No hay duda de que disponer de acceso a Internet en cualquier momento y lugar resulta muy cómodo, útil y entretenido. Los negocios de medio mundo se ha dado cuenta de ello y cada vez son más los restaurantes, hoteles, bares, quioscos de prensa, etc. que ofrecen alguna modalidad de acceso a sus clientes.
Normalmente este servicio es un complemento que libremente escogen ofrecer y que en caso de hacerlo también pueden optar porque sea gratis o de pago. Pero, ¿sería correcto imponer por ley que los lugares de ocio tuvieran que dar acceso WiFi gratis a Internet a sus clientes?
Hace unos días en Malasia se dictó una nueva normativa según la cual todos los restaurantes, bares y lugares de ocio donde se venda comida de Kuala Lumpur que quisieran renovar o conseguir una nueva licencia de apertura tendrían que ofrecer conexiones WiFi gratis a sus clientes.
La ley, que comenzará a aplicarse en abril de 2012 para locales de más de 120 metros cuadrados, pretende mejorar las cifras de comercio de la región, atrayendo a más turistas y clientes que no cuentan con Internet en casa pero que estarían dispuestos a realizar una consumición por acceder un rato a la Red.
El acceso a Internet es algo secundario para estos negocios, que es cierto puede ser motivo de atracción para algunos clientes y un elemento diferenciador de la competencia. Sin embargo, equipararlo por ley con otros requisitos mínimos para obtener licencias de apertura como algunos de sanidad o de medidas de seguridad creo que es exagerar demasiado.
Además, aunque montar y mantener una pequeña red WiFi en los negocios seguramente no sea algo muy costoso, está claro que de algún modo tendrá que repercutirse en el precio final de los productos vendidos en los bares y restaurantes.
Entonces, ¿debería ser obligatorio dar WiFi gratis en estos locales? Yo creo que no, que debe primar la libertad del empresario para escoger aquéllo que considere mejor para su negocio. Las imposiciones de nuevos requisitos nunca son bien vistas (recordemos las polémicas leyes del tabaco), incrementan la burocracia y pueden perjudicar la agilidad del mercado.
¿Sería interesante tener acceso a Internet en todos los sitios de ocio? Por supuesto, pero de ahí a que sea obligatorio pienso que hay bastante diferencia, ¿no creéis?
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