Páginas web y demás sitios online de compraventa de productos de segunda mano hubo, hay y habrá después de que Wallapop desaparezca, pero si hay algo que está consiguiendo esta app, que por ahora está solamente disponible en el universo de los teléfonos móviles, es dejar una impronta, obligar a su competencia a moverse y crear tendencia.
A nuestra mente vienen multitud de sitios en los que es posible llevar a cabo las transacciones que realizamos en Wallapop. Segundamano, por ejemplo, fue durante mucho tiempo el referente en el mundo online. Cambalache, cuando casi todo se hacía a través de la tinta de los periódicos en papel. Con los foros teníamos algunos especializados, como GSMSpain y su mercado de teléfonos móviles.
Seguramente a todos nos suene eBay, y no como un lugar en el que comercializar únicamente productos nuevos sino con un importante volumen de productos de segunda mano que viajan de un usuario a otro, previo pago de una pequeña cantidad a modo de comisión que se queda el intermediario. Tal vez el secreto de Wallapop, al menos para darse a conocer, fue precisamente prescindir de esta comisión.
Qué vas a hacer con eso si no lo usas
Oye, qué vas a hacer con eso si no lo usas. Súbelo.
Con este slogan se lanzó la campaña de Wallapop en televisión, la que ha conseguido hacer que la aplicación pasase de ser popular a ser mainstream. Antes de eso la app para móviles ya tenía a su público enganchado a través de las redes sociales y acababa por imponerse a una futurible competencia como fue Selltag, que finalmente decidió colgar las botas.
Nacieron prácticamente juntas pero Wallapop fue la que sobrevivió. Y lo hizo, como decíamos, con una idea que distaba de ser novedosa o disruptiva, pero consiguiendo imprimirle una personalidad única que obligó a la competencia más veterana a cambiar su modelo. Segundamano, por ejemplo, se renombró como Viboo buscando revitalizar su imagen y parecer nueva y fresca.
Esta llamada a la reventa de productos de segunda mano, a financiar nuestras compras quitándonos de encima productos que no usábamos, ha terminado acogiendo todo tipo de transacciones. Desde usuarios que ofrecen diseño web o pirateo de consolas, en dos casos que, aunque poco comunes, se ven por Wallapop, hasta productos nuevos manufacturados por ellos mismos. Creaciones de los usuarios que encuentran en Wallapop una forma de cambiar de manos por dinero.
En Wallapop te regatearán el precio y te ofrecerán productos a cambio. Es parte de la idiosincrasia de su comunidad.
Tal vez a ello haya contribuido que desde la app ejercen poco control sobre lo que en ella se intercambia, o se vende. Los trueques, por ejemplo, son también una práctica habitual. Quien haya intentado vender algo a través de Wallapop sabrá al menos dos cosas: que difícilmente lo venderá por el precio que pide y que tendrá ofertas para intercambiar productos.
Otro de los puntos que Wallapop ha aprovechado en su propio beneficio han sido los recopilatorios humorísticos. Una aplicación en la que el usuario elige el producto, toma la fotografía y crea el anuncio, es susceptible de ser abordada por ejércitos de trolls cuyo único fin no es más que el de pasar un buen rato pero que contribuyen a la popularidad de la misma.
Cuántos no habrán instalado Wallapop en su teléfono móvil porque un amigo les ha enviado un enlace con un producto ridículo y, durante ese proceso, han acabado encontrando algo que necesitaban. O quizá descubriendo en la aplicación, ahora ya conocida, que pueden deshacerse a través de ella de algunos objetos ganando algo de dinero.
Una aplicación sin beneficios, y sin un plan aparente
Esta sencillez para poder vender algo que no necesitas, o algo que sí necesitas pero menos que el dinero, se ha unido al hecho de que en Wallapop no hay que pagar. La transacción económica se produce lejos de la aplicación, según lo acuerden ambos usuarios, y Wallapop, que hace de intermediario, no se queda una parte del trato ni obliga a pagar por publicar anuncios.
