Ayer Apple cumplió las expectativas y presentó iOS 7, la nueva versión de su plataforma móvil. En esta versión hay un protagonista fundamental: el rediseño de todos los apartados visuales de iOS, aunque también hay cambios reseñables en las aplicaciones integradas en el sistema operativo.
A pesar de esa fase aún temprana de su desarrollo --por ahora solo los desarrolladores pueden acceder a una Developer Preview-- lo mostrado por Apple permite valorar si el nuevo rumbo de este sistema operativo tiene visos de reimpulsar una plataforma cada vez más amenazada por la magnitud del fenómeno Android. Pasemos a analizar las claves de iOS 7.
El diseño plano llega a iOS 7, pero con inconsistencias
La primera señal evidente de que nos encontramos ante una nueva versión del sistema operativo se muestra desde la pantalla de bloqueo. Mientras que en anteriores ediciones dicho aspecto no cambiaba de forma notable, en IOS 7 la interfaz de usuario cambia de forma radical.
Y cambia en todos los apartados del sistema operativo, desde los iconos, con un diseño plano en el que los fondos degradados también cobran relevancia, hasta las aplicaciones, muchas de las cuales se han adaptado para mostrar esa vocación por el diseño plano.
También se hace uso extensivo de las transparencias, por ejemplo en las notificaciones y en el Centro de Control, pero también en herramientas como la que muestra el tiempo, o el cliente que precisamente nos muestra que nos están llamando o que estamos realizando una llamada.
El calendario es un buen ejemplo de ese rediseño, y Apple abandona su tradicional skeuomorfismo para mostrar ahora una interfaz más clara, con contrastes claros para los elementos a destacar (rojos y azules vivos), y con tipografías más elegantes en todos los apartados. En este y otros apartados Apple recuerda --probablemente, sin pretenderlo-- con la interfaz de Google Now que está presente de forma cada vez más amplia en Android.
Por supuesto, la elección de ese nuevo camino en el diseño deja muchas dudas, y en algunos apartados las cosas no parecen consistentes. Como si algunas aplicaciones no tuvieran claras las líneas de diseño o no las siguieran. La cámara es una de ellas, pero también es el caso de otras clásicas como la calculadora o la aplicación de Bolsa.
Los iconos también son como comentábamos completamente nuevos, y a pesar de los esfuerzos de Apple su aspecto es igualmente incosistente. El icono de ajustes parece más el de una caja fuerte que otra cosa, y no parece que se haya seguido una línea clara en esos rediseños.
Ese cambio en la iconografía también se muestra en otro apartado: los iconos de las aplicaciones, como los que aparecen por ejemplo en Safari y que son tan nuevos que al principio será difícil poder identificar a qué corresponden muchos de ellos. El icono para compartir que aparece también en las fotos es un buen ejemplo de la confusión que provoca esa nueva iconografía que también presenta los mismos problemas de inconsistencia que otras áreas del rediseño de iOS 7.
Todos esos cambios visuales probablemente se afinen en la versión final que llegará al gran público este otoño, pero es más que probable que esos cambios estéticos no acaben de convencer a buena parte de la base de usuarios de iOS.
Los buenos artistas copian, los grandes artistas roban
Pocos de los cambios que se han implantado en iOS 7 son realmente novedosos y revolucionarios. Y como confesaba el propio Steve Jobs con esa famosa frase, Apple ha vuelto a aprovechar ideas ya muy populares y las ha adaptado a la nueva versión de su plataforma móvil.
Entre los ejemplos más claros de esas ideas que Apple ha querido "tomar prestadas" está la gestión de la multitarea. El diseño visual de esa gestión y sobre todo del intercambiador de tareas es calcado al de webOS, como se puede ver en el siguiente vídeo:
Otro ejemplo destacado de esa "copia indiscriminada" que muchos criticarán en iOS 7 es la del Centro de Control de iOS 7, que lleva ya mucho tiempo disponible en Android con todo tipo de variaciones. Y sin embargo, es una novedad que no por ello es menos bienvenida --aunque para mi gusto la hayan sobrecargado--, ya que era una de esos apartados en los que la usabilidad de iOS estaba claramente por detrás de la de Android.
Aún así, utilizar buenas ideas y adaptarlas a otro producto es una excelente idea --al fin y al cabo, todos copian de todos--. Apple suele hacerlo muy bien en estos casos, y aunque por ejemplo la gestión de tareas es claramente más elegante, ese centro de control, repetimos, está quizás algo sobrecargado.
Aplicaciones y usabilidad
Dejando a un lado el aspecto del diseño, Apple ha intentado seguir centrándose en la experiencia de usuario y la usabilidad, apartados en los que iOS siempre había destacado sobre sus competidores y que también se han cuidado especialmente en iOS 7.
En este sentido hay nuevos elementos y características que son especialmente útiles, como el Centro de Control (al fin tenemos la capacidad de activar y desactivar muchos parámetros sin pasar por Ajustes), la gestión de notificaciones, o la también citada gestión de la multitarea, que ahora se extiende a aplicaciones de terceras partes.
Las novedades en AirDrop también son interesantes, pero la nueva interfaz para compartir fotos, vídeos o música es aún más llamativa, aun cuando AirDrop la hace aún más potente. Esas mejoras también se aprecian en Safari (pestañas ilimitadas, y un gestor visualmente singular), que además gana un gestor de contraseñas que puede llegar a ser muy útil.
En ese apartado de la seguridad es importante destacar la presencia de un refuerzo para la característica de búsqueda de iPhones extraviados. Podremos establecer un mensaje en la pantalla de bloqueo para que quien lo encuentre pueda llamar a un teléfono auxiliar. Ademas tenemos el bloqueo de activación que evita que algún curioso pueda activar nuestro dispositivo y acceder a sus datos.
Apple también ha querido reforzar Siri con algunos cambios visuales pero sobre todo con más capacidades de búsqueda, integrando motores de búsqueda como los de la Wikipedia, Bing (nuevo golpe a Google), Twitter o Wolphram Alpha. Otras opciones como iTunes Radio --de momento solo disponible en Estados Unidos-- o la integración de iOS en los coches --habrá que ver qué coches acaban ofreciendo soporte-- parecen casi anecdóticas para el gran público de fuera de Estados Unidos ahora mismo, pero serán interesantes de cara al futuro.
¿Qué echamos de menos en iOS 7?
El soporte de widgets hubiera enriquecido aún más el escritorio de iOS --sobre todo en tablets-- pero parece que Apple no quiere "ensuciar" la experiencia de usuario con este tipo de elementos, tan populares en Android.
Tampoco se habló en ningún momento de NFC, una tecnología por la que Apple de momento no parece apostar aunque puede que las cosas cambien en los próximos anuncios que nos esperan en otoño. En iOS 7 no hay indicios de ese soporte, pero es probable que de aparecer iPhones e iPad con esta tecnología, el sistema operativo se actualice rápidamente para adoptarlo.
Otro apartado en el que --lamentablemente-- no hay novedades es el de la selección de aplicaciones por defecto, que además no se puede modificar. Aunque podremos utilizar otros clientes de correo como el de Gmail y otros navegadores como Chrome, no es posible establecer esas aplicaciones como las predeterminadas del sistema.
Conclusiones: más evolucionario que revolucionario
Aunque iOS 7 ha cambiado su estética, en realidad la forma de usarlo no cambia demasiado. Algunas aplicaciones han ganado en prestaciones y otras son nuevas y aportan mejoras significativas a la usabilidad, pero iOS 7 es más un producto evolucionario --con lavado de cara incluido-- que revolucionario a pesar de esa primera impresión.
De hecho, las mejoras en iOS 7 parecen más significativas de lo que realmente son por esos cambios en la interfaz, y eso es bueno para la base de usuarios de iOS, que no obstante tendrá que adaptarse a este nuevo diseño plano.
Adoptar ideas de otros (sobre todo, pese a quien pese, de Android) ha dado como resultado algunos apartados claramente notables --el centro de control-- pero otros que pueden confundir al usuario, como esa poca consistencia de la interfaz y ese uso de transparencias o de distintas tonalidades según la aplicación (calendario frente a brújula, por ejemplo). Es un primer paso realmente interesante para el rediseño de iOS, pero no acabamos de estar seguros de que sea un paso adecuado.
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