En los últimos años, la industria del automóvil está trabajando a marchas forzadas por diseñar e implementar sistemas de interconexión entre los vehículos y elementos de las carreteras que mejoren la eficiencia y seguridad de los usuarios.
Ahora estamos a punto de ver un gran salto en el proceso, ya que la National Highway Traffic Safety Administration estadounidense ha anunciado que quiere dar el paso definitivo para la implementación de estos sistemas en los vehículos de sus carreteras
Para ello enviará en primer lugar a los fabricantes un documento con toda la información y resultados de los estudios realizados sobre lo que se conoce como Vehicle-to-Vehicle Communications o V2V. Posteriormente, pasados unos meses, se espera sacar una nueva normativa que regule la implantación obligatoria de estos sistemas en los vehículos de nueva fabricación.
V2V, llegan las redes inteligentes de automóviles
¿Qué es esto de las comunicaciones entre vehículos? Pues básicamente la idea es crear un entorno de conducción en el que los coches, conectados a una misma red inalámbrica ad hoc, adaptable y dinámica en tiempo real, puedan detectarse y conocer la posición relativa de otros vehículos con respecto a sí mismos (con ayuda o no del GPS), aunque el conductor no tenga visibilidad directa de ellos.
Los vehículos están constantemente enviando información sobre su dirección, posición, velocidad, etc. al resto de vehículos cercanos (unas 10 veces por segundo). Con ello se pueden evitar colisiones por despistes de los conductores o simplemente por falta de visibilidad, como por ejemplo en el caso de ángulos muertos.
Esta tecnología puede emplearse también para la reducción de la congestión de las carreteras, ya que permite sugerir rutas alternativas en tiempo real en función de la localización del vehículo y de los hábitos de uso del conductor.
Un protocolo propio
En lo que respecta a los protocolos de comunicaciones, aunque en principio se pensó en usar alguna de las versiones más comunes de WiFi, finalmente parece que se va a usar el protocolo 802.11p, una versión modificada del estándar 802.11, específicamente diseñada para su implementación en vehículos.
Con esta versión, los automóviles podrán no sólo comunicarse entre sí, sino también compartir información con otros elementos de las carreteras como semáforos, sistemas de iluminación, de control de tráfico, etc.
Gracias a la incorporación de esta tecnología y de nuevos tipos de sensores avanzados, las autoridades estadounidenses esperan reducir el número de accidentes y ayudar en la conducción a millones de ciudadanos. De hecho, comparan estos sistemas como una revolución mayor que los airbag o los cinturones de seguridad de hace décadas.
¿Para cuando estarán disponibles?
De momento no hay fechas oficiales definitivas para la implantación obligatoria de estos sistemas en el mundo, aunque sin duda el hecho de que la Administración estadounidense se haya propuesto a dar el siguiente paso acelerará, y mucho, las cosas.
En la actualidad, empresas como General Motors o Ford ya tienen prototipos funcionando, aunque aún falta completar la estandarización de los sistemas y mejorar otros aspectos relacionados con la propia seguridad de las comunicaciones V2V, para evitar, por ejemplo, accesos no deseados a los sistemas.
Con todo ello, se espera que para 2017 haya más de 7,2 millones de vehículos conectados en el mundo, cifra que se incrementará geométricamente en las décadas venideras, sobre todo si la Administración Obama aprueba la ley que obligue a la inclusión de estos sistemas antes de dejar su mandato.
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