Suiza es tradicionalmente recordada por sus bellos paisajes, chocolates, relojes, grandes bancos, navajas multiusos y también por haberse mantenido neutral en los principales conflictos bélicos mundiales. A partir de ahora será además conocida por extender una parte de esta neutralidad a su postura oficial sobre las descargas de contenidos protegidos desde Internet, al considerarlas legales y no perjudiciales para la industria.
Como en la mayoría de países “civilizados”, las diferentes industrias de entretenimiento instaron al Gobierno suizo a acabar con la piratería de contenidos, ya que les ocasionaba grandes pérdidas. Éste les respondió que llevaría a cabo un análisis en profundidad del problema para ver la situación real del mismo y, en su caso, tomar cartas en el asunto. Sin embargo, como veréis a continuación, las conclusiones del Gobierno no van a gustar nada a la industria audiovisual.
El Gobierno suizo llevó a cabo su estudio, con el fin de analizar el impacto de las descargas en la sociedad y en las empresas del sector. La idea era ver quién estaba realmente siendo perjudicado: autores, usuarios, distribuidores, empresas de gestión de derechos, etc.
La primera conclusión obtenida fue que la industria de contenidos se ha opuesto históricamente a todos los cambios que han ido surgiendo para distribuir las diferentes obras: desde las fotocopiadoras, los vídeos domésticos y las cintas de cassette hasta Internet. El Gobierno opina que esta oposición no es la respuesta adecuada, lo inteligente es adaptarse a los nuevos métodos, sacar ventaja competitiva de ellos y tratar de hacer negocio, no esperar vivir de las rentas con modelos de negocio anticuados.
En este punto hay que señalar que el Gobierno no está a favor de la piratería, entendida ésta como hacer negocio con la venta de contenidos protegidos. Pero esto es muy distinto a bajarse películas y música de la Red para uso propio. Según el informe, el 30% de los jóvenes suizos de más de 15 años bajan habitualmente gratis música, series, juegos y películas de Internet.
Sin embargo, ésto no quiere decir que dichos jóvenes gasten menos dinero que antes en contenidos de pago, ya que el que no usan en comprar estos contenidos lo invierten en ir a conciertos, comprar juegos, música y películas, incluso más que antes de que se popularizasen las descargas, ya que éstas sirven en muchos casos como “demostración” de productos.
Es decir, los usuarios compran aquéllo que realmente ya saben de antemano que les va a gustar, porque lo han probado. Por todo ello el Gobierno suizo opina que las industrias de entretenimiento no están perdiendo dinero con las descargas y no ven necesario cambiar la legislación actual para prohibir o limitar las mismas.
Además, da un consejo a las distribuidoras e industria de contenidos: Deben adaptarse a los cambios en el comportamiento y gustos de los usuarios o de lo contrario desaparecerán. ¿Qué os parece la postura suiza?
Vía | TorrentFreak
Foto | Clare66
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