En Reino Unido el tema del ciber-espionaje está de moda. Ya hace unos cuantos meses se escuchaba por tierras británicas que BT (British Telecom) pensaba retrasar una propuesta del bufete de abogados ACS Law que buscaba una forma legal por la que las ISPs revelasen datos sobre sus clientes alegando que estos sucumbían ante las tentaciones de la piratería.
Siguiendo la misma línea de perseguir al consumidor, la firma había demandado a una buena cantidad de clientes por descargar contenido protegido por los derechos de autor. Ahora todo se ha puesto en su contra cuando un grupo de 23 de estos usuarios no sólo se ha negado a abonar la cantidad exigida, sino que se han organizado para devolver la demanda a sus perseguidores, llevarles a juicio y luchar por el caso.
Exactamente se denuncia a ACS y a su intermediario MediaCAT de haber intimidado a los clientes de los servicios de Internet mediante la emisión de facturas especulativas sobre el coste que tendría el contenido del que se les acusa haber descargado. Además, esto sucedió poco antes de que la empresa compareciera por un caso de patentes en el cual su éxito está puesto en duda. Por si no fuera suficiente, también se enfrentan a una audiencia disciplinaria por parte de su consejo de administración debido a las misivas enviadas.
Diga lo que diga el juez mañana, 8 de Febrero, lo que parece claro es que ninguna de las partes pretende ceder y ambos recurrirán hasta alcanzar su objetivo, si es posible. No hay que olvidar que una buena parte del futuro de los derechos de los consumidores sobre la protección de datos en las islas saldrá de este caso; quizás una referencia para situaciones posteriores.
Vía | Neowin Foto | Jos van Zetten