Sin duda, la nube o el “cloud” están de moda. Un concepto que empezó siendo conocido únicamente en las áreas de las tecnologías de información de las grandes empresas, está llegando al gran público.
Debido a esta mayor popularidad empiezan a sonar también otros conceptos relacionados con el de “cloud” que tiene ligeros matices y que es conveniente conocer: IaaS, PaaS y SaaS.
La nube ha alcanzado una gran popularidad gracias a fantásticas utilidades como lo son, por ejemplo, los discos duros virtuales (Dropbox, box.net, etc.). Y lo van a ser más cuando este concepto llegue al gran público a partir de la incorporación del iCloud de Apple en la última versión del sistema operativo IOS5.
Aunque hay muchos ejemplos de proveedores que ofrecen sus servicios gratis o en modelo freemium, cuando hablamos de servicios de pago, en los que un cliente “alquila” los recursos que necesita, se tienen al menos tres modalidades muy relacionados entre sí:
Infraestructure as a Service (IaaS):
En este caso se contrata capacidad de proceso (CPU) y almacenamiento. En este entorno se puede desplegar aplicaciones propias que por motivos de coste o falta de conocimientos no queremos instalar en nuestra propia empresa. El proveedor se encarga de su gestión y para el cliente se convierten todos los gastos en variables (sólo se paga por lo que se usa).
Ejemplo: la conocida EC2 de Amazon y Azure de Microsoft
Platform as a Service (PaaS):
es el siguiente paso, se proporciona además un servidor de aplicaciones (donde se ejecutarán nuestras aplicaciones) y una base de datos.
Podremos instalar las aplicaciones y ejecutarlas. Normalmente hay que seguir una serie de restricciones para poder desarrollar estas para un proveedor (por ejemplo en cuanto a los lenguajes de programación).
Ejemplo: Google App Engine
Ejemplo: Google Docs, Zoho o Office365.
El software as a Service está experimentando un rápido crecimiento en los últimos tiempos en el mercado corporativo. Superadas las reticencias y desventajas que tiene este concepto, empresas del tamaño de BBVA han sustituido su email corporativo por el de Gmail. La economía de escala que logra Google al tener cientos de miles de usuarios, su ahorro de gestión y de energía en sus centros de proceso de cálculo se lo ponen muy difícil a la competencia en cuanto al coste.
Otro colectivo hacia el que se dirige el SaaS es el de los autónomos. Debido al pequeño tamaño de su negocio, no se pueden permitir infraestructuras informáticas propias ni invertir en caras licencias de software.
¿Pueden ser el software y los servicios en la nube algo equivalente al agua corriente? es decir, ¿puede contratarlo con un proveedor y simplemente abrir el grifo cuando lo necesito y pagar únicamente por lo que consumo?
Foto | Kalysee
En Xataka On | ¿Clouding? ¿Y eso qué es?