de inicio el juego ya calibra los sensores para que los giros y otras acciones vayan acorde durante las partidas. Incluso dispone de un botón en el menú de pausa que permite calibrarlo. Sin embargo, en más de una ocasión he tenido que cerrar y volver a abrir el juego por no estar bien calibrado y notar como se me iba el control del vuelo. Por suerte, en los últimos tiempos parece estar ya más pulido.
Como ya he dicho anteriormente, mi conclusión es que la parte negativa gana a la positiva. Airline Commander no enamorará a los más amantes de juegos de simulación de vuelos, pero sí a los casuales. De hecho, creo que es una buena puerta de entrada para aquellos que deseen iniciarse en videojuegos más exigentes en este ámbito.
Para mi, la mecánica de avance lento lo vale todo. Tener que examinarnos para progresar y que ello implique haber acumulado muchas horas de vuelo a la espalda le da un realismo mayor al contexto del juego. Si a eso le sumamos que se sigue trabajando en mejorar y traer nuevos retos para el videojuego, creo que los cuatro años que llevo enganchado se quedarán cortos. ¡Por muchos más!
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