Esta gratuidad por el uso de Wallapop ha hecho a muchos plantearse de qué viven sus creadores. Wallapop siempre se ha resistido a revelar información acerca de las cifras de su negocio aunque ya se sabe que se han ido nutriendo de distintas rondas de financiación. Un millón de euros aquí y un par de ellos allí, y han construido una aplicación cuyo valor se desconoce.
Sin suscripción, sin un importe por publicación, sin comisiones por ventas y sin publicidad. Resulta difícil imaginar cómo tienen pensado ganar dinero en Wallapop, pero lo cierto es que ya se han colocado más de una vez en el punto de mira de empresas mayores con deseos de echar mano a su modelo y a la infraestructura de su aplicación.
¿Promocionar tus artículos?
No obstante, recientemente se han descubierto futuros cambios, supuestos por ahora, en la forma de funcionar de Wallapop. Una vez capturada una masa de usuarios notable, y de tener diariamente un volumen transacciones elevado, Wallapop podría ofrecer un servicio de posicionamiento de pago para hacer destacar nuestros anuncios.
Wallapop podría ofrecer en una próxima versión una nueva función de pago, llamada "Servicio de Visibilidad", mediante la cual un usuario de la aplicación podría mejorar el posicionamiento de sus anuncios a cambio del pago de una pequeña cuota. El precio de este servicio podría fijarse en 1,99 euros por anuncio individual. Quizá sea este el primer paso.
Capital Risc, Atresmedia, Caixa... nombres potentes que apadrinan Wallapop y que han conseguido mantener la app a flote a nivel financiero mientras que ésta no deja de crecer, de aumentar en popularidad y en número de usuarios. De evolucionar, de mejorar el servicio y de, quién sabe, quizá sentar las bases para un futuro salto a algo más grande.
Una posible salida evolutiva
Cuando uno maneja tal cantidad de transacciones de usuarios puede plantearse, fácilmente, la conversión de su comunidad de usuarios en red social. Con una serie de cambios asumibles por los responsables y desarrolladores, el modelo de crecimiento basado en la publicidad segmentada podría hacer viable a la app creada hace tan sólo tres años.
Tal vez introduciendo valoraciones en los perfiles para que los compradores puntuasen la credibilidad, y pudiendo tener contactos de confianza a los que acudir en caso de necesitar tanto productos como servicios, Wallapop podría dar un paso al frente y consolidarse como una alternativa aún más eficiente a pesos pesos como eBay, todavía muy por delante a nivel mundial.
Lo cierto es que la aplicación de los 40 millones de dólares necesita hacer algo pues la competencia se mueve con velocidad y Facebook, por citar a la mayor amenaza de la startup española, ya empieza a poner en marcha su Marketplace. Si los usuarios ya salen de Facebook para realizar pocas tareas, pronto no tendrán que salir ni para vender ni para comprar.
Algo más que una app
Para muchos, Wallapop se ha convertido en un lugar en el que buscar los objetos antes que en tiendas donde los comercialicen nuevos, de primera mano. La tradicional compra de riesgo que podía acabar con un objeto almacenado indefinidamente ahora se produce de forma más alegre, pues el mercado de segunda mano se ha potenciado con su presencia.
Incluso algunos ya compran productos en el extranjero, como el caso de teléfonos móviles de importación, algo que conocemos de primera mano, para después venderlos en Wallapop obteniendo algo de beneficio. Wallapop y su popularidad ha cambiado la forma de comprar de muchas personas y eso, de una forma u otra, ha de ser monetizable.
Wallapop ha cambiado la forma de comprar y vender de muchas personas, de todas las edades y clases.
No en tiempo récord, pues recordemos que nació en 2013, pero Wallapop haría bien en ir consolidando un modelo de negocio viable. Pues cuando salgan del país y les toque nadar en aguas más profundas, los tiburones serán más grandes y numerosos y hará falta algo diferenciador para destacar. Compitiendo contra peces gordos, ser el nuevo es más contraproducente que una ayuda.
Confiemos en que los creadores de Wallapop tengan algo en mente y la app se convierta en un peso pesado en todo el mundo. Wallapop ha conseguido convertirse en un referente en cuanto a ventas de productos de segunda mano en nuestro país. Ha logrado ser tendencia en muchos ámbitos y sus desarrolladores no cejan en su empeño de seguir creciendo.
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