Confío en que después de los artículos que he escrito sobre el tema de la Ley Sinde, la piratería o el copyright, nadie me acuse de defender los intereses de otros. Como un ejercicio de responsabilidad el todavía director de la Academia de Cine buscó entender la idea opuesta y resulta razonable no agarrarse a los prejuicios y hacer lo mismo.
Con todo, y haciendo de abogado del diablo, cabe ponerse en el lugar de aquellos creadores que reclaman, justamente, que “si nosotros no ganamos dinero, que al menos no lo ganen otros”, los de las páginas que comparten enlaces. Sí, ese discurso tan típicamente repetido por la SGAE y entornos afines, pero al que no les falta una parte de razón. ¿O no?
Un amigo músico me arrojó la endiablada frase hace apenas unas semanas. Me explicaba que había encontrado en una conocida web cómo vendían de politono para el móvil (sí, hay quien paga por estas cosas) una melodía que el subió libremente para “compartir sin ánimo de lucro”. En principio estos sitios afirman “no ser responsables del contenido” o se conjuran para que los usuarios tengan “prohibido atentar contra la propiedad intelectual”, pero cualquier petición para que sea retirado no se resume en un simple correo.
Se quejaba con resignación, porque él es uno de esos autores, como tantos otros, que son plenamente conscientes de cómo está la situación. Que sí, que aceptan el cambio tecnológico, que la culpa es de la industria y que los derechos de autor están reconfigurándose, pero que no pueden evitar a la vez sentirse estafados. Obviamente su situación dista mucho de la de los grandes estudios y discográficas que protestan, pero quizás los artistas incipientes encuentran en estas situaciones una justificación para defender atrocidades jurídicas como la futura ley.
No encontraba por donde coger el tema en una web como XatakaON hasta que una noticia sobre el sabotaje de la industria al P2P, publicada por Manuls, nuestro nuevo compañero de publicación, me indicó el camino. En ella se cita un informe realizado por la Universidad Carlos III que afirma que casi el 70% del contenido de BitTorrent lo suben 100 personas, las que ganan dinero; a veces incluso a costa de vender nuestros datos.
“Estudios como éste demuestran que la tecnología no tiene límites y que hay un modelo de negocio por explorar. Estas plataformas son una oportunidad”, comentaba Rubén Cuevas – coordinador de la investigación -, dejando a un lado la tesis de que se trata de un estudio encargado por el lado oscuro. Por suerte, servicios como Spotify explotan el modelo, y por eso el compañero músico cuando hay una alternativa que compensa al autor la prefiere a otras opciones menos honestas. No todos los beneficios de las P2P van a ser buenos.
Más Información | Informe de la Universidad Carlos III (en inglés)
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