Las leyes relacionadas con Internet cada vez dan más que hablar. Algún día todo se estabilizará, pero mientras, no dejaremos de leer cosas de este tipo. Y es que un juez estadounidense ha multado a un ciudadano extranjero, un canadiense, a pagar una multa por violar los derechos de autor. El delito se produjo cuando el sujeto descargó dos películas de un torrent para adultos, y las compartió en la red vía P2P.
El estudio afectado, Corbin Fisher, pidió indemnización por daños y perjuicios, pero esta le fue denegada. No obstante, el juez sí que culpó a Alan Phillips, que así se llama el infractor, por infringir los derechos de copyright, y la multa establecida se ha quedado en algo más de 42.000 euros.
El caso, a fondo
Corbin Fisher acusaba a Phillips de haber actuado de forma voluntaria con intención de dañar a la compañía, ya que el hecho de que usara BitTorrent demuestra su premeditación, y pedía 50.000 dólares por cada película. El juez no vio que hubiera una voluntariedad de daño, y no aceptó la petición, pero sí había una clara infracción del copyright, de ahí que la multa se quedara en 30.000 dólares por película, equivalente a lo mencionado anteriormente.Pero lo máś interesante de este asunto es que Estados Unidos haya actuado contra un extranjero, y se haya saltado las fronteras. Eso sí, no ha saltado la valla así como así. En un caso normal hubiera tenido que llevar a juicio a la página que almacenaba el torrent, y pedirles que les proporcionaran datos del usuario, momento en el cual el juez tendría que dar orden. Lo sorprendente es que la página dio los datos sin ir a juicio, facilitando la IP del usuario y dejando su cabeza en bandeja de plata.
Al parecer, esta página ya había realizado esto en otras ocasiones, y por eso Corbin Fisher contactó con ellos personalmente. Gracias a dicho contacto, pudieron acusar directamente a Alan Phillips.
Por su parte, el acusado solo intentó conseguir un sobreseimiento, pero cuando este fue denegado, no se defendió, y el juez no tuvo otra opción que dar la razón al estudio cinematográfico y establecer una multa.
¿Podría ocurrir aquí?
Nos surge la obvia pregunta, ¿podría pasar esto aquí en España? Es decir, que un juez de Estados Unidos nos considere culpables de un delito de violación de derechos de copyright y nos multe.Pues la respuesta es que sí. Pero para ello, la página que el usuario haya usado, o la que gestione el servidor donde se aloje el torrent, tendrían que proporcionar la dirección IP del usuario a la empresa que lo requiriera. La ley no obliga a la página a facilitar esos datos a una empresa, todo tendría que hacerse por medio de orden judicial.
Pero en el caso de que lo hiciera, la empresa tendría la total libertad de demandarnos en el juzgado de su país legal. Y una demanda de este tipo conllevaría una multa de dimensiones descomunales para un único usuario.
Lo que no queda tan claro es si es legal que una página proporcione la dirección IP sin una orden judicial, pero aunque fuera ilegal, el usuario no se libraría de la multa, y para demostrar la infracción de privacidad, tendría que demandar a la página, con el riesgo de perder la demanda y encima perder más dinero.
Lo que habrá que ver es qué van a empezar a hacer las páginas de ahora en adelante con la llegada de las nuevas leyes antidescargas. Para ganar cierto favor, y quitarse culpa, podrían empezar a dar direcciones IP con tal de salvarse, y eso pondría en riesgo a todos aquellos que hayan usado la página para descarga o subir archivos o enlaces.
Lo que sí está claro es que es posible demandar y ganar un juicio contra un usuario extranjero, y que después de haber visto los primeros casos, está muy claro que veremos más. Quizá sea el momento de empezar a plantearse cambiar la forma de usar y disfrutar del contenido online.
Vía | TorrentFreak
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