Entrar en el apasionante mundo de los videojuegos nunca había sido tan sencillo. Sencillo y, además, económico. Sí, tenemos unas PS5 y una Xbox Series X bastante caras, por no hablar de lo que cuesta montar un PC para mover juegos recién sacados del horno con una calidad Ultra -como 'Starfield' o 'Diablo IV', más los que están por venir como 'Alan Wake', por ejemplo-.
Sin embargo, también tenemos nuestros móviles. Todo el mundo tiene un móvil desde el que puede jugar a videojuegos, pero no me refiero al 'Candu Crush' de turno (que, ojo, no me parece mal porque entretiene a millones de personas que nunca han tocado un videojuego ‘convencional’, sino a los juegos de Game Pass, Apple Arcade o, incluso, Netflix. Suena genial, ¿verdad? Bueno, no a todos les gusta la idea y el expresidente de PlayStation cree que algunas de esas empresas son… intrusas.
Los bárbaros a las puertas
No esperes que este sea un artículo de salseo. Shawn Layden es una persona a la que respeto profundamente por su paso en Play Station, así que sólo voy a tratar su opinión como punto de partida para el resto del artículo.
Hace unos días, en la reunión de inversores de GamesIndustry, Layden se encargó del discurso de apertura. Actualmente, es miembro estratégico de Tencent Games (tiene su gracia que hable de bárbaros a las puertas estando en Tencent, todo sea dicho), pero fue el presidente de Sony Interactive Entertainment Worldwide Studios desde 2014 hasta 2019.
Lanzó PS4 (un arrollador éxito con unos 117 millones de consolas vendidas), lanzó PS4 Pro y también estuvo durante la planificación de PS5. En 2019 dio un paso a un lado debido al cansancio -según él, aunque se especuló que hubo una lucha de poder contra Jim Ryan, actual mandamás de PlayStation- y, en 2022, se unió a Tencent.
Puestos en contexto, en el evento de GamesIndustry, Layden comentó lo siguiente:
Creo que el aumento del coste de desarrollar videojuegos es una amenaza existencial para todos nosotros, así como la entrada en el sector de empresas no endémicas, también conocidas como ‘los bárbaros a las puertas’. En este momento, vemos a todos decir ‘Oh, los juegos generan miles de millones de dólares al año y quiero una parte de eso’, y entonces tenemos a Google, Netflix, Apple y Amazon que quieren una parte de nuestra industria.
Bien. Una industria crece cuando hay una base de usuarios que consumen los productos. Actualmente, una gran parte de la industria de los videojuegos se está esforzando en ‘vender’ los videojuegos no como arte, sino como un producto. Sólo hace falta contar los juegos como servicio que salen cada año para darse cuenta de eso.
Shawn tiene grandes momentos en su haber, pero este es épico, aunque podría haber entrado con algo más de gracia en el escenario. Eso sí.
Tencent, al igual que PlayStation, Xbox, Ubisoft, Square Enix, Electronic Arts o Activision, por citar algunas, tienen sus juegos como servicio. Y son las más grandes del sector, las ballenas. Apple y Netflix han entrado con fuerza los últimos años en esto de los videojuegos no sólo desarrollando, sino dando un altavoz tremendo a las compañías.
Netflix incluye en su suscripción una serie de videojuegos. Muchos son mediocres, por decirlo suavemente, pero otros tantos tienen una calidad bestial. 'Laya’s Horizon' o 'Terra Nil' son dos ejemplos de geniales videojuegos que sólo podemos jugar si tenemos Netflix, pero también están apoyando el desarrollo de los mismos.
Tras ver lo de Crash Bandicoot, no puedo más que dejaros la conferencia de PS de 2016. Fue un bombazo con Layden al mando y una orquesta en directo.
Compraron Night School Studio y han financiado el desarrollo de un 'Oxenfree II' que cualquiera con Netflix puede jugar gratis en su móvil, pero que también se puede comprar aparte en otras plataformas. Y son juegos de esos “de verdad”, de los que tienen unos valores de producción muy altos. Ahora, de hecho, están planeando dar el salto al juego por streaming y convertir nuestra tele con una cuenta de Netflix en una consola.
