Por fin es viernes, buscamos algo interesante que hacer por la tarde y se nos ocurre ir al cine a ver la última película de acción que se acaba de estrenar esta semana, pero no nos apetece tener que desplazarnos, buscar aparcamiento, aguantar colas, etc. ¿Qué se puede hacer?
Para solucionar este importantísimo problema, Universal Pictures y el operador americano Comcast han decidido lanzar una prueba piloto para estrenar las películas casi de forma simultánea en los cines y los hogares de unos pocos estadounidenses (de momento sólo en Atlanta y Portland).
La idea es sencilla: comprobar si los consumidores están dispuestos a pagar por ver los estrenos al mismo tiempo que se proyectan en los cines, con la mejor calidad posible que permitan sus conexiones y equipos multimedia, sin moverse de sus casas. Para ello comenzarán con la película Tower Heist, de Ben Stiller y Eddie Murphy el próximo 4 de noviembre, que llegará a los hogares unas 3 semanas después.
De tener éxito, el sistema podría extenderse a más películas y operadores, que podrían comenzar a distribuir en streaming algunos de los estrenos más destacados de Hollywood, con la ventaja de que las películas podrán verse tantas veces como el cliente quiera durante las 48 horas siguientes a su adquisición.
¿El problema? Pues sobre todo el precio, ya que la distribuidora ha propuesto la “módica” cantidad de 60 dólares por película. Esta cifra saldría rentable si pensamos invitar a medio vecindario, pero no para las típicas familias o grupos de amigos de entre 3 y 6 miembros, y más aún considerando que la calidad audiovisual que obtendremos será probablemente mucho menor que si nos desplazamos a una sala comercial.
Conceptualmente no es una mala idea, y más si en el futuro se ofreciesen planes con descuentos a la hora por ejemplo de contratar nuestras conexiones a Internet o incluso una tarifa plana para los más cinéfilos. El problema, como siempre, suele venir de que las distribuidoras quieren exprimir tanto los bolsillos de los consumidores que éstos no tienen más remedio que acudir a “medios paralelos” para acceder a los contenidos.
¿No sería más lógico poner un precio razonable a este tipo de estrenos?, ¿quién estará dispuesto a pagar 60 dólares por ver una peli de estreno que además no es que tenga pinta de ser precisamente un gran éxito comercial? No se, pero muchas veces me da la impresión de que los directivos de estas grandes empresas (distribuidoras y operadoras, entre otras muchas) viven en mundos paralelos, alejados de la realidad cotidiana del resto de la población.
Vía | Los Angeles Times
Foto | Sailko