Hace unos años pensar en tener conexión en un avión era todo un sueño. Algo que parecía que nunca iba a llegar pero que con el tiempo ha ido implementándose en diferentes aerolíneas a lo largo del mundo. La tecnología está ahí y poco a poco va desplegándose. Sin ir más lejos, ayer Vueling anunció (de forma algo descafeinada) que sus aviones tendrán WiFi próximamente.
Poco a poco va llegando pero todavía hay muchos retos por delante. Cada vez estamos más conectados y, ya sea un capricho o una necesidad, no dejar de estarlo es algo que cada vez se demanda más. Tenemos la tecnología, poco a poco ha terminado por llegar, pero todavía no ha llegado a todos sus posibles destinos.
WiFi en un avión no es meter un router y ya
A priori puede parecer que poner conectividad en un avión es simplemente introducir un sistema de telecomunicaciones e instalarlo del mismo modo que cuando cambiamos de router en nuestra casa y viene un técnico a hacernos la instalación. En un avión la seguridad es fundamental así como las condiciones de presión y temperatura a la que se ven expuestas los componentes de la parte exterior.
Ayer mismo con la gente de Vueling pudimos ver cómo estaba diseñada la “joroba” que se encarga de albergar el sistema de telecomunicaciones con el satélite que da conexión a internet al avión. Aerodinámico, diseñado para distribuir el calor con una pintura que al tacto parece cerámica… Todo ello con una antena en su interior que se inclina automáticamente para seguir al satélite y estar siempre orientado.
A todo esto hay que sumarle los puntos de acceso que hay que meter en el avión. Si todavía estamos en una fase algo verde con las conexiones a internet en el móvil es en buena parte por los desafíos tecnológicos que tienen que superar con toda la homologación y seguridad correspondiente. No es fácil tener conexión a Internet para pasajeros a 10.000 metros de altura.
Los límites tecnológicos de una red WiFi
La conexión de un avión no es tan rápida como la línea de fibra que tienes en casa. Recuerda que estás a miles de metros de altura y aquí todo depende de comunicaciones inalámbricas con satélites. Aún así, ya se han conseguido topes de velocidad más que válidos para ofrecer conexiones decentes.
Vueling nos explicaba ayer que la tecnología que utilizan con Movistar ofrece 60 mbps de decarga en pico pero la oferta comercial que llegará será de 20 mbps simétricos. Ahora bien ¿capaces de aguantar un vuelo con 180 pasajeros y, al menos, 60 dispositivos al mismo tiempo?
Las conexiones WiFi han mejorado mucho pero se saturan. No importa el ancho de banda, si hay muchas conexiones es probable que acabe cayéndose la red y deje de funcionar, esto lo sufrimos mucho los periodistas cuando cubrimos ruedas de prensa. Teniendo en cuenta que es un servicio de pago, no es algo que precisamente queremos que falle a la primera de cambio.
Mi experiencia con WiFi en vuelos comerciales ha sido buena. No es una velocidad para hacer reproducir vídeo en alta definición sin cortes pero suficiente para navegar, contestar unos cuantos correos y leer redes sociales sin mayor problema. Eso sí, en todos los vuelos que lo he probado ha habido algún que otro corte.
Invertir para recuperar (y hacer negocio)
Como decíamos antes, poner una conexión en un avión no es fácil y tiene un coste elevado. Esa inversión hay que recuperarla, por no hablar del mantenimiento, y la vía más rápida es cobrando para ofrecer conexión a nuestros dispositivos. Aquí la oferta es dispar y dependerá de cuánto tiempo o megas queramos comprar.
Desde los 20 dólares por 20 megas de Iberia a las tarifas de Boingo, cada compañía busca el modelo que más le conviene: ofertas propias o adscribirse a un modelo como el de GoGo Inflight. La oferta no está del todo mal pero, como el resto de precios de los servicios y productos que se venden en un avión, son más caros que en tierra.
Sobre Vueling, todavía no sabemos qué servicio ofrecerán ni a qué precio. Hablan de que la cifra será inferior a 10 euros, algo que no dice mucho al desconocer el resto de condiciones de tiempo y velocidad o si será multidispositivo o no. Toca esperar hasta que las antenas se instalen en más aviones.
Internet en los aviones ya está aquí pero por precios y conectividad todavía sigue siendo un capricho. Un capricho que, por otra parte, hace más ameno esos trayectos de varias horas para ir de un lado a otro. Veremos, también, si el movimiento de Vueling sirve para que otras aerolíneas de low cost se animen a ofrecerlo. En el horizonte suena Ryan Air.
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