Fuimos muchos los que permanecimos atentos en la últimas horas del día de ayer. El veredicto de la Corte de San José en California, donde Samsung y Apple medían sus fuerzas en la guerra de patentes que libran desde hace largo tiempo, era en cierto modo previsible. No así la decisión de un tribunal de Seúl, en el mismo corazón de Corea del Sur, donde la decisión final del juez no deja clara las figuras de vencedores y vencidos, volcando las culpas sobre ambos fabricantes en su dictamen, unas 24 horas antes que en el tribunal californiano.
Otro escenario, otra batalla
Con mucha menos difusión mediática, al menos en el mundo occidental, el pleito que llevó a los de Cupertino a presentar una contrademanda en la corte surcoreana fue fruto de una demanda previa que los de Samsung presentaron en su país natal por el mismo motivo: infracción de patentes.
Haciendo un pequeño guiño a un famoso personaje televisivo, la sentencia del tribunal de Seúl viene a dar la razón a la célebre frase “todo el mundo miente”. En este caso, incluso, podríamos darle la vuelta y afirmar que “todo el mundo tiene razón”.
En pocas palabras y para hacer un resumen claro de como queda la situación en el país asiático, podríamos decir que todos están en lo cierto; ambas compañías fueron declaradas culpables por infringir las patentes de su competidor sin miramiento alguno.
Un duro golpe para Samsung del que Apple también sale tocada
El resultado de todo esto podría también ser resumido con la frase “nadie es profeta en su tierra” aplicada con una buena dosis de ironía. Samsung se enfrenta a la prohibición de venta de los Galaxy S, Galaxy SII y Galaxy Nexus así como los tablets Galaxy Tab y Galaxy Tab 10.1 en su país de origen.
El motivo lo podemos encontrar en el efecto “rebote” que observamos en ambas plataformas cuando nos desplazamos por una página web, documento o lista y alcanzamos el final de los mismos. Junto a esta infracción, el juez surcoreano acepta otra violación cometida con la similitud de los iconos de la interfaz TouchWiz de Samsung con los de iOS de Apple.
Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas para los de Cupertino. La misma corte finalizó derribando los “sólidos” argumentos de Apple sobre la “imagen de marca” con la que en diferentes puntos del globo llegaron a detener la comercialización de algunos productos de Samsung. Basta recordar el caso de Alemania donde el Galaxy Tab 10.1 tuvo que ser sometido a un proceso de rediseño para poder llegar a las tiendas sin problemas. Según el tribunal, no existe posibilidad alguna por la que los consumidores puedan confundir los smartphones fabricados por ambas compañías.
Además, la corte también ha concluido aceptar como válidas las pruebas que argumentan que Apple habría infringido las patentes relativas a las funciones de ahorro de energía y otras dos que aumentan la eficacia en la transmisión de datos a través de la red de telefonía móvil, siendo estas últimas propiedad de Nokia.
Lo que se plantea ahora es averiguar cómo serán capaces en Apple para incorporar la conexión 4G LTE en el próximo iPhone, considerando que Samsung controla la mayor parte de las patentes a este respecto.
Resultado final
Samsung tendrá que pagar a Apple una cuantía que asciende a 25 millones de wones surcoreanos (unos 22.000 dólares, cerca de 18.000 euros) en concepto de daños y perjuicios. Conceptos por los cuales Apple también ha sido condenada a pagar a los de Seúl 20 millones de wones (17.700 dólares, unos 14.000 euros).
Sin embargo, la corte asiática ha impuesto a los de Cupertino una dote extra de 40 millones de wones (unos 35.265 dólares, cerca de 28.200 euros) por la infracción de las dos patentes antes mencionadas y que, inexplicablemente irán a parar a las arcas de Samsung. Además de la también retirada del mercado surcoreano de los iPhone 4 e iPad 2, cuya venta ha sido prohibida.
Aunque ambas comapañías podrán apelar la decisión del juez en la Corte Suprema de Corea del Sur, parece que todavía no tienen claramente definidos los pasos a seguir tras esta batalla. Una más, pero a todas luces, no la última.
Vía | The Wall Stree Journal.