El iPad ha ido evolucionando hasta convertirse en una Surface, pero iPadOS no es Windows

El iPad ha ido evolucionando hasta convertirse en una Surface, pero iPadOS no es Windows

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El iPad ha ido evolucionando hasta convertirse en una Surface, pero iPadOS no es Windows

El iPad no fue el primer tablet que pisó el mercado, ni mucho menos. Pero sí que fue el que mejor lo hizo desde primera hora. Reconozcámoslo, Apple es muy de hacer estas cosas. No aterriza el primero en los sitios, salvo en contadas excepciones, pero su llegada sí supone un cambio de rumbo para cada cosa que toca. Y en el caso del iPad, supuso convertirse en el indiscutible rey los tablets. O las tablets. A gusto del que lee.

De eso han pasado ya doce años. El iPad nació en 2010 y desde entonces ha ido evolucionando en diferentes aspectos, incluyendo su propio sistema operativo. Del iOS de entonces al iPadOS de hoy. Pero si bien el iPad ha ido progresivamente convirtiéndose en una Microsoft Surface, iPadOS no ha hecho lo propio. El iPad es un gran producto lastrado por su sistema operativo. Porque iPadOS no es Windows, ni tampoco MacOS. Y se nota.

El iPad quiere ser un portátil, pero iPadOS no está por la labor

Steve Jobs presentó en su momento el iPad como un producto que se convertía en una mezcla entre tu teléfono móvil y un ordenador portátil. Así se vendió y dio comienzo una de tantas eras 'post-PC' que lo único que ha hecho es reducir la venta de torres. Porque los portátiles siguen y seguirán existiendo. Tanto es así que el iPad ha ido mutando con los años y hoy es más un portátil que un tablet convencional. O Apple quiere que lo sea.

Con la evolución, a Apple le llegó la pantalla dividida para poder manejar dos aplicaciones al tiempo, y acabó recibiendo una ventana flotante cuyo uso es casi idéntico al que se le da a las aplicaciones en un sistema operativo de escritorio. Algo que se hace desde hace eones con MacOS, que se hace desde hace eones con Windows y que se hace también en Linux. Pero iPadOS, a la hora de la verdad, está por detrás de todos en su intento de reemplazar el escritorio.

El iPad ha ido recibiendo accesorios de todo tipo, y la llegada de los iPad Pro multiplicó éstos hasta el punto de convertir el concepto del iPad en un ordenador portátil con partes desmontables. Una suerte de Microsoft Surface 'a la Apple', pese a que los Surface llegaron mucho después. Pero siendo sinceros, los Surface siempre fueron lo que quisieron ser. Un ordenador portátil con características de tablet, y no al revés. Y ahí Microsoft ha tenido siempre las de ganar.

Ipad

En la eterna pelea entre ambas empresas, el iPad Pro ha acabado convirtiéndose en la competencia de las Surface, y las Surface se han convertido en la competencia de los iPad Pro. Dispositivos táctiles con teclado, fácilmente transportables y con alternativas táctiles al ratón. Un dispositivo multimedia listo tanto para el consumo de contenidos como para el juego o el trabajo. Pero de nuevo, Microsoft se muestra más sólido en ese último terreno, pues sigue siendo la más sólida plataforma empresarial.

Es completamente cierto que los nuevos iPad Pro son bestias en potencia que pueden hacer mil cosas mejor que muchos otros. Pero siguen bebiendo de un iPadOS que no ha conseguido despegarse lo suficiente de su iOS matriz. Apple nunca ha querido "enchufarle" MacOS a los iPad, y mi opinión es que eso es un error. No para dotar al iPad de un sistema operativo viable para muchos usos, sino para competir allá donde Apple parece querer hacerlo. El iPad Pro sigue sin ser hoy el ordenador portátil que permita trabajar al 100% con él. Para eso están los MacBook Air. O la Surface, claro.

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