Tras la caída de los grandes servicios de descargas directas este año, mucha gente se ha pasado de nuevo a sistemas P2P y en especial a BitTorrent, lo cual está haciendo que las gestoras de derechos de autor centren sus esfuerzos en monitorizar este tipo de redes.
Buscan usuarios que descargan contenidos protegidos y crean enormes bases de datos que en la mayoría de países no pueden usar para actuar legalmente contra los usuarios, pero que en otros puede suponer una amenaza para éstos en el futuro.
Según han comentado en la SecureComm investigadores de la Universidad de Birmingham, los usuarios de BitTorrent están siendo espiados de forma masiva de tal forma que cuando descargan archivos populares en menos de 3 horas sus direcciones IP ya han sido monitorizadas y almacenadas en la base de datos de alguna de las entidades gestoras.
Para llegar a esta conclusión analizaron 421 trackers de todo el mundo y 1.033 enjambres de usuarios durante 2 años, obteniendo además que el uso de blocklists con rangos de IPs no suele ser efectiva, ya que los espías cambian rápidamente de direcciones y usan sistemas cada vez más complejos para ocultarse e infiltrase en las comunidades de usuarios.
Las únicas que parecen salvarse son las descargas más antiguas, que según los investigadores no están tanto en el punto de mira de los vigilantes de la Red, aunque claro, ya lo estuvieron en su época cuando fueron lanzadas por primera vez y ahora no les merece la pena invertir tiempo y recursos en ellas.
Vía | Arstechnica