Desde agosto ya sabíamos que Facebook tenía planeado, después de muchos años, atraverse a pisar el terreno de las citas, y desde entonces la nueva sección se ha probado con extrema precaución en Colombia, Canadá y Tailandia. Finalmente hemos podido podido probar Citas de Facebook, que es como finalmente se llama en nuestro idioma.
Como siempre, todo eran buenas ideas en su concepción. Debía ser un servicio de citas menos frívolo que Tinder, potenciando más la conexión entre las personas que los rollos de una noche. ¿Lo habrá conseguido?
¿Capturas de pantalla? No, gracias
Antes de entrar en detalle, es preciso comentar que el apartado de Citas de Facebook está protegido por DRM, de modo que es imposible grabar la pantalla o hacer una captura de pantalla. He de ahí que las imágenes que acompañan a este artículo sean fotografías al móvil en lugar de capturas a la vieja usanza. Mi más sincera disculpa.
La buena noticia es que si tu vecino el del quinto ve tu perfil en las citas de Facebook no podrá hacer una captura para comentarlo con los amigos. La mala es que tú tampoco podrás hacer lo mismo con otros perfiles curiosos que encuentres. Esta protección se aplica a todo el contenido de Citas, incluyendo perfiles y mensajes.
Los perfiles, muy básicos
Empecemos por los perfiles. Al fin y al cabo, es lo primero que tendrás que hacer para empezar a usar el servicio. Es un perfil muy básico donde puedes añadir tu altura, religión, si tienes hijos así como dónde trabajas o estudias. Todos estos detalles son detalles son opcionales de rellenar, y aunque los rellenes puedes elegir si quieres que otras personas los puedan ver o no.
Entonces, ¿para qué rellenar detalles en tu perfil que nadie puede ver? Por los filtros. A la hora de buscar a tu media naranja, puedes usar todos los datos anteriores para filtrar por intervalo de edad, gente con o sin hijos, de cierta altura o religión.
Hay otros dos detalles del perfil que son tomados de Facebook tal cual: la edad y el nombre. Aunque cambiar la edad en Facebook es fácil (y en mis pruebas he visto muchos casos de edades obviamente falsas), el nombre no lo es tanto.
Esto es un arma de doble filo, pues quienes tienen un nombre único pueden ser rastreados en Facebook para un posible stalkeo. Y, por lo que he podido averiguar, esto ya está sucediendo.
Por lo demás, estamos ante un perfil donde puedes añadir fotos, una pequeña biografía y no mucho más. Lo único que escapa de lo habitual es la posibilidad de, en vez de añadir una fotografía, responder a preguntas pregrabadas. Éstas aparecen con colorines, como en los estados de Facebook.
Si te gusta, tienes que trabajar
Mientras que en Tinder y otras aplicaciones puedes indicar que te gusta todo el mundo a modo de metralleta y deslizamientos de perfiles a la velocidad de la luz, Facebook Citas te hace trabajar: para indicar que te gusta alguien, tienes que escribir un mensaje.
El proceso es tan anticlimático como suena, e implica que cuando tocas el botón Me interesa necesitas escribir un mensaje que irá adjunto a algo. Si estás viendo una foto, el comentario irá adjunto a dicha foto. Si no, deberás escoger una foto antes de enviar tu comentario.
Aunque la idea de Facebook aquí probablemente fuera que haya un contacto más humano y personalizado que simplemente un etéreo "me gusta" (gracioso, viniendo de Facebook), el resultado se hace cansino muy pronto, muy rápido. Mientras que en otras apps de citas normalmente solo escribes cuando ya tienes un match, aquí necesitas escribir de entrada.
Otro detalle a tener en cuenta es que no puedes pasar perfiles. O te interesa o no te interesa. La decisión es binaria, aunque es cierto que puedes volver sobre tus pasos más tarde desde los ajustes, en Second Look. Allí se te muestran todos los perfiles que has estado ocultando por orden inverso.
Así, en lugar de indicar quién te gusta y quién no, a lo largo de una sesión en Facebook Citas terminas o bien ocultando a un montón de gentes o bien enviando decenas de mensajes que no siempre recibirán una respuesta. Es más o menos tan emocionante como llamar por teléfono preguntando si alguien está interesado en comprar enciclopedias.
Aunque Facebook piensa en estos mensajes como conversation starters, el sistema realmente no acaba de satisfacer a ninguna de las partes. Unos no estarán contentos porque necesitan esforzarse en escribir mensajes a gente que en muchos casos caen en saco roto, mientras que otros reciben potencialmente mensajes de todo el mundo, sin un filtro previo por el cual la comunicación solo sucede cuando el interés es mutuo.
Vaya, vaya, aquí no hay "matches"
Lo que más me costó probar en la aplicación de citas de Facebook fueron los matches. Si algo hemos aprendido de Tinder y de las películas románticas de la última década, es que algo mágico sucede cuando dos personas están interesadas la una en la otra. Pues no, aquí no pasa nada.
En Facebook Citas no hay, a día de hoy, matches de ningún tipo, sino que todo se convierte en mensajes. Si indicas tu interés en el perfil de alguien y envías el mensaje, éste se envía como conversación. Quien lo recibe puede responder al mensaje, lo cual abre el camino de la ambigüedad entre el interés o simplemente siendo educado y respondiendo a alguien que se ha tomado la molestia de escribirte.
Así pues, cuando alguien se interesa en ti, su perfil aparece en Personas interesadas, así como el mensaje que te ha enviado y a qué foto se ha referido. Si respondes, el perfil desaparece de personas interesadas y va a parar a la sección de Conversaciones. Se puede asumir que los perfiles que acaban en Conversaciones son los matches, pues ha habido interacciones por ambas partes, pero como comentaba antes, puede ser simplemente alguien que haya respondido a tu mensaje.
Por cierto, que el apartado de conversaciones no puede ser más aburrido. Sólo se permite el envío de texto plano, sin mayor añadido que los emojis que puedas incluir desde tu aplicación de teclado, pues ni siquiera en eso te asiste la aplicación. Si quieres impresionar a la otra persona, ya puedes sacar a relucir tus conocimientos de ASCII y emojis, pues no puedes enviar fotos, stickers, GIF ni nada que se le parezca.
¿Y después, qué? Siendo una app de Facebook, las posibilidades eran casi ilimitadas: ¿continuar la conversación en WhatsApp, en Facebook Messenger? Lo que tú quieras, pero por tu cuenta. Facebook Citas no te facilita nada más que el arcaico sistema de mensajes integrado.
Puedes enviar direcciones web, números de teléfono o e-mails por el chat: no hay ningún tipo de filtro, aunque los enlaces no son clicables y tampoco puedes copiar el contenido. Ni hacerle una captura de pantalla. Deberás tener buena memoria, o copiar el dato en un papel.
Mucho potencial, pero por ahora...
En definitiva, no se puede decir que Facebook Citas sea un desastre absoluto, pero sí que se siente como una gran oportunidad perdida. Con más de 2 mil millones de usuarios, a poco que Facebook se hubiera esforzado podría plantarle cara a Tinder. En su lugar, han ideado un extraño sistema de comentarios mutuos que resulta confuso pero, sobre todo, aburrido.
Por supuesto, todavía Facebook Citas es una primera versión y podría ser que mejorara en un futuro, aunque teniendo en cuenta lo que suele tardar Facebook en rectificar o mejorar sus productos, yo por si acaso no seguiría esperando a encontrar el amor de mi vida hasta que eso suceda.
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