La historia de Apple con los videojuegos es larguísima. 'Halo' nació en Apple, Marathon era también un juego para los Mac y, de hecho, los creadores de 'Marathon', Bungie, luego pertenecieron a Microsoft, Activision y, actualmente, PlayStation, desarrollando una nueva entrega de 'Marathon'.
En el iPhone han nacido algunos juegos bestiales y títulos tan satisfactorios mecánica y visualmente como la saga 'Infinity Blade' de Epic Games. Tencent, curiosamente, posee ahora el 40% de Epic Games, quienes tienen el juego como servicio por excelencia, Fortnite.
Es decir, Apple no es ajena a los videojuegos, está intentando que más títulos se lleven a sus Mac y cuentan con Apple Arcade. Me parece una de las mejores suscripciones que tengo actualmente porque, como Netflix, me permite jugar a decenas de videojuegos de mucha calidad sin anuncios ni micropagos. Todo desde mi iPhone, mi iPad, mi Mac e, incluso, desde mi Apple TV.
Netflix y Apple tienen una audiencia potencial que empresas como PlayStation o Nintendo, con su actual modelo de negocio, no pueden alcanzar. Y cito esas dos porque son las dos más clásicas que quedan con hardware en la industria de los videojuegos.
Layden tiene… su parte de razón
Sin embargo, también tenemos casos como Amazon y, sobre todo, Google. Mientras Netflix y Apple parece que están apoyando a una industria, las otras dos se han sumado porque, como indica Layden, han visto el dinero. Hace unos años, Amazon se lanzó con muy buenas intenciones al mundo del desarrollo.
Tiene su propio motor, el Lumberyard basado en CryEngine de Crytek, pero he perdido la cuenta de los juegos que han lanzado y han dejado de apoyar o que, directamente, han cancelado y nunca vieron la luz. Excepto un par de excepciones, los juegos de Amazon no han llegado a mucho y, aunque tienen un servicio de juego por streaming -Luna-, no está en todos los países.
Google es el caso más extremo y, también, uno de los más tristes. Ahí sí podemos decir que olieron el dinero, intentaron desesperadamente conseguir su trozo de tarta, pero se cayeron con todo el equipo, dejando tocada a una buena parte de la industria.
Me estoy refiriendo a Stadia. Me sigue pareciendo que la tecnología de Stadia era impresionante. Muy buenos gráficos, muy poca latencia y gran calidad visual. No desarrollaron la plataforma como debieron y Game Pass con su suscripción les adelantó por la derecha, pero la tecnología era excelente.
Ahora bien, montaron estudios, contrataron pesos pesados de la industria y, en cuanto vieron que la cosa no despegaba, volantazo, cientos de despidos, proyectos cancelados y miles de millones tirados a la basura. A los jugadores de Stadia les devolvieron parte de su dinero, pero quien apostara fuerte por la plataforma se llevaría una profunda decepción. Al menos tenemos un mando Bluetooth muy apañado y un Chromecast 4K, algo es algo.
Estos dos son los ejemplos más sonados de los fracasos recientes, pero a lo largo de la historia hay muchos más. ¿Sabes qué pasó también hace unos años? Que Sony estuvo en esa situación.
Pero Sony también fue un día ese bárbaro a las puertas
Que le pregunten a Nintendo, vaya. No me voy a detener demasiado aquí, pero excepto algunas excepciones, todos han sido alguna vez los bárbaros a las puertas de una industria a la que no pertenecían.
Ya había videojuegos cuando Nintendo se interesó por el mercado, pero entró ofreciendo un genial valor tanto con su NES como, sobre todo, con Game Boy y los juegos para sus máquinas. En cierto punto, Sony y Nintendo colaboraron porque los primeros hacían los procesadores de sonido de las máquinas de Nintendo y la ambición de cierto sector en Sony provocó que ambas compañías desarrollaran una consola juntos.
Sony hacía un chip de sonido, pero no podemos decir que estuvieran en la industria del videojuego. De hecho, el mandamás de la compañía repudiaba la idea. Sin embargo, tras la traición de Nintendo al asociarse con Philips para lanzar juegos en CD, Sony montó PlayStation.
Ahora, vemos a PlayStation como sinónimo de “videojuegos”, pero en su día, eran una empresa de hardware que no sabía hacer software y que estaba entrando por despecho en una industria a la que no pertenecían.
¿Qué hizo PlayStation? Lanzar una consola con buena tecnología, un soporte como el CD (más tarde los DVD y los Blu Ray) y ayudar a popularizar aún más no sólo los videojuegos, sino los formatos de vídeo y audio domésticos gracias a sus máquinas.
Estoy resumiendo muchísimo la historia, pero creo que se entiende por dónde van los tiros.
Microsoft fue un intruso, el peligro, pero es un brutal ejemplo de resiliencia
Con una Sega moribunda -en lo que a hardware se refiere- y una lucha que parecía exclusiva entre Nintendo y Sony por el mercado de las plataformas domésticas, llegó Microsoft con su Xbox. No se comieron una rosca con la primera, pero con 360 dominaron durante muchos años a la PS3 y, tras el batacazo de Xbox One, han reorientado su negocio.
Siguen lanzando consolas, siguen lanzando juegos, han comprado decenas de estudios estos años, pero se están adaptando a los nuevos tiempos, algo que a Sony le está costando muchísimo. ¿Cómo? Abrazando el juego en dispositivos móviles.
No de la misma manera que Apple o Netflix, con lanzamientos en formato digital que debemos descargar en el móvil, sino con los juegos por streaming. Puedo jugar a Starfield en mi Xbox Series X y continuar la partida en mi iPhone, pero es que no me haría falta tener una Xbox: puedo comprar una suscripción de Game Pass Ultimate y, sin ningún dispositivo de Microsoft en casa, jugar a todos los juegos de su suscripción.
Microsoft ha entendido que todos tenemos un móvil y que el mercado está cambiando. De hecho, Layden comentó que la industria debería ser lo suficientemente inteligente como para ver venir los cambios y prepararse. De nuevo, Microsoft ya está en ese camino.
Es complicado adaptarse a los cambios
He querido dejar para el final el punto más personal del artículo. Me encantan los videojuegos. Muchísimo. Tanto que ayudé a fundar una web de videojuegos y llevo desde 2007 escribiendo sobre videojuegos. Es algo que conseguí convertir en mi profesión y que mamé desde pequeñito en casa gracias a un padre me dejaba ver sus partidas al Command & Conquer, Age of Empires 1 o WarCraft Orcs & Humans.
Durante años, he sido muy cuadriculado: los juegos debían ser en formato físico, no debería haber DLC, el día 1 el juego debería ser perfectamente jugable. Con el paso de los años, he entendido que el formato físico está bien, pero el digital ofrece una serie de ventajas como la inmediatez o el tener la biblioteca donde quieras.
Además, con mi conexión puedo jugar perfectamente sin tener el juego físico o digital. Los parches de día 1 son un fastidio, sí, pero poco a poco los desarrolladores pueden arreglar el juego (que sí, que antiguamente salían más pulidos, pero también había casos como el Digimon de PSX que en occidente no podíamos terminar por un maldito bug con un Agumon que no se apartaba de la puerta de la última cueva, y ese juego te lo comías sin arreglar) y los DLC ayudan muchas veces a expandir el universo que tanto te ha gustado en el juego base.
Me costó, mucho, aceptar esas cosas, las novedades de la industria, pero poco a poco he ido viendo sus ventajas y, de hecho, estoy deseando que mis próximas consolas sean una app en la tele con Xbox, Nintendo y PlayStation, donde no tenga que comprar hardware para disfrutar de los videojuegos. Y, actualmente, disfruto muchísimo de juegos en la plataformas de esos “intrusos”
Dicho esto, entiendo perfectamente lo que comenta Layden y tiene su parte de razón por algunos casos que han salido tremendamente mal, aunque no lo comparto del todo. Es más, la actual Sony tiene a un Jim Ryan como presidente de la vertiente de videojuegos que, precisamente, se ajusta a esa definición de un bárbaro no a las puertas, sino dentro del castillo.
Me gustaría saber qué piensas sobre todo esto, así que puedes dejarlo en los comentarios.
Fuente | GamesIndustry; Vía | Rock Paper Shotgun
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