"Voy a destruir Android”, dijo Steve Jobs. 16 años más tarde, Google duplica la cuota de Apple

Steve Jobs es un personaje que sigue despertando fascinación. No son pocas las películas y documentales que podemos ver sobre uno de los fundadores de Apple (en SkyShowtime tienes ‘The man in the Machine’, un documental, y ‘Steve Jobs’, la película protagonizada por Michael Fassbender), pero uno de los documentos más interesantes es su biografía.

Walter Isaacson nos “regaló” en 2011 744 páginas en las que podíamos conocer a Jobs más a fondo gracias a numerosas entrevistas. De la biografía, Jobs afirmó que no tenía ningún cadáver en el armario que no pudiera ver la luz, por lo que hay varias páginas controvertidas. Algunas de ellas dedicadas a su máximo rival en la telefonía, Android, y algunas frases que pasarán a la historia.

En 2007, Steve Jobs reinventó el smartphone. En 2008 llegó el HTC Dream

El iPhone original se presentó en enero del 2007, una fecha inusual en estos momentos, ya que los periodos clave en la telefonía son febrero, mayo y agosto-septiembre. Pero bueno, fue en la MacWorld Expo de enero cuando Jobs asombró al mundo.

El iPhone no solo era el primer móvil de Apple, sino el terminal que revolucionó la telefonía al incluir una pantalla táctil capacitiva, un sistema operativo pensado para sacar partido a dicha pantalla y convertirse en el tatarabuelo de los ordenadores que todos llevamos en el bolsillo. De hecho, en el escenario, Jobs declaró que iOS estaba cinco años adelantado a cualquier otro sistema operativo en un dispositivo móvil.

Sí, antes estaban las PDA, pero no eran, ni de cerca, tan fáciles de usar como el iPhone. La presentación fue un éxito (te la dejamos a continuación porque me sigue maravillando tantos años después), pero podía haber sido un fracaso rotundo.

Y es que, algo que se supo después es que no había un solo iPhone en aquella presentación, sino muchísimos. El sistema estaba tan, pero tan verde que solo podía correr una aplicación sin crashear, así que para prácticamente cada app, había un iPhone. Si te salías mínimamente de lo que cada iPhone podía hacer, se bloqueada y, además, Apple instaló una antena telefónica exclusiva para ellos en ese evento.

Pero bueno, cuando salió a la venta, el iPhone funcionaba y algo curioso es que el primer iPhone no llegó con la App Store. Estaban las apps que estaban… y listo, para qué querías más. Sin embargo, en julio de 2008, Apple lanzó su tienda de aplicaciones para cambiar el mercado de smartphones por segunda vez.

Imagínate, Jobs estaba contentísimo. El resto de smartphones habían quedado anticuados en el mismo momento en el que el iPhone se puso a la venta, pero Google estuvo rápida y, en octubre de 2008 de la mano de HTC, Android vio la luz, y con tienda (Android Market).

El HTC Dream es un móvil que muchos recordamos con cariño y es el terminal con el que Google quería demostrar que ellos también podían estar en ese mercado. No arriesgaron tanto como Apple porque aquí sí tenemos botones de navegación (qué buena era la trackball, por favor) y hasta un teclado QWERTY bajo la pantalla, pero fue el punto de inicio para que todos los fabricantes que no fueran Apple, Blackberry y Nokia (aunque estos dos terminaron sucimbiendo ante Android) se lanzaran a crear “copias” del iPhone, como los veía Jobs.

Como te puedes imaginar, aquí Jobs no estaba tan contento.

“Estoy dispuesto a empezar una guerra termonuclear para destruir Android”

Jobs era un hombre apasionado y, sobre todo, implacable. Tenía una autoexigencia tremenda que esperaba ver en su propio equipo y no son pocas las noticias sobre los roces que ha tenido tanto dentro como fuera de Apple. Se suele hablar de la rivalidad entre Gates y Jobs, entre Microsoft y Apple, pero eso queda en nada cuando vemos lo que pensaba Steve sobre Android.

Página 637 de la biografía. Tras presentar el iPad, otra revolución de Apple, Jobs y su equipo se reunieron, pero no hablaron sobre el éxito del dispositivo, sino sobre Google. A Jobs le parecía desleal que Google se hubiera metido en el mercado de los smartphones con un sistema operativo propio.

“Nosotros no nos hemos metido en el campo de los motores de búsqueda. Son ellos quienes han entrado en el mundo de los teléfonos. No os confundáis: quieren destruir el iPhone y no vamos a permitírselo”.

Jobs tenía motivos, según él, claro, para sentirse traicionado. Y es que, el consejero delegado de Google en aquellos tiempos, Eric Schmidt, había sido parte del consejo de Apple durante el desarrollo tanto del iPhone como del iPad. Sin embargo, lo que realmente enfurecía a Jobs no era Android como tal, sino la copia de algunas características “inventadas” por Apple, como la pantalla multitáctil, el deslizamientto por la pantalla o la disposición de los iconos.

