El fuerte ritmo de despliegue de fibra óptica de Movistar, que tiene previsto llegar este mismo año hasta 10 millones de hogares, la compra de ONO y sus más de siete millones de hogares cableados por parte de Vodafone y los ya más de 1.6 millones de hogares pasados por Jazztel, que además cuenta con un acuerdo de compartición de verticales con Movistar, ha hecho a Orange reaccionar.
Los franceses se han quedado descolgados en un mercado en el que la convergencia no para de crecer y las exigencias de una conexión a Internet fija de calidad cada vez son más altas. Con un lento despliegue de fibra compartido con Vodafone Orange ha decidido volver a sacar una vieja reivindicación, la apertura total de la fibra de Movistar.
Situación actual, solo hasta 30 megas
A pesar de que Movistar está pagando de su propio bolsillo el despliegue de fibra que está acometiendo actualmente, parte de dicha red y muchas canalizaciones por donde viaja esa fibra provienen de la época en la que Movistar, antes Telefónica, era una empresa estatal y un monopolio, lo que motiva lógicamente las reivindicaciones de sus rivales, que quieren acceder a dicha red de fibra por estar siendo desplegada en parte gracias a esa infraestructura heredada de la época del monopolio.
Pero esas peticiones de los operadores alternativos, todos menos Movistar y las cableras que poseen sus propias redes, solo fueron demandadas en parte por la antigua CMT. La actual regulación data del 2009 y permitió a este grupo de operadores acceder a las canalizaciones de Movistar y revender su fibra óptica, aunque con un límite artificial de 30 megas de bajada, lo que hizo que ninguno de sus grandes rivales optase por ofrecerla. Igualmente también hay que tener en cuenta que estos tienen libre acceso a la red de cobre Movistar, esta si construida durante la época del monopolio, pudiendo revender sus productos o personalizar las conexiones.
A la situación actual debemos añadir los acuerdos entre operadores. Mientras Vodafone y Orange comparten sus despliegues Jazztel si que consiguió arrancar un acuerdo a Movistar para compartir las verticales de los edificios, un punto crítico al necesitar de los permisos de las comunidades de vecinos, y Yoigo revende tanto el ADSL como la fibra de Movistar, aunque con tarifas muy similares.
También hay que tener en cuenta que Orange ha urgido a la CNMC la revisión del acceso a la fibra de Movistar, pero además de hacer hincapié en la oferta televisiva irrepicable, en lo que probablemente el regulador no entre, los franceses se muestran especialmente preocupados por no poder replicar la conexión de 10 megas de fibra recientemente lanzada por Movistar.
Orange dice no poder responder a la oferta de Movistar porque perdería dinero, y en esto si que tiene razón en absoluto. Solo el pago por el acceso a la fibra de Movistar ya supone un desembolso mensual de 19.90 euros por cliente, sumado al caudal que se quiera contratar, por lo que Orange u otros no podrían ofrecer con estas condiciones un producto similar.
Ya ni hace falta que hablemos de la migración de ADSL a FTTH gratuita que está haciendo Movistar a sus clientes, totalmente imposible para otros operadores por los costes que dicho cambio de tecnología suponen.
Futuro próximo, revisión de los mercados
Ahora el futuro más próximo, hablamos de este mismo año, puede generar profundos cambios en este mercado. La CNMC tiene que revisar las condiciones del mercado de Banda Ancha fija en un entorno que nada tiene que ver con el escenario con el que contábamos en 2009, con el boom de los despliegues de fibra por parte de todos los operadores y la compra de ONO por parte de Vodafone de por medio.
Antes de fusionarse con reguladores de distintos mercados la CMT deslizó la posibilidad de que en la revisión del mercado de este año se abriese la fibra de Movistar más allá del límite de 30 megas existente ahora mismo. Con ello la actual CNMC cumpliría con las peticiones de los rivales de Movistar pero pondría en grave riesgo la expansión de la fibra en España.
¿Por qué se pondría en riesgo la expansión de la fibra en España? Muy sencillo. Si Movistar, que está realizando un gran desembolso, se ve obligada a abrir su fibra a sus rivales la inversión actual se vería frenada en seco al restarle interés. A su vez, si los alternativos pueden acceder o revender libremente la fibra de Movistar también se desincentivaría las inversiones del resto de operadores, al no tener que invertir en el despliegue de sus propias redes.
Todo esto sin tener en cuenta la concentración que se producirá próximamente, si no hay sorpresas por parte de quien tiene que aceptar la operación, cuando ONO se integre en Vodafone, sumando entre los dos una red de ocho millones de hogares con conexiones de alta velocidad disponibles, aunque no sea fibra hasta el hogar. Y para rizar el rizo, con los rumores de una posible compra de Jazztel por parte de Orange en el aire.
La pelota, de nuevo, en el tejado de la CNMC
¿Os acordáis cuando decíamos que la pelota del 4G y los operadores virtuales está en el tejado de la CNMC? Este caso es similar aunque mucho más relevante aún, todo dependerá de que decisiones tome el regulador. Que España cuente con tres o cuatro redes de fibra puede parecer un derroche o un solapamiento pero obligar a Movistar a dar barra libre a sus rivales para acceder a su fibra tampoco parece lo más conveniente si queremos que el país se sitúe a la cabeza de los países con mejores conexiones.
Ahora, tras las presiones ejercidas por parte de Vodafone y Orange queda por ver cual es la decisión que toma la CNMC, decisión que podría no llegar hasta después del verano. Sea cual sea la decisión esta marcará el futuro de las telecomunicaciones en España.
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