Últimamente las apps sociales, ya sea aquellas que son un simple chat o bien las que se usan para buscar una relación menos efímera, son portada por motivos alejados a la esencia del producto. Una sección bastante concurrida pese a lo cual existen ciertas casos de apps favoritas que han logrado mantener el éxito, como es Tinder. No obstante, tras casos como Kik o YouNow, también llegan los problemas por mal uso en este caso.
Hace poco tratamos el hecho de que las autoridades de Estados Unidos han registrado que Kik aparece en la mayoría de casos en los que el delincuente usa una app social para llegar a sus víctimas. En el caso de Tinder no se trata de ciberacoso o secuestros, sino de estafas, usando el perfil como arma y la generosidad de la gente.
La digitalización de los timos
Lejos de lo que se pueda pensar tratándose de software y smartphones, no hablamos de phishing ni de hackeos, sino de algo mucho más fácil y, de hecho, mucho más tradicional. Según leemos en The Guardian, se trata de hacer creer que se necesita un dinero que no se tiene con una excusa que la pareja, convenientemente preparada sin que ésta se dé cuenta, se cree sin ninguna duda.
Algo, por tanto, que llevamos viendo en su versión "analógica" desde siempre y que por desgracia sigue siendo algo relativamente cotidiano, cuando un ávido estafador encuentra a una solvente e inocente víctima. La guinda la pone el hecho de que ésta busque algún tipo de compañía, y apps como ésta son toda una fuente de esos casos.
Así lo explica el fiscal del distrito de Manhattan Cyrus R. Vance, quien el pasado martes anunciaba la condena a un hombre de 35 años que había estafado a una mujer con 26.000 dólares tras haberse conocido en Tinder:
El típico timo de citas de antaño llevado a cabo online. En mi oficina estamos viendo un aumento de timadores que se dedican a cazar personas solteras online.
Nada de calderilla
Según cuentan en el periódico, los timadores logran recopilar miles de dólares con esta estrategia de falsos pretextos y facilitado por la confianza ciega de la que se ha convertido en su relación online durante meses. Uno de los ejemplos es el caso que citábamos antes, concretamente el de Brandon Kiehm, que usa el falso perfil de Tristan Acocella, banquero de Goldman Sachs, cuando en realidad se dedica a pasear perros.
¿Cómo llegó Kiehm a recoger 26.000 dólares gracias a sus relaciones online si presumía de ser un banquero? Según parece, su estrategia se basaba en hacer creer que necesitaba el dinero para el tratamiento de un familiar que padecía cáncer tras haber sido víctima de un atraco y quedarse sin cartera. Dos mujeres accedieron a "donar" 14.000 y 12.000 dólares por las supuestas madre y hermana enfermas.
Sin noticias de Tinder
Como decíamos que ocurre en el caso de Kik, los casos en los que figura una app de citas en los registros de timos online están aumentando, según los datos del FBI desde 2014. Desde la fecha se han recogido más de 5.800 casos en los que se han estafado un total de 86,7 millones de dólares, siendo la mayoría de víctimas mujeres mayores de 40 años.
Desde la app no se han manifestado al respecto de momento. De nuevo nos encontramos con un caso en el que se recurre a la "autenticación" con Facebook buscando una manera de evitar identidades falsas cuando, en realidad, resulta bastante sencillo crear un perfil falso en cualquier red social. Quizás de momento deberían advertir a sus usuarios de esto, como vimos que hacían en Grindr en relación al aumento de los casos de SIDA y la posible correlación.
Por ahora, queda seguir siendo precavidos ante cualquier tipo de contacto con desconocidos a través de un medio online, algo que parece asumido por toda la población a estas alturas pero que, como vemos en estos casos, no es así ni mucho menos. Queda pues mucho que hacer en cuanto a concienciación de la seguridad y la privacidad.
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