Una nota de la agencia británica extraída de los documentos filtrados por Edward Snowden, junto con investigaciones del diario francés Le Monde, sacan a la luz la estrecha colaboración entre la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE), la agencia de seguridad del país.
En un documento interno de la agencia británica (GCHQ) se desvela que la DGSE mantenía una estrecha relación con "un operador de telecomunicaciones francés" que, tras la investigación llevada a cabo por Le Monde, se dedujo que era Orange.
En dicho documento se habla de cómo la DGSE y el operador francés trabajan conjuntamente para mejorar la capacidad del país en la intercepción de comunicaciones y en formas de romper el cifrado de los datos que circulan por su red. De modo que Orange colaboraba de manera activa en la vigilancia de los usuarios.
Dicha colaboración otorgaba a la agencia de seguridad de una gran ventaja respecto a sus homólogos ya que, además de tener permiso del senado, tenían acceso libre a las redes de Orange. Por lo que no solo podrían controlar los datos de ciudadanos franceses, sino de todos los que circularan por el país.
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