A pocos días de un nuevo evento de Apple, todo parece girar en torno a los iPhone 14. Sin embargo, estos móviles no vendrán solos. Aparte de salir la correspondiente generación de Apple Watch Series 8, se espera que por primera vez Apple lance un smartwatch de gama alta. No es que la serie normal no lo sea, pero con esta intentará abarcar un nicho de público mucho más exigente.
De este dispositivo al que provisionalmente conocemos como Apple Watch Pro, sabemos mucho y nada a la vez. Se ha especulado mucho con él en base a las filtraciones habidas hasta la fecha. Sin embargo, al menos con lo que nos pintan los leakers, habría más de un punto clave que deberá solventar Apple si de verdad quiere que este reloj haga honor a ese hipotético apellido "Pro".
Empecemos por una autonomía decente (por favor)
Si hay algo que se le achaca al Apple Watch tradicionalmente es su escasa autonomía. Con los años se ha ido mejorando esto, tanto con mayores capacidades como una mayor optimización del sistema. Sin embargo, la media sigue rondando 1-2 días. Y esas dos jornadas en el mejor de los casos y con usos que no sean precisamente intensivos.
Desconocemos cuánto mejorarán los Series 8 este apartado y si realmente lo harán y en parte nos da igual por el caso que nos ocupa. Si nos referimos a esa versión avanzada del reloj, lo mínimo a exigir serían esas dos jornadas completas y con un uso intensivo. Acorde al rumor que afirma que tendrá 47 mm de tamaño, es esperable que se aproveche el espacio extra para añadir una mayor batería que lo permita.
Irrompible no será, pero deberá garantizar mayor resistencia
Evidentemente, ningún smartwatch sobrevivirá a golpes con mazos y martillos. Nadie debería poner esta condición por exigencia, pero sí sería más que un deseo la imperiosa necesidad de que resista a situaciones del día a día. Un roce con una pared, una pequeña caída al ir a cambiar la correa, una caída propia en la que choquemos el reloj contra un suelo de tierra.
Al ser estos golpes fortuitos, incide mucho sobre qué parte se ha golpeado el reloj, el material con el que se chocó y la fuerza con la que lo hizo... En los Apple Watch "tradicionales" podemos encontrarnos de todos. Un servidor puede contar las innumerables veces que sobrevivió a caídas fuertes sin un rasguño, a la par que puedo dar fe esos llamados "pequeños golpes tontos" que han acabado partiendo por la mitad el cristal de la pantalla.
Ahora bien, en un reloj de apellido "Pro" y con un precio que se acercaría peligrosamente a las cuatro cifras, lo mínimo esperable es que los materiales de construcción garanticen plena resistencia a esos golpes fortuitos. Y sí, tanto la carcasa como las siempre delicadas pantallas.
Deportes extremos, mediciones precisas
Entre los primeros rumores de este Apple Watch Pro sonó con fuerza la idea de un reloj hecho para deportes de riesgo. El asunto de la resistencia comentado previamente va muy al hilo de ello. Sin embargo, hay algo más que debería mejorar: las mediciones de salud relacionadas con la práctica deportiva.
Apple puede añadir a su app de entrenamientos muchas actividades nuevas relacionadas con deportes que hasta la fecha no tienen cabida. Sin embargo, de poco o nada servirá si no se hacen mediciones precisas para ello. No dejamos de hablar de un reloj que, por buenos sensores que tenga, nunca será equiparable a un instrumento médico, pero debería acercarse en precisión.
Con menos tirón comercial, pero sí con mucha fama en el nicho de público más exigente, nos encontramos con opciones de reloj inteligente en marcas como Polar o Garmin. No es que estas hayan reinventado la rueda, pero además de ofrecer gran precisión en sus mediciones, también ofrecen informes más exhaustivos sobre la actividad física, que es precisamente en lo que se debería enfocar este inminente Apple Watch Pro.
A día de hoy, la app de Salud presente en el iPhone recoge muchos datos del Apple Watch. Sin embargo, ofrecen información que se antoja escasa para algunos. Se dan buenos datos, pero de carácter demasiado genérico o incompleto como para servir las más altas exigencias de aquel que quiere saber cada minucioso detalle de su cuerpo durante el rato que ejerció una actividad deportiva.
Se acepta un precio alto, pero no un mensaje equivocado
Estamos hablando de Apple y de un producto que saldría con apellido "Pro" y junto a otros de carácter estándar. Imaginarse un precio bajo acorde a ello es un ejercicio de masoquismo. Si además tenemos en cuenta los ya citados rumores que lo sitúan entre 900 y 1.000 dólares, con más razón.
Lo que suceda en Europa es otro cantar, dado que la actual situación de inflación apunta a diferencias más que notables con los precios de Estados Unidos. Solamente hay que remontarse unos meses para ver el precio que alcanzó el MacBook Air M2 o como el MacBook Air M1 subió de precio sin modificar el hardware de la noche a la mañana (literalmente).
Un precio alto no es sinónimo de caro. De hecho, caro o barato son percepciones que dependen de la perspectiva con la que cada uno lo analice. No obstante, en términos de mercado y el nicho en el que situarían estos relojes, Apple debe haber estudiado bien el rango de precios y sobre todo tener claro enfocar su mensaje al público objetivo real de este reloj.
Contando con que se debe tener ya un iPhone y además desear un smartwatch, el Apple Watch tradicional está orientado a un público mayoritario. Sin embargo, el enfoque de este modelo es bien distinto y confundir a ese público que sigue siendo objetivo de los modelos más asequibles, puede ser una jugada peligrosa.
En cualquier caso, nada hay escrito ahora mismo con tintas de oficialdad por parte de Apple. Aun contando con las filtraciones que tenemos, todo son conjeturas. Apenas faltan unos días para empezar a comprobar si se cumple toda esta checklist de retos a resolver. El telón está a punto de subirse en el Apple Park. Miércoles 7 de septiembre, 19.00 (hora peninsular española). ¿Veremos entonces un Apple Watch Pro? ¿"Pro" de verdad?
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