Hoy en día parece difícil vivir sin estar conectados a Internet, aunque sólo sea durante unos minutos al día, desde nuestros múltiples y variados dispositivos digitales: ordenadores, móviles, consolas, tabletas, televisores, etc. Sin embargo, las complejas infraestructuras de telecomunicaciones que soportan el correcto funcionamiento de la Red están sujetas a los variados caprichos de la naturaleza.
Hoy vamos a comentar dos casos concretos que han causado perjuicios y alarma social durante este fin de semana, y que no son otros que los rayos y las tan temidas tormentas solares.
Los rayos que bloquearon la nube de Amazon
Seguro que muchos de vosotros habréis sufrido algún corte en el suministro eléctrico durante alguna tormenta eléctrica veraniega. Estos cortes pueden, en ocasiones, ser debidos a rayos que inciden sobre cables o infraestructuras de suministro eléctrico, y aunque son bastante molestos, el perjuicio que ocasionan suele ser temporal y estar limitado a áreas bien concretas.
Pero, ¿qué pasaría si uno de estos rayos cayese sobre algún centro de datos, sobre uno de los grandes servidores de cloud computing que dan servicio a millones de usuarios? Esto es justo lo que sucedió ayer con el servicio de alojamiento en la nube de Amazon.
Según informa Europa Press, un rayo alcanzó un transformador ubicado cerca de uno de los centros de datos de Amazon en Dublín. Al recibir el impacto, la estación afectada sufrió una explosión y un incendio. En teoría, cuando sucede un incidente de este tipo existe un sistema que detecta el problema y activa unos generadores de emergencia, sin embargo en este caso la violencia de la explosión impidió que los sistemas auxiliares funcionaran correctamente.
Como consecuencia del incidente, los servicios y webs alojadas en los sistemas afectados han presentado problemas de acceso parciales o han estado totalmente fuera de servicio durante las últimas horas. Amazon ha ido publicando la evolución de los trabajos de restauración de sus sistemas y actualmente parece que todos los servicios están operativos, aunque algunos presentan problemas de rendimiento pendientes de solucionar.
Tormentas solares, esas grandes enemigas de las telecomunicaciones
Los rayos pueden ser molestos y perjudiciales, pero por lo general se trata de fenómenos muy localizados y que, a no ser que caigan en un centro de datos global, no afectan a un gran número de usuarios. Además, Internet fue diseñada para seguir en funcionamiento a pesar de que se cayesen algunos de sus nodos o sistemas.
Otro caso es el de las tormentas solares, sucesos a escala planetaria que pueden influir muy negativamente en las telecomunicaciones y sistemas electrónicos humanos, interrumpiendo el funcionamiento de Internet, de los sistemas GPS, de las transmisiones por satélite, la telefonía móvil, etc.
La semana pasada, aunque probablemente nos haya pasado desapercibido a la mayoría de los mortales, la Tierra ha sufrido la amenaza de dos tormentas solares, causadas por sendas explosiones en el Sol. La primera pasó de largo el jueves sin tocar nuestro planeta. La segunda, de mayor magnitud, ha estado incidiendo sobre nosotros durante todo el fin de semana causando ligeras perturbaciones.
Según publica hoy El Mundo, los científicos del Centro de Pronósticos del Clima Espacial (NOAA) han advertido a los usuarios de satélites, de servicios de telecomunicaciones y eléctricos, que en los próximos días se espera una nueva tormenta solar con un nivel “de moderado a alto”.
Joseph Kunches, científico de la NOAA ha afirmado que esta nueva explosión solar tendrá una magnitud de dos o tres en la Escala del Clima Espacial de la NOAA (que llega hasta 5) y que aunque será bastante potente no alcanzará la intensidad de la producida en 1859, la mayor registrada hasta la fecha, que afectó a oficinas de telégrafos en todo el mundo y generó una aurora gigante que se hizo visible hasta en las islas del mar Caribe.
Desde el Centro de Pronósticos nos recuerdan también que las tormentas solares se producen en ciclos de aproximadamente 11 años, y que el siguiente máximo se dará entre finales de 2012 y 2013 (seguro que esta fecha os suena de algo), por lo que no sería de extrañar que en los próximos años observemos incidentes en nuestras comunicaciones relacionados con este incremento de la actividad solar, por lo que es conveniente estar preparados.
Y ¿qué se puede hacer? Pues desde la NOAA comentan que, por ejemplo, se pueden poner ciertos sistemas de comunicaciones en modo de espera, apagarlos temporalmente, redirigir el tráfico aéreo hacia zonas no afectadas, distribuir el tráfico de datos entre diferentes infraestructuras, etc. No es cuestión de ser alarmistas, sólo de conocer que existe el problema y tener previstas medidas de contingencia para el mismo.
Vía | Europa Press, El Mundo
En Xataka Ciencia | Satélites, GPS y tormentas solares
Foto | NOAA, Eduardoferreira en Wikimedia Commons, Profiler 1888 en Wikimedia Commons