Sobre estas líneas podéis ver uno de los armarios o cabinas que utiliza la compañía BT en las calles como parte de su infraestructura en el despliegue de fibra óptica que está realizando en Londres. Son verdes, un poco más altos que los tradicionales (1.60m frente a los 1.15m habituales) y, para qué negarlo, feos. Lo que ya es de escándalo es que esa sea la razón por la que los usuarios no puedan disfrutar de conexiones más rápidas.
¿El motivo? Los concejales locales de los barrios han rechazado la instalación de 96 de las 108 cabinas necesarias así que la infraestructura no se ha podido completar. Esto se traduce en que más de 34.000 casas no podrán acceder a conexiones a través de fibra, y todo por sólo una cuestión de aspecto. Curiosamente, BT ya ha instalado en otros barrios los mismos armarios, en total más de 4.000, y no había tenido quejas hasta ahora.
Desde BT se han resignado y no les ha quedado más remedio que parar el proyecto. En su lugar, intentarán llegar a otros barrios cercanos donde tanto usuarios como políticos están encantados de recibirlos con las manos abiertas. Yo no tengo jardín pero, si lo tuviera, lo cedería gustosamente a cualquier operadora que quisiera instalar un armario como esos si a cambio me llegara fibra óptica hasta la puerta de casa. Cuestión de prioridades, supongo.