Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) están desarrollando unos nuevos protocolos para redes WiFi que tendrán en cuenta la localización y el movimiento del usuario, adaptándose en tiempo real a las circunstancias del entorno y mejorando el rendimiento y la estabilidad de su conexión.
Los protocolos de red que funcionan bien en entornos estáticos no tienen por qué hacerlo en situaciones dinámicas, donde las características y condiciones físicas del canal pueden cambiar rápidamente. En la actualidad, los dispositivos móviles son capaces de localizar los puntos de acceso con una señal más fuerte, pero al salir de su área de cobertura comienzan los problemas de rendimiento.
Esto es justamente lo que pretenden solucionar en el MIT. Para ello, quieren hacer uso de una red de sensores externa que dé información del entorno, red que estaría formada, entre otros, por los receptores GPS, los acelerómetros y las brújulas digitales de los smartphones y tablets.
Gracias a estas tecnologías, el dispositivo puede determinar y predecir los movimientos del usuario, seleccionando en cada momento el punto de acceso que le ofrezca un mayor rendimiento o estabilidad en la cobertura, en función de las necesidades. Por ejemplo, una aplicación inmediata sería que el móvil no perdiera la capacidad de realizar VoIP mientras el usuario se va moviendo por diferentes zonas de cobertura.
Según el equipo detrás del proyecto, los experimentos que han completado demuestran que la nueva tecnología permite mejorar la conexión entre un 40 y un 60%. De momento, trabajan en una versión de la tecnología que pueda utilizarse con móviles Android, ya que al ser un sistema abierto les facilita mucho el trabajo, aunque posteriormente sus protocolos podrían adaptarse a otras plataformas.
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