La presentación de iOS 7 en junio de 2013 se centró especialmente en lo que todos esperaban, el nuevo y radical cambio de diseño, pero en este sistema operativo había muchos otros apartados que apenas tuvieron cobertura, y uno de ellos podría tener relevancia en el futuro. Su nombre: iBeacons.
Esta característica de iOS 7 está orientada a ser una alternativa a NFC, y parece destinada a aprovechar esa idea cada vez más popular de la "Internet de las Cosas" en las que prácticamente cualquier elemento que nos rodea estará conectado a Internet.
Bluetooth como base
La tecnología iBeacons se basa en el uso de Bluetooth Low Energy (BLE, también conocido como Bluetooth 4.0 o Bluetooth Smart), el estándar que comienza a ganar fuerza entre diversos fabricantes y que por ejemplo está presente en algunos de los nuevos relojes inteligentes.
Las balizas (beacons) son pequeños sensores inalámbricos que se colocan en cualquier espacio físico y que transmiten datos relevantes (al menos, teóricamente) a nuestro iPhone o iPad usando el estándar BLE.
Un buen ejemplo lo tendríamos al pasar por una tienda de ropa: el iPhone detectaría que hay una baliza, y a través de iBeacon recibiríamos una alerta con, por ejemplo, ofertas sobre productos que nos pueden interesar.
Los pagos móviles sin contacto son otra de las opciones de una idea que además se beneficia de un consumo ínfino: los sensores pueden funcionar durante dos años con una simple pila de botón e integran un acelerómetro, memoria Flash, procesador ARM y la citada conectividad Bluetooth.
Otra posible aplicación es la de los mapas en interiores, a los que los receptores GPS no pueden hacer frente pero que podrían resolverse con la característica de "microlocalización" de los iBeacons, como los fabricados por Estimote. Estos sensores tienen sus coordenadas GPS fijadas y pueden transmitirlas a través de Internet para crear eventos de entrada y salida (por ejemplo, de un museo por el que estamos haciendo un tour) y proporcionar la herramienta clave para esos mapas de localización en interiores.
La alternativa a NFC y a las etiquetas NFC
La tecnología iBeacon podría ser especialmente interesante como alternativa a NFC. Aunque dicha conectividad está integrada ya en numerosos dispositivos móviles --ninguno de Apple, por cierto, lo que justifica aún más la aparición de iBeacon--, sus prestaciones no parecen adecuadas para esa Internet de las Cosas que está imponiéndose entre los fabricantes.
Uno de los aspectos clave en este apartado es el hecho de que aunque las etiquetas NFC son relativamente baratas y su funcionamiento es adecuado, su alcance es muy limitado. El alcance de la señal se reduce a apenas 20 centímetros, aunque el rango óptimo es de 4 centímetros.
En el caso de los sensores de iBeacons, ese alcance se amplía a 50 metros, lo que efectivamente puede dotar a esta tecnología de unas posibilidades mucho más amplias. Aunque la implantación de chips NFC en dispositivos móviles es cada vez más amplia, la tecnología estándar que sí integran los fabricantes es Bluetooth, y esa nueva versión 4.0 con el modo de eficiencia energética está cada vez más presente en estas soluciones.
Apple apuesta por WiFi y Bluetooth
Lo estamos viendo desde hace tiempo: Apple no ha integrado jamás NFC en sus productos, y esa tecnología no obstante es la gran apuesta de Google, que lo ha utilizado para Android Beam desde Android 4.0 como método de transmisión de datos de forma sencilla.
Esa tecnología de Google llegó como contrapartida a AirDrop, que es únicamente compatible con equipos de Apple (móviles y ordenadores), y que permite esa transferencia de ficheros tanto a través de Bluetooth como a través de conexiones WiFi. Apple dejó clara con esta propuesta su interés nulo en NFC, algo que se ha visto demostrado en la presentación de los nuevos iPhone 5S e iPhone 5C, ninguno de los cuales la integra.
El futuro de NFC parece complicado a pesar de los esfuerzos de Google o de fabricantes como Sony por impulsarlo. Algunos juegan con el acrónimo y afirman que NFC significa "A nadie le importa una m*****" ("Nobody F****** Cares"), y lo hacen con argumentos importantes, como ese reducido alcance que casi obliga a que exista contacto físico entre dispositivos y/o etiqueta NFC.
Lo mismo ocurre con otros estándares inalámbricos que han tratado de imponerse en el mercado de la Internet de las Cosas, como ZigBee o Z-wave, con pocos apoyos y que también tienen un enemigo claro: el citado Bluetooth Low Energy, que parece candidato perfecto a convertirse en compañero inseparable de nuestros dispositivos y de otros muchos aún por ver.
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