¿Qué pasa si envuelves el móvil en papel de aluminio? Lo ponemos a prueba

El papel de aluminio sirve para mantener fresco un bocadillo de chorizo y para otras muchas cosas. Aparentemente, se puede usar para evitar que localicen un móvil, tal y como reflejan noticias recientes.

¿Pero cómo de efectivo es envolver un móvil en papel de aluminio para dejarlo incomunicado? Lo hemos probado y la respuesta es que es bastante efectivo, si se hace con el suficiente esmero. No obstante, es una complicación algo innecesaria si lo que queremos es hacer desaparecer un móvil.

Poniendo a prueba el mito del papel albal

Hay quien se hace un gorrito de papel de aluminio para evitar que alguien le lea la mente y hay quien envuelve su móvil en este mismo material para evitar que pueda comunicarse con el exterior y sea localizado.

La teoría nos dice que debería funcionar, pues es la base detrás de todo tipo de accesorios para el móvil: crear una jaula de Faraday que protega su interior de cualquier campo electromagnético como las ondas WiFi, el Bluetooth o la cobertura móvil. Hemos probado cómo de efectivo es.

Sin perder tiempo, hemos envuelto un móvil Android con una capa delgada de papel de aluminio, intentando que el móvil quedara efectivamente sellado. Tras intentar ubicar el móvil en Google Encontrar mi dispositivo, sorpresa, aparecía la ubicación actual y hemos podido hacerlo sonar de forma remota. La propia información de Google nos indica que el móvil seguía teniendo cobertura WiFi.

En este primer intento de convertir nuestro móvil en un sandwich de papel de aluminio lo único que se interrumpió fue el Bluetooth: el móvil no era visible para otros dispositivos y no era posible, por ejemplo, enviar algo mediante Compartir con Nearby: no aparecía por ningún sitio.

Llegados a este punto decidimos redoblar esfuerzos con una segunda capa de aluminio que nos asegurara que ni una sola onda lograba colarse entre las juntas del papel. Esto ha sido el factor determinante en el aislamiento del móvil.

Tras envolver el móvil con dos capas de aluminio y poniendo especial cuidado a que estuviera todo bien cerrado, el móvil quedó efectivamente incomunicado: ni Bluetooth, ni WiFi ni cobertura móvil. Ni rastro de él en Encontrar mi dispositivo, más allá de su última ubicación conocida. Las llamadas dejaron de sonar y tampoco tenía conexión, ni por WiFi ni por datos.

Así pues, sí, envolver un móvil en papel de aluminio es el modo avión definitivo, pero siempre y cuando esté bien envuelto y no quede ni un solo resquicio. Cuanto más generoso seas con el aluminio, mejor sellado y más incomunicado del exterior quedará.

Hay formas más fáciles de hacer lo mismo

Ahora bien, si bien el método es lo suficientemente estrafalario para aparecer en películas, realmente es más cinematográfico que práctico. Si queremos que un móvil deje de tener todo tipo de conectividad, lo más fácil es usar el modo avión.

Eso sí, recientemente los móviles han empezado a permitir Bluetooth y/o WiFi con el modo avión encendido, de modo que habría que desconectar estas dos conexiones de forma manual, en caso de que siguieran encendidas.

No obstante, si no vamos a usar el móvil para nada, la forma más fácil de mantener un móvil ilocalizable e incomunicado con el exterior es apagarlo del todo, ya sea de forma gracil (desde sus menús correspondientes) o a la fuerza. Realmente no hay mucha diferencia con envolverlo en papel de aluminio, pues tampoco lo podemos usar mientras está así.

Con el móvil apagado no hay ni WiFi ni Bluetooth ni cobertura móvil. Los componentes de móvil no reciben energía ni para emitir ni para retransmitir nada, de modo que el resultado es exactamente el mismo y de paso ahorramos batería. Son todo ventajas.

Apagar el móvil es una solución de andar por casa, pero más efectiva. Y, por cierto, que tampoco es infalible pues en cualquier caso va a quedar un rastro del último lugar en el que el móvil estuvo encendido y conectado. Si de verdad quieres evitar estos rastros, vas a tener que volver a alternativas analógicas como el papel y el lápiz.

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