La red de redes debe enfrentarse en muchas ocasiones a fenómenos naturales que atacan sus complejas y delicadas infraestructuras. Fenómenos que parecen empeñarse en bloquear, ralentizar o directamente cortar las conexiones de los usuarios.
A veces son fuerzas de causa mayor como terremotos, huracanes, inundaciones, etc., difíciles de predecir y contra las que es complicado actuar. Pero también existen situaciones en las que la falta de inversión permite que incidentes aparentemente menores, como ciertos comportamientos de osos y otra fauna local, paralicen por completo un enlace de Banda Ancha en una región.
Hace poco comentamos cómo un estudio señalaba que en Estados Unidos las ardillas representaban en la actualidad el 17% de los daños sufridos en las instalaciones de fibra óptica, ya que al parecer los animalitos se sentían atraídos por el sabor a aceite de cacahuete de los revestimientos de los cables.
Hoy os traigo un caso similar, aunque esta vez protagonizado por fauna de mayor tamaño. Me refiero a los osos y a su influencia en los accesos a la Red en Idaho. Y es que, según publica el New York Times, los incidentes con estos animales y las torres de comunicaciones han contribuido a que el estado americano tenga las velocidades medias más bajas del país.
Según comentan, al ser una región montañosa y con puntos de difícil acceso, resulta común utilizar enlaces inalámbricos basados en antenas que tienen que estar correctamente orientadas para “verse” entre sí. El problema aparece cuando los osos se sienten atraídos por dichas antenas y las utilizan para rascarse la espalda, moviendo y desorientando los transmisores o receptores y, en definitiva, ralentizando o cortando por completo el acceso a Internet.
Esta situación, que podría parecer anecdótica, está contribuyendo (junto con otros problemas atmosféricos), a que los habitantes de Idaho tengan unos de los peores accesos de todo el país, con velocidades medias de 318 KBps, que llegan a ser hasta tres veces más lentas que las de sus estados vecinos y que en muchas ocasiones tienen cortes constantes en el servicio que no permiten descargar de una sola vez ni siquiera pequeños archivos de música o e-mails.
Sin embargo, el verdadero problema no es la fauna local, sino los intereses económicos. El estado norteamericano no es rentable para las operadoras, ya que con una población completamente esparcida por enormes extensiones de terreno, que en media apenas alcanza las 20 personas por milla cuadrada (en contraposición a otras regiones urbanas donde se sobrepasan los 1.000 habitantes), la inversión en nuevas redes es vista como un desperdicio de recursos de difícil amortización.
Por ello, las autoridades locales de estas regiones rurales tienen que recurrir a subvenciones y donativos privados para mejorar, poco a poco, las conexiones de sus ciudadanos y que no queden fuera de la Sociedad de la Información.
Como vemos, otro claro ejemplo de cómo un incidente aparentemente sin importancia puede influir significativamente en la calidad del acceso a Internet de miles o millones de usuarios, gracias a la falta de inversión privada y al abandono de las instituciones públicas, situación que a más de uno os sonará de algo ¿verdad?
Vía | New York Times
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