Durante las últimas semanas, la proliferación de tarifas con datos ilimitados ha hecho que ya sean realidad en operadores como Yoigo, Vodafone, Orange, Movistar, Jazztel o Virgin, y con ellas, hemos tenido que acostumbrarnos a otro tipo de restricciones que desgranamos en una comparativa, aunque la última palabra se escuda siempre bajo unas políticas de uso razonable que las han hecho menos transparentes de lo habitual.
Tras asumir límites en el consumo en roaming, una calidad de vídeo en streaming que puede ser recortada, velocidades máximas restringidas, límites en el uso del tethering, condiciones más restrictivas para las multiSIM, para compartir datos con otras líneas bajo el mismo titular o para el uso en dispositivos diferentes a un smartphone, la sensación es que sigue faltando algo de concreción en lo referente a las condiciones para evitar "abusos".
¿Qué es abuso?
Las redes inalámbricas de telefonía están físicamente limitadas. El espectro radioeléctrico necesario para desplegar redes móviles y que podamos hacer llamadas y conectarnos a internet en movilidad tienen su capacidad limitada por la cantidad de ancho de banda disponible y la generación móvil en la que nos encontremos.
Con cada nueva generación, se hace un uso más eficiente de este espectro, pero sigue siendo limitado, por lo que para evitar la temida saturación de las redes que impida un correcto funcionamiento, se hacen inevitables las políticas de uso razonable a las que se hace referencia en la letra pequeña de los operadores desde hace años.
Esta saturación de las redes, impide por ejemplo, que podamos establecer una llamada con éxito cuando nos encontramos en un evento multitudinario o en zonas turísticas durante las vacaciones, a pesar de tener cobertura en el móvil. Las celdas que dan cobertura alrededor de una antena tienen limitado el máximo de líneas que pueden conectarse a esa antena, así que cuando hay mucha gente intentando conectarse, algunas líneas no podrán hacerlo.
Estas antenas que dan cobertura, además de tener el ancho de banda limitado, éste es compartido con todas las líneas que se conectan, por lo que la velocidad máxima que podremos alcanzar, dependerá directamente del número de usuarios que haya conectados y el uso que estén dando a sus líneas. Esto implica, que si hay un determinado número de líneas haciendo un uso intensivo en una antena concreta, eso penalizará la velocidad del resto de líneas conectadas a la misma antena.
Por suerte, las redes de telefonía se gestionan de manera inteligente, intentando balancear los aumentos de demanda para que todos los usuarios conectados tengan la mejor experiencia posible en cada momento. Pero aún así, se hacen necesarias las políticas de uso razonable que controlen que no haya usuarios permanentemente haciendo un uso muy por encima de la media y que puedan suponer un problema a largo plazo.
Uso razonable, un viejo conocido que se ha vuelto menos transparente
Desde el nacimiento de las llamadas ilimitadas, ninguna de ellas fue totalmente ilimitada en teoría. En su letra pequeña, todas están limitadas a un máximo de minutos mensuales o a un máximo de destinos diferentes a los que poder llamar sin coste adicional. Los límites más habituales partían de 6.000 minutos o 150 destinos. Así que esta letra pequeña no impedía que se consideraran como ilimitadas en la práctica para una gran mayoría, pero no por eso se ocultaban las restricciones.
Con la llegada de los datos ilimitados, y con las restricciones ya impuestas en letra "grande" que básicamente parecen querer impedir que utilicemos estas tarifas de manera continuada como sustitutos de las conexiones de fibra, la existencia de políticas de uso razonable y la experiencia desvelada por algunos usuarios en foros, ha llevado a pensar que existen otros límites desconocidos.
La primera vez que supimos de estos límites ocultos fue cuando los primeros clientes de las ilimitables de Vodafone descubrieron que tras 400 GB de consumo, dejaban de poder navegar, aunque poco después hubo otras evidencias de usuarios que situaban el límite en 1.000 GB aproximadamente. La única conclusión tras un año de su existencia es que podían existir diferencias en el límite de GB en función del dispositivo desde el que se realiza la conexión, pero las condiciones del contrato siguen sin aclarar mucho al respecto.
Tiempo después también ha habido evidencias con las ilimitadas de Orange, La primera voz de alarma fue el envío de notificaciones donde se informaba que se había alcanzado el máximo de la tarifa al superar los 200 GB, aunque desde Orange nos confirmaron a Xataka Móvil que se había tratado de un error. Tiempo después, la restricción parecía situarse en 250 GB según otros usuarios, aunque tras este límite se podía seguir navegando a una velocidad de hasta 5 Mbps. Seguía siendo ilimitada, pero ya no era tan rápida como al principio, tal y como se advierte en el punto 10 de las condiciones del servicio, aunque sin establecer limitaciones claras.
De la tarifa ilimitada de Yoigo, también se ha hablado de la posible reducción de velocidad cuando la conexión se realiza a través de la cobertura de apoyo de Orange o Movistar a partir de una cierta cantidad de consumo. Pero en sus condiciones legales tampoco se aclara nada de esto.
Sobre Movistar quizás aún sea pronto para conocer ejemplos si también tienen planteadas situaciones similares, pero de momento, los casos más extremos en Movistar podrían encontrarse alrededor de 4 TB. Pero tampoco encontramos alguna certidumbre en las condiciones legales de Movistar.
De Virgin aún es demasiado pronto para tener constancia de posibles limitaciones ocultas.
La ambigüedad también está presente en la letra grande
En algunos casos, el uso razonable también se han extendido más allá. Yoigo, el operador que nació haciendo alarde de la ausencia de letra pequeña porque todo estaba a la vista, aplica una política de uso razonable indeterminada al roaming, cuando lo habitual en el resto de operadores ha sido una claridad plena: 50 GB en Movistar, y alrededor de 20 GB el resto de operadores.
La restricción en la calidad del vídeo en streaming ha sido una de las restricciones más extendidas, pero no tanto la calidad concreta de la que realmente hablan. Mientras Vodafone, Orange o Virgin hablan de calidades HD (720p) o 4K, muy reconocidas hoy en día, otros operadores como Yoigo y Jazztel hacen referencia a calidad DVD más desfasada.
Siendo estrictos, la calidad del DVD sería SD (480p, tal y como se aclaraba hace tiempo), y por tanto, inferior a las de sus competidores, y aunque el término DVD se relaciona con una buena calidad, quizás no sea la suficiente para las actuales pantallas que incorporan la mayoría de smartphones, Sobre este aspecto preguntamos a los operadores implicados pero no obtuvimos una aclaración determinante.
Lo que parece trascender de las políticas de uso razonable es que las tarifas con gigas ilimitados son, sobre todo, para usar sin límites desde el móvil, y también para consumos ocasionales desde otros dispositivos, pero no como sustitutos de la fibra, ya que para eso, invierten en desplegar fibra u ofrecen alternativas como Fusión Radio de Movistar, Vodafone One Conecta y Orange en casa.
Es cierto que la mayoría de usuarios tendrán datos ilimitados en la práctica desde sus smartphones sin mayor dificultad, pero ¿a qué se debe tanta ambigüedad? ¿La agresiva competencia del sector de las telecomunicaciones llega hasta el punto de no querer dar demasiados detalles a sus competidores? Si en las llamadas ilimitadas se fue más transparente, ¿por qué ahora no lo son?
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