Ha habido cierto auge con los altavoces bluetooth portátiles, una manera de mejorar la experiencia de audio desde nuestros dispositivos tanto a nivel de música como de llamadas. Su comodidad es indiscutible sobre todo cuando por su tamaño nos caben en mochilas e incluso bolsillos. Pero puede que no siempre lo llevemos encima o que justo en la ocasión que lo necesitemos lo hayamos olvidado. Algo así le ocurrió a Martin-Luc Archambault, cuya anécdota le proporcionó la idea para Ampme.
Cuenta Archambault que en una celebración quisieron escuchar música pero, a falta de los altavoces, pusieron el móvil como centro multimedia con un resultado bastante pobre, lo cual hizo que Archambault diese con el germen de su app. Pensó que, dado que todo el mundo tenemos smartphone (y lo solemos llevar encima), por qué no aprovecharlo en cuestión de audio y crear un gran altavoz mediante su sincronización.
Y justo eso es el fundamento de Ampme. La app se descarga en todos los dispositivos que vayan a participar en esta puesta en común de audio siendo uno de ello el dispositivo “anfitrión”. Éste inicia la reproducción y la app crea un código numérico de cuatro cifras que los dispositivos invitados tendrán que escribir tras seleccionar “unirse a la fiesta” (Join the party).
La música la proporciona el servicio SoundCloud, algo que puede resultar bastante limitado o incómodo dado que si no optas por una de las listas que el servicio propone probablemente hayas de estar controlando manualmente cada canción. En este sentido, el desarrollador comenta que espera ampliar a más servicios en un término de seis meses, además de añadir soporte a los archivos almacenados en el dispositivo.
Una conexión alternativa
La transmisión no se realiza ni por wifi ni por bluetooth, sino mediante una especie de marca o patrón de audio (lo que llama huella o patrón de alta frecuencia) que se transmite del dispositivo anfitrión a los invitados. Archambault explica que probó a realizar la conexión por bluetooth pero que, pese a funcionar, limitaba el número de dispositivos conectados a tres o cuatro. Y la opción de crear una red wifi privada resultaba muy complicado y se enlentecía cuantos más dispositivos se conectasen.
No obstante, para su funcionamiento la app necesita conexión a internet, ya sea por wifi o por conexión de datos, debido a que de momento, como comentábamos, el servicio de música proviene de la red. De hecho, no hay problema en que separemos los dispositivos una vez conectados, pero al menos el anfitrión ha de tener buena conexión para que no haya parones en la reproducción.
La app está disponible para iOS y Android de manera gratuita. Resulta de utilidad en la práctica si se da una de las situaciones que comentábamos, el volumen aumenta considerablemente sólo con dos dispositivos sin que lleguen a estar al 50% de potencia. Pero obviamente la calidad del sonido depende de la que tengan los dispositivos y no es comparable con la que dan algunos de estos altavoces bluetooth.
Enlace | iOS, Android
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