Ahora que China anda enzarzada con un proyecto conjunto entre su administración y empresas como Huawei, tratando de cambiar la forma en que se construyen las direcciones IP y cómo se opera con ellas, parece un buen momento para explicar cómo funcionan las actuales, las que llevan vigentes desde el principio del Internet que conocemos hoy en día.
La dirección IP, que no responde más que a las siglas "Internet Protocol" es el identificador que lleva consigo cada dispositivo que se conecta a Internet, sea el dispositivo que sea, en el momento en el que está conectado, a diferencia del número MAC que es el identificador propio de dicho dispositivo aunque se encuentre desconectado.
Qué es una dirección IP
Como hemos dicho en la introducción, una dirección IP es un identificador asignado a cada dispositivo que se conecta a Internet en el momento de dicha conexión. Un identificador que puede variar en el caso de las IPs variables o que puede ser permanente en el caso de las direcciones IP fijas. Con esta IP, nuestro dispositivo, sea cual sea, estará permentemente identificado durante la navegación.
Además, se trata de un identificador obligatorio ya que no es posible navegar sin dicha dirección. La razón es que todas las webs y programas que operan en Internet envían los datos de una IP, la suya, a otra IP, la nuestra. Un servidor de páginas web, por ejemplo, ha de saber a qué dispositivo enviar la página que estamos queriendo visitar. Ésa es la razón de que las direcciones IP no puedan repetirse, y de que estén construídas de forma que componen un camino por el que un dato consigue localizar nuestro equipo (un móvil, un tablet, un ordenador, una tele, una bombilla conectada) en la inmensidad de dispositivos que hay en todo el planeta.
Las IP se dividen a su vez en dos grandes grupos, las IPs públicas y las IPs privadas. Las públicas son las direcciones que nos asigna nuestro proveedor de Internet, que suele conocerse como ISP, y que sirve para permitirnos navegar por Internet. Pero otras IPs, las que se asignan de puertas de nuestro router hacia centro, son las IPs privadas. Cumplen con la misma función, la de identificar cada dispositivo para que todos puedan encontrarse entre sí, aunque aquí no nos servirá para navegar por Internet.
Cómo se construye una dirección IP
Cuando se crearon las direcciones IP, se estableció que éstas se construirían en cuatro bloques de tres dígitos separados por un punto entre sí, de ahí que desde entonces reciba el nombre de IPv4 (en contraposición a la IPv6 más moderna, que ya explicamos aquí). Estas direcciones, que en la IPv4 son de 32 bits, permiten hasta 2^32 combinaciones. O lo que es lo mismo, 4.294.967.296 direcciones. Más de 4.000 millones de dispositivos conectados al tiempo.
Las direcciones se construyen en estos cuatro bloques, que a su vez tienen una regla propia: son números de tres dígitos que van del 0 al 255. Es decir, un máximo de 256 direcciones por bloque que, al traducirse a numeración hexadecimal, van desde el 00 al FF. Si estamos familiarizados con la colorimetría hexadecimal, desde el cero absoluto al blanco absoluto.
En estos cuatro bloques, los tres primeros constituyen las distintas capas de la red a la que estamos conectados, mientras que el último es el que se asigna a nuestro dispositivo. Es decir, en una IP 230.143.089.001, somos el dispositivo número 1 de la red 230.143.089. Como la red se construye por capas, la estructura sería la siguiente (usando el mismo ejemplo).
- 230. Identificador de la red principal.
- 143. Identificador de la primera sub-red.
- 089. Identificador de la segunda sub-red.
- 001. Identificador de nuestro dispositivo en la red general.
Pero esto sólo es así en las redes de clase C, pues existen otras dos clases de redes IP que quedan de la siguiente manera:
- Clase A: Red.Dispositivo.Dispositivo.Dispositivo.
- Clase B: Red.Red.Dispositivo.Dispositivo.
- Clase C: Red.Red.Red.Dispositivo.
El motivo es que existen redes en Internet tan complejas que los propios dispositivos de la misma han de situarse por jerarquías, y cada uno tiene sus propias reglas en cuanto al máximo de números a emplear, pero no ahondaremos tanto en estos momentos pues las redes que nos interesan son las de clase C, que son las que afectan a ordenadores, móviles, tablets, televisores, relojes y demás dispositivos que se conectan a Internet de forma clásica.
¿Es posible conocer mi dirección IP pública?
Como hemos comentado antes, existen dos direcciones IP para cada dispositivo que tengamos conectado en el hogar, una IP privada y una IP pública. La privada tiene un formato similar a 192.168.0.1, pues las redes 192 son las reservadas para este uso. Pero cuando salimos a Internet, a nuestro dispositivo se le asigna una IP pública y es más fácil de lo que parece saber cuál es en cada momento.
Por ejemplo, basta con acudir a páginas web como CualesmiIP.com para que se nos muestre en pantalla que IP pública es la que tenemos asignada en dicho momento. Ya explicamos anteriormente que las redes pueden ser fijas aunque normalmente son variables. Así que en cada sesión de navegación (cuando nos conectamos a Internet) se nos asigna una IP pública que puede cambiar en la próxima conexión. Visitar estas páginas es una buena manera de saber cuál es en cada momento.
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