Cuando hablamos de los servicios de citas por internet, ya sea webs o apps, a veces leemos o escuchamos acerca de lo bien o mal que funcionan sus algoritmos, refiriéndonos a lo acertado o no del emparejamiento. Pero más allá de que acierten al proponer una cita, hay otro aspecto que se evalúa mediante algoritmos, al menos en el caso de Tinder. ¿Accederías a saber lo atractivo que eres según esta conocida app?
Sabemos de la existencia de esta cuantificación de nuestro sexappeal gracias al reportaje que recientemente han publicado en Fast Company. En él su autor explica que este algoritmo funciona de manera interna y los usuarios no acceden en ningún momento a esta valoración, aunque como anécdota comenta que a él se lo dieron a conocer y en su caso se arrepiente de saberlo. ¿De qué manera evalúa pues Tinder nuestro atractivo?
Un jaque a nuestro ego
Explican desde Tinder que su método se basa en el sistema de puntuación Elo, un método matemático usado en ajedrez basado en cálculo estadístico para calcular la habilidad de los jugadores. De este modo, lo que se busca conseguir con este sistema es que haya más emparejamientos potenciales basados en esta puntuación.
Matiza el CEO de Tinder, Sean Rad, que no se trata de un sistema que mide nuestro aspecto físico o nuestra belleza, sino que el atractivo que mide se refiere a en qué medida somos capaces de provocar el deseo por conocernos más allá de la foto o de las veces que nuestro perfil haya recibido una valoración positiva. Esto es, por todo nuestro perfil, si bien no especifica qué aspectos en particular incluye.
Es algo muy complejo. Tardamos dos meses y medio en construir este algoritmo debido a la cantidad de factores que éste tiene en cuenta
La relatividad de los sistemas de puntuación y del atractivo
Hablando de los servicios digitales estamos habituados a poner una valoración ya sea en puntuación numérica, con símbolos o con un comentario. Algo de lo que de hecho hablaron nuestros compañeros de Xataka hace unas semanas. Hay de hecho apps y servicios como Yelp o TripAdvisor para los cuales las valoraciones son su motor, siendo una referencia conocer las opiniones de los usuarios según su buena o su mala experiencia.
Pero en lo que se refiere al algoritmo de Tinder, no es algo tan genérico y no está diseñado para que se tome como una opinión general, dada la polarización que hay algunas veces en lo que se considera o no atractivo. Así lo explica Tor Solli-Nowlan, ingeniero de datos en Tinder.
[El algoritmo] No es una medida universal del atractivo. [...] A algunas personas les gusta el vello facial, a otras no. Lo mismo con los tatuajes, las fotos con mascotas o niños, al aire libre o una foto tuya con un tigre.
Mejor que siga siendo algo interno, ¿o no?
En su experiencia, como decíamos, Austin Carr acaba conociendo la valoración que este algoritmo interno de Tinder le da, que si bien queda “en lo más alto del término medio” con una puntuación de 946, esto no deja precisamente contento al autor (o a su ego). Carr cita al analista de datos Chris Dumler, quien describe el funcionamiento de este algoritmo como un sistema de votaciones tal cual, siendo los votos positivos o negativos el hecho de que te guste o no un perfil (deslizar a la derecha o a la izquierda).
La duda que deja esto es la siguiente: ¿qué aceptación tendría que Tinder hiciese público este sistema? ¿Sería un aliciente de cara a la app o sería algo que los usuarios reprochasen al ocurrir algo similar a lo que experimentó Austin? Por el momento no hay planes de que esto vaya a suceder y seguirá siendo una herramienta para lograr unos emparejamientos más acertados. Y con 10 millones de usuarios diarios y 26 millones de emparejamientos diarios, sí parece que funcione para gran cantidad de usuarios.
Vía | Fast Company
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