Parece que hayan pasado 1.000 años desde que los más viejos del lugar nos conectábamos a Internet a 14.400 baudios con módems que hacían tanto ruido como un motor diésel y pitaban como un R2-D2 estropeado, pero por suerte todo ha evolucionado. Tras unos años llegó la banda ancha, y finalmente el ADSL ha dejado paso a la fibra óptica a la que aún le queda mucho por ofrecernos.
Pese a que las velocidades de fibra vayan subiendo de forma bastante ordenada, lo cierto es que en su evolución hay momentos clave que permiten continuar hacia el futuro y el último de ellos ha sido la llegada del estándar XGS-PON. Ése es el estándar que permitirá a nuestras conexiones de fibra volar a 10Gbps simétricos, algo que de hecho ya ha empezado a comercializarse en España con DIGI o con Orange.
Qué es exactamente el estándar XGS-PON
El XGS-PON es un estándar de comunicaciones a través de redes ópticas pasivas que pertenece a la familia de la que lleva el apellido, a las PON (Passive Optical Networks). A lo largo de su evolución han ido ganando apellidos como las A-PON o las B-PON, como las G-PON o Gigabit PON que saltaron al Gbps de velocidad. En éstas se incluye la reciente XGS-PON cuyo nombre es algo más complejo. Aquí tenemos la X haciendo las veces de 10 (números romanos, ya sabéis), la G por Gigabit y la S por simétrico. Así que "10" "gigabits" "simétricos".
Aunque hablemos de 10Gbps, estas cifras suelen redondearse y no ser ciertas del todo, aunque en el caso del XGS-PON sí son bastante cercanas a la realidad. Con el XGS-PON se pueden conseguir velocidades de subida y de bajada de hasta 9,953Gbps. Y cuando demos el siguiente paso a las redes NG-PON2, cuyo estándar ya está definido pero aún en pruebas, podremos obtener entre 40 y 80Gbps simétricos.
Cuando nos referimos a que se trata de un estándar de redes ópticas pasivas nos referimos exactamente a eso, a que no hay ningún elemento activo en la red. No hay amplificadores ópticos a través de la red, por ejemplo, lo que requeriría de alimentación eléctrica para su funcionamiento. Ni la fibra está alimentada ni hay componentes en ninguna de sus divisiones que impulse la red.
Las redes ópticas pasivas están formadas, de forma muy resumida, por tres tipos de componentes diferentes, a saber:
- Un módulo OLT situado en el nodo central de la red
- Un divisor óptico o splitter
- Varias unidades de red ópticas u ONUs en nuestro domicilio
El color de la velocidad
¿Y cómo conviven las subidas y bajadas en esta red pasiva? Mediante las longitudes de onda. Hablamos de redes ópticas y lo que viaja por ellas es luz. Gracias a la WDM, o multiplexación por división de longitud de onda, tenemos una longitud de onda para los datos que llegan a nuestro domicilio y otra longitud para los que abandonan nuestro domicilio. O hablando un poco más en cristiano, la luz que llega tiene un color y la luz que se va tiene otro color. Concretamente, 1.577 nanómetros para las bajadas y 1.270 nanómetros para las subidas.
Antes hemos hablado de las redes NG-PON2, el siguiente paso en la evolución de la fibra óptica pasiva. En la actual XGS-PON, igual que en todas las iteraciones desde la G-PON inicial, sólo se puede 'transportar' una longitud de onda para cada dirección. Un color sale, un color entra. Pero con el NG-PON2 se podrán transportar 4 colores en cada dirección en su primera versión, y llegaremos a transportar 8 colores en la segunda. Eso multiplicará el XGS-PON por 4 y por 8, de ahí que podamos alcanzar 40Gbps y 80Gbps simétricos cuando al fin se implementen.
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