Todos lo hemos vivido. Llamadas con número oculto tras la que se esconde un contestador automático o un teleoperador que nos va a hablar de las enormes ventajas que posee la nueva tarifa de la empresa que representa. Y normalmente lo que consiguen es que les colguemos la llamada (en muchas ocasiones de malas manera) y que nos preguntemos cómo han conseguido nuestro número de teléfono.
Pero ahora, como lo que parece acto de buena fe, Movistar, Vodafone, Orange, Yoigo y ONO se han comprometido a regular su línea comercial telefónica, lo que nosotros conocemos como spam telefónico. Nótese que Jazztel, una de las empresas que más duramente realiza esta práctica, no se ha sumado a la iniciativa, por lo que la perra gorda va a seguir como hasta ahora.
La regulación que se planea imponer a todas las operadoras implicadas por igual no trata de una erradicación del "servicio" sino de una serie de dogmas que pretenden convertir el spam telefónico en algo menos perjudicial para nuestra vida cotidiana. Entre dichos dogmas destacan algunos como la prohibición de llamar con número oculto, limitar a tres las llamadas mensuales que podrá hacer cada operador para intentar contactar con el titular de la línea, establecer un horario razonable (de 9 a 22 entre semana y de 9 a 14 en Sábado, evitando Domingos y festivos) en el que llamar y, la más importante, no volver a contactar con el titular hasta después de tres meses si este no está interesado en la oferta que se le ofrece.
Esto no es más que un acuerdo entre las distintas operadoras, el cual, creo yo, sólo viene a intentar lavar la imagen de las mismas por una práctica tan deleznable como denunciable. Así que no es de extrañar que veamos como progresivamente el acuerdo se va resquebrajando progresivamente hasta volver a la situación en la que nos encontramos ahora, con llamadas constantes molestando sin cesar y que son un acoso en toda regla.
Vía | Bandaancha