No entendía como un teléfono nuevo con más batería y sin degradar tenía una autonomía inferior a la de mi anterior móvil, con dos años de uso a sus espaldas: esto es lo que he descubierto
Cambié del iPhone 13 Pro al iPhone 15 Pro a los pocos días de su lanzamiento, tengo la salud de la batería al 100% y sin embargo, mi batería dura menos que nunca antes con un iPhone nuevo: ni siquiera podía terminar el día con un uso normal. Con un dispositivo nuevo con una batería con ligeramente más capacidad y sin apenas degradar respecto al anterior, toca echar un vistazo a iOS 17, el sistema operativo que traía de serie, en busca de respuestas. Esto es lo que he descubierto mientras averiguaba qué devoraba la batería de mi iPhone 15 Pro con iOS 17.
Paciencia hasta la siguiente actualización
Es relativamente normal que cuando un sistema operativo nuevo se lance, todavía tenga detalles por pulir tan importantes como la optimización de la batería, así como posibles bugs y soluciones a problemas de seguridad.
En ese caso y teniendo en cuenta que mi móvil venía con iOS 17 de serie y retroceder no era una opción viable para mí, cada vez que mi iPhone me avisaba de una nueva actualización, la descargaba e instalaba cuanto antes.
Así, en cuestión de semanas esa autonomía no demasiado depurada puede estirarse como por arte de magia sin hacer nada más. No fue el caso: no he notado que la autonomía de mi iPhone mejorase notablemente.
La optimización de las apps: busca actualizaciones
Una de las principales razones por las que con un nuevo sistema operativo la autonomía disminuye tiene que ver con la compatibilidad de las aplicaciones, o lo que es lo mismo, que puede que tengamos iOS 17 como SO, pero las aplicaciones han sido diseñadas y refinadas para iOS 16, lo que se traduce en que quizás consuman más batería de lo ideal.
O lo que es lo mismo, que no sea un problema de iOS 17 y sí de las aplicaciones de terceros. Asumiendo que ni todos los equipos de desarrollo son tan rápidos y que quizás no den con la tecla a la primera, me he ido asegurando siempre de que todas mis aplicaciones estén actualizadas a la última versión. Si alguna lleva tiempo sin actualizar, mala señal.
Para controlar las aplicaciones que tenemos sin actualizar vamos a la App Store y tocamos sobre nuestra foto de perfil para abrir los ajustes y allí encontraremos si hay aplicaciones sin actualizar, además de poderlas actualizar todas de golpe o de una en una.
Descubrí cuáles son las aplicaciones que más consumen
Lo anterior fue un proceso de semanas en las que constaté que las actualizaciones de las aplicaciones sí que ayudaron a estirar mi autonomía, pero cuando ya llevas semanas con la batería bajo la lupa, conviene echar un vistazo para señalar culpables. La herramienta ideal está dentro de los 'Ajustes' > 'Batería'.
Allí hacemos scroll hasta la zona de estadísticas y cambiamos de 'Últimas 24 horas' a 'Ultimos 10 días', que ayuda diferencial un uso excepcional que puede ser el de las últimas horas ampliando el marco para encontrar tendencias, ya sea tanto en porcentaje de uso como por horas en pantalla/segundo plano.
En base a la información volcada puedes tomar decisiones, por ejemplo si vemos que hay alta actividad en segundo plano respecto al tiempo en pantalla, podemos probar a deshabilitar la actividad en segundo plano. ¿Qué misión tiene esta función? Permite que esas aplicaciones que están suspendidas y a la espera puedan comprobar si existen actualizaciones y novedades, esencialmente, lo que hacen es refrescar contenido.
Importante: aunque tengamos deshabilitado la actualización en segundo plano, sí que seguiremos recibiendo notificaciones push de las aplicaciones para no perdernos nada.
Adiós a la actualización en segundo plano de las aplicaciones más tragonas
Lo vemos con un ejemplo para que quede más claro: WhatsApp. Con la actualización en segundo plano activada, si alguien te envía una foto cuando mientras no tienes la app en primer plano, al abrirla verás que la fotografía ya está disponible. Si no la tuvieras activada, al abrir WhatsApp la app buscaría al momento los nuevos contenidos. Según Apple esta función no consume recursos, pero a los hechos nos remitimos: aplicaciones como Mail no descargan contenidos en segundo plano cuando activamos el Modo de bajo consumo. Y la propia Apple lo detalla en la pantalla específica.
De hecho, en la práctica esto se traduce en apenas un par de segundos de actualización al abrir la que apenas pasa factura en la experiencia de usuario y no hay mejor muestra que la realidad, que apenas se percibe con el Modo de bajo consumo. Yo sabía que esta era una cuestión clave porque así como la batería me duraba menos de un día con el uso normal, no tenía problema en llegar hasta el final del día si dejaba el modo de Bajo consumo activado nada más quitar el teléfono del enchufe. Nota: Esta función también aplica otras medidas, como por ejemplo bajar el brillo de pantalla o minimizar animaciones del sistema.
Así que tomé la decisión de deshabilitar la actualización en segundo plano de las apps que más consumían. Puedes encontrarlo en 'Ajustes' > 'General' > 'Actualización en segundo plano' y deslizar el toggle de aquellas que más batería gastan, en mi caso opté por las redes sociales Instagram y X.
Después de este análisis y aplicación de estas medidas (y que el paso del tiempo ha jugado en mi favor en cuanto a actualizaciones), ahora la autonomía de mi teléfono ya llega al día sin problema con un uso normal, lo mínimo que esperaba al cambiar de terminal.
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