Por eso, aunque a Jobs no le gustó lo que ocurrió en 2008, cuando llegó la demanda contra HTC y la pelea con Google fue en 2010, tras el lanzamiento del HTC Magic en 2009, que incluía, básicamente, todo lo que habíamos visto en el iPhone. Un año después del Magic llegó el Samsung Galaxy S, con el que Apple también se enzarzó en varias disputas comerciales.

Pero bueno, que a Jobs no le gustó el Magic y demandó tanto a HTC como a Android. No tiene desperdicio:

“Google, esto es una puta copia del iPhone, nos habéis estafado por completo. Es un robo descarado en primer grado. Invertiré hasta mi último aliento si es necesario, y gastaré cada centavo de los 40.000 millones de dólares que tiene Apple en el banco para rectificar esta situación”.

Si esto no te parece lo suficiente duro, la demanda continúa:

“Voy a destruir Android porque es un producto robado. Estoy dispuesto a empezar una guerra termonuclear por este asunto. Están muertos de miedo, porque saben que son culpables. A excepción de su motor de búsqueda, los productos de Google (Android, Google Docs) son una mierda”.

Unos días más tarde, Schmidt citó a Jobs en una cafetería para limar asperezas, pero Steve no estaba por la labor. Acudió, sí, pero también nos dejó con esta frase:

“No me interesa llegar a un acuerdo extrajudicial, os hemos pillado con las manos en la masa. Si me ofrecieras 5.000 millones de dólares, nos los aceptaría. Ya tengo mucho dinero. Lo que quiero es que dejéis de utilizar nuestras ideas en Android, eso es todo lo que quiero”.

Evidentemente, no llegaron a un acuerdo y, aparte del supuesto plagio, a Jobs había algo que le molestaba sobremanera: iOS era un sistema cerrado y Android no. Era como revivir las batallas entre Macintosh y Windows de los años 80.

Rivales, pero socios para lo que importa y, al final, ganamos los usuarios

El último iPhone.

Pero bueno, aparte de unas cuantas grandes frases (y ya digo que con la batalla contra Samsung también vivimos episodios dignos de un documental), la historia siguió su curso y tanto Android como iOS son los dos sistemas mayoritarios en la actualidad.

Entre todos los fabricantes Android, y según datos de Statcounter, la cuota es del 71,31% frente al 27,95% de iOS. Android aplasta a iOS, sí, pero el iPhone domina en la venta de teléfonos, algo que tiene muchísimo mérito.

Y, como no puede ser de otro modo, hemos llegado a esta situación gracias a que las dos compañías, al final, se han ido copiando cosas. Algunas de manera descarada (como la citada tecnología multitáctil o el pellizco para ampliar una foto que vimos primero en el iPhone y, después, en Android), así como la disposición de iconos de las primeras versiones de Android), pero también hemos visto adaptaciones y copias en el sentido contrario, como la reciente pantalla siempre encendida de los iPhone o los widgets.

El último Pixel.

Prácticamente, todo lo que vemos en un iPhone o un Android actual bebe de la competencia, algo que favorece al usuario, y lo bueno es que las dos compañías están bastante interesadas en colaborar cuando es necesario.

Por ejemplo, en mayo de 2020, cuando el COVID estaba en su punto álgido, Apple y Google lanzaron una API desarrollada por ambos que permitía, de forma respetuosa con la privacidad, indicar al usuario que había estado cerca de alguien con COVID. De hecho, el comunicado se publicó en el Blog de Google y estaba firmado tanto por Google como por Apple.

Es un perfecto ejemplo de dos empresas rivales hasta la médula (y que no comulgan en varios aspectos) apoyándose ante una emergencia global. Apple, Microsoft y Google también están trabajando en acabar con las contraseñas a través de passkeys y, en mayo de 2023, Apple y Google anunciaban una iniciativa en común para evitar el rastreo no deseado.

La iniciativa está relacionada con el servicio Find My Device (inspirado en ‘Buscar’ de Apple y los AirTag): gracias a la colaboración con Apple, el sistema alertará si tenemos un AirTag encima y si alguien nos está siguiendo. Hasta ahora, había que utilizar aplicaciones externas y debíamos hacer el proceso manual.

Así que, como ves, a Apple -a Jobs en particular- no le hizo ninguna gracia Android, pero al final los dos sistemas se han alimentado entre ellos para permitir que tengamos auténticas maravillas en los bolsillos.

Y no, Steve no consiguió eliminar esa “puta copia” del iPhone, pero las dos compañías han seguido sus caminos y se han ido poniendo de acuerdo en lo importante (materia de salud y privacidad), algo con lo que los usuarios salimos ganando